domingo, 15 de julio de 2012

Yuuki [Cap. 2]

Waaaa! Realmente no me lo creo! Ya tengo el segundo capítulo de este fic! Sí que escribí rápido! Pero no sé que me pasó! No podía dejar de escribir! Asique lo publico.

Además como Hitomy-onee quería la conti rápido pues aquí la tiene... ! >.< Aunque tengo que avisar que las parejas saldrán más adelante. Me parece que este cap es más largo qque el anterior... bueno, solo espero que les guste! >.<



Parejas: Inoodai, Yamajima, Hikato, Chiitaro, Takabu.

Yuuki

Capítulo 2 .

Daiki despertó algo aturdido, miró a su alrededor aún con la vista algo borrosa. Las paredes eran blancas, se sentía extraño, como adolorido. Trató de levantarse para poder examinar mejor, ya había recuperado su vista.

- No te muevas, empeorarás. - advirtió alguien. Era la voz de una mujer, Daiki miró hacia donde provenía esa voz, pero solo pudo ver una cortina blanca. Seguramente la voz vendría de detrás de ella. - Vuelve a echarte. - ordenó severamente esa voz. Él sin saber quién era le hizo caso y se volvió a echar.

Los recuerdos volvían a él, recuerdos de la noche anterior y de la paliza recibida minutos antes. ¿Quién le había traído? No tenía a ningún amigo en ese lugar, entonces, ¿quién podía haber sido? En realidad, podía haber sido cualquier alumno, nadie lo iba a dejar tirado en el suelo. Pero seguía teniendo intriga por saber quién era, asique le preguntó a la enfermera.

- ¿Quién me ha traído? - le preguntó con voz ronca. El propio Daiki se sorprendió, porque aparte de ronca su voz era débil. Sí... débil. La paliza había tenido que ser fuerte.
- Un alumno de primero. - respondió la enfermera sin mucho interés. Desde donde Arioka estaba no podía verla con claridad, pero no pasaba nada, no era la primera vez que venía, asique sabía cómo era. Se podía decir que era... la persona más cercana a él en ese instituto.
- ¿De primero? - asique era de los nuevos... ¿quién podía haber cargado a su senpai hasta la enfermería? Sí, porque él estaba en tercero, el último curso. Daiki se irguió, sentándose, apoyando la espalda en la almohada con un brazo rodeó su abdómen, le dolía bastante.
- Te he dicho que no te muevas. - regañó con ternura la enfermera, ese tono hizo sonreír a Daiki, seguramente, a parte de sus amigos, era la única persona que se preocupaba por su salud.

No era la primera vez que tenía que ir a la enfermería por culpa de los golpes de la banda esa. Daiki bajó la mirada entristecido al recordar el suceso. Esta vez había sido más fuerte que las anteriores... ¿qué había propiciado la ira del líder de la banda? No lo entendía... ni si quiera sabía su nombre y el chico ya le tenía odio. Entonces, recordó las palabras que le dijo su compañero de clase.

"Tu madre es una puta" "Es una rompe-matrimonios".

¿Qué quería decir con eso? ¿De qué conocía a su madre? Además, ¡quién era él para decir algo así sobre su madre! La rabia afloraba desde su interior, en un acto inconsciente agarró en un puño la sábana blanca con la que estaba cubierto.

- ¿Hasta cuándo planeas seguir callado? - le preguntó la enfermera sacándolo de sus pensamientos. Daiki bajó la mirada entristecido, tenía razón no podía seguir así. Pero no le quedaba de otra que quedarse callado, ¿qué iba a hacer él contra esa banda? Seguramente acabaría por recibir otra paliza mucho más fuerte por enfrentarse a ellos.
- Pues... hasta que acaben las clases. - respondió mirando sus piernas cubiertas por las sábanas blancas. Sintió como la cortina era corrida, mostrando así a la enfermera. Pelo castaño, baja estatura, mirada tierna, complexión delgada.
- Cada mes las palizas se vuelven más severas. Cada vez te dejan peor, ¿no te das cuenta? - le preguntó sentándose en un extremo de la cama mirándole tiernamente. Daiki seguía sin levantar la mirada, no se atrevía. Sí que se había dado cuenta, pero no podía hacer nada, ¿quién le iba a hacer caso? Nadie, sus padres estaban pendientes de discutir. A sus amigos no podía meterlos en estos problemas, seguramente que ellos tendrían los suyos.
- Claro que me doy cuenta, soy yo el que recibe las palizas... ¿cómo no voy a darme cuenta? - respondió haciendo uso de la ironía, en esos momentos era lo único que le quedaba. - Pero tengo que aguantar. - se auto-animaba en un susurro.

Daiki sintió como la enfermera le acariciaba suavemente la mano que estaba posada en la cama. Daiki la miró sorprendido. En el rostro de la mujer sólo se podía ver tristeza y comprensión. Entendía perfectamente el miedo del menor, pero no podía seguir así, cualquier día a los agresores se le podía ir la mano y acabaría en catástrofe y eso era lo que quería evitar.

- Escúchame, tienes que decírselo a alguien, tienes que tomar medidas. No te puedes quedar callado y esperar a que el tiempo pase y esto se acabe. No puedes seguir así. - Daiki la miraba con los ojos algo más abiertos de lo normal, sorprendido. Notó que la mirada de ella estaba llena de preocupación, también sintió como ésta apretaba la mano de él en un gesto de cariño y apoyo. - No puedes superar esto solo. - aconsejó mientras pasaba una mano por los hombros del menor y lo atraía hacia ella, envolviéndole en un abrazo maternal.

Daiki contuvo el aire sorprendido, ¿qué estaba pasando? Le estaba abrazando. Sentía una opresión en el pecho, le dolía, tenía mucho acumulado y aún no lo había soltado. Ni una lágrima, ¿para qué? Si nadie iba a estar ahí para él, sabía que con sus amigos podía contar, pero si ellos no sabían nada, poco podían hacer. Un nudo se formó en su garganta, tragó saliva para que se deshiciese el nudo, pero no lo consiguió. Ganas de llorar llegaron a sus ojos inundándolos. ¿Cuánto hacía que no lloraba delante de alguien? Había creado una máscara de felicidad para que nadie se preocupase por él, pero esa máscara le hacía daño.

Antes de que las lágrimas saliesen de sus ojos, se separó de la mujer y la miró sonriente, no, no lloraría delante de esa mujer. La coraza salía a flote, así tenía que ser, nadie tenía que verle llorar, no le daría esa satisfacción a sus agresores.

- Estoy bien como estoy, no necesito decírselo a nadie. - y le sonrió alegremente, aunque era una sonrisa falsa la mujer no lo notó. La tenía muy ensayada como para que ella la notase a la primera de cambio. La enfermera instintivamente sonrió también, parecía que la sonrisa era contagiosa. Le puso una mano en el hombro y apretó suavemente en signo de reconforte.
- No te fuerces. - y le sonrió para después levantarse de la cama y dirigirse a su escritorio. - Descansa. - aconsejó para después correr las cortinas y dejarle privacidad al menor para que descansase mejor.

E inconscientemente se quedó dormido nada más apoyar su cabeza en la almohada, de nuevo.


~~



- Daiki, despierta. - habló la enfermera, no había descansado lo suficiente, pero aún así no podía quedarse todo el día en el instituto. Abrió los ojos, para después tallárselos, para poder despertar del todo. Se irguió sintiendo un intenso dolor en el abdómen, rodeó la zona afectada con un brazo y se sentó en la cama, haciendo que la sábana blanca callese hasta sus piernas.
- Siento haberme dormido aquí. - se disculpó apenado. - ¿Qué hora es? - le preguntó un poco somnoliento aún. Miró a la enfermera que estaba sentada en el escritorio mirándole fijamente. Daiki no sabía por qué, pero esa mujer se le hacía muy tierna y cariñosa. Cuanto añoraba que su madre fuese así, alguna vez su madre se comportaba igual que la enfermera, pero todo cambió hacía ya seis meses. ¿Bastante tiempo eh?
- Las cuatro. - le respondió sonriente. Ella no sabía por qué, pero quería proteger a Daiki, parecía tan frágil que se podía romper en cualquier momento y ella no quería eso, quería que tuviese una adolescencia normal, como la de cualquier joven. Pero a Arioka le estaba costando más de lo normal.
- ¡¿Las cuatro ya?! - preguntó levantándose de golpe de la cama. Segundos después se arrepintió del acto, el abdómen le dolía demasiado, se curvó tratando de que el dolor disminuyes, aún con el brazo rodeando la zona afectada. - Itte... - se quejó cerrando los ojos fuertemente, tratando de que el dolor pasase.

La enfermera fue a asistirle rodeando sus hombros con un brazo, depositando la mano del mismo brazo en hombro izquierdo y la mano libre en el hombro restante.

- No hagas movimientos bruscos, tienes una herida bastante seria en el abdómen. - aconsejó la mujer mientras lo hacía sentarse otra vez en la cama para que reposase un poco. Daiki seguía sobándose la zona del abdómen, realmente le había dolido. - Bueno... no es del todo una herida... tendrías que ir al hospital. - advirtió la enfermera. Daiki levantó la mirada sorprendido, ¿tan seria era? No, no sería para tanto.
- Vale, iré. - prometió. Aunque sabía de sobra que no iría, porque ir al hospital supondría... dinero y no podía pedírselo a sus padres... no era que estuviesen mal de dinero, simplemente... que no se preocuparían.

Se levantó lentamente y se dirigió a la puerta de la enfermería, se giró para mirar a la mujer que seguía mirándole preocupada. Sonrió tiernamente, esa mujer se preocupaba demasiado.

- Por cierto. - se giró completamente quedando uno enfrente del otro, aunque a metros de distancia. - ¿Cómo se llama el chico que me trajo? - le preguntó curioso, tenía que agradecerle debidamente, pues le había traído aún sin ser amigos.
- Mm... Creo que me dijo que se llamaba... Okamoto Keito, de la clase 1-B. - respondió con un dedo en el mentón y mirando al techo pensativa. - Sí, ese es el nombre. - finalmente le sonrió contenta de poder ayudar. - Enserio, deberías ir al hospital a que te miren la herida. Puede ser algo serio. - insitió la enfermera. Sabía de sobra que Daiki no iba a ir por no preocupar a los padres, pero realmente esa... "herida" parecía algo serio.
- Ya te he dicho que iré. - le sonrió y se giró para salir, finalmente, de la enfermería. Caminaba encorbado, le dolía mucho el abdómen, seguramente que sus agresores se habían cebado con esa parte.

Llegó hasta su salón y se sorprendió de encontrar a alguien ahí, en un primer momento temió que fuese alguno de sus agresores a por una segunda ronda de golpes. Pero no era ninguno de ellos, a ese chico nunca lo había visto. Éste se giró cuando escuchó la puerta abrirse, sonrió al darse cuenta de que era Daiki el que entraba.

- Veo que estás mejor. - dijo el chico sonriéndole alegre. Daiki no entendía qué estaba pasando, ¿a qué venía ese comentario? Aunque la voz... le parecía haberla escuchado en otro sitio.
- ¿Has sido tú el que me ha llevado a la enfermería? - el mayor entró en el salón para dirigirse hacia su mesa y coger la mochila con los utensilios. Seguía agarrando el abdómen como si eso pudiese calmar el dolor y su curvatura era notoria.
- Así es, soy Okamoto Keito, de la clase 1-B. - se presentó haciendo una leve reberencia. Daiki rió divertido, pero le dolió el abdómen fuertemente asique tuvo que parar de reír. - ¿Qué sucede? - le preguntó formalmente.
- ¿Te presentas así siempre? - le preguntó divertido mirándole directamente a los ojos, Keito no entendió a qué se refería con eso y lo mostró con una cara confusa, ladeando un poco la cabeza. Daiki rió levemente para que no le doliese el abdómen. - Nada, déjalo. - comentó divertido. Iba a posar la maleta en su hombro pero Okamoto le interrumpió cogiéndola él y poniéndosela en su hombro.
- No puedes, estás herido. - y le sonrió alegremente. Daiki abrió los ojos sorprendido, ¿alguien que se preocupaba por él? ¿Alguién que no fuesen sus amigos? ¿Realmente estaba pasando? Daiki bajó la mirada y sonrió ilusorio, ¿podría ser un nuevo amigo dentro del instituto?


~~


Daiki llegó a casa acompañado por Keito, habían ido a un puesto de Ramen a cenar y ambos habían hablado de sus vidas, de lo que les gustaría ser de mayores, de sus aficciones, de su familias... Okamoto en ningún momento sacó el tema de las heridas del mayor. Cosa que Daiki agradeció, realmente Keito podía ser muy atento. Se despidieron y Daiki entró en su casa. Cerró la puerta y sonrió, alguien nuevo se preocupaba por él. Dejó la mochila en la entrada, era cierto, no podía con ella, le dolía mucho el abdómen.

Entró al salón y vio a su madre sentada en el suelo llorando desconsoladamente, el menor intuía lo que había pasado. Seguramente su padre se había desquitado con ella otra vez y no había estado ahí para protegerla. Pero eso quería decir que... su padre había llegado antes. Daiki fue hasta la cocina y ni rastro de su padre, subió las escaleras y pasó por la puerta de la habitación de sus padres, pero esta vez no estaba.

Pensó dónde podía estar. No se le ocurría ningún sitio, asique bajó, a pesar de los dolores, y le preguntó a su madre.

- Mamá, ¿dónde está papá? - le preguntó acercándose a ella y sentándose en el sofá a un lado de su desprotegida madre. Ésta le miró con las mejillas empapadas de lágrimas y rímel. Daiki se tensó, estaba peor de lo normal.
- No sé, estará en el bar como siempre. - dijo desconsolada. Realmente estaba afectada. Pero... si su padre estaba en el bar... eso quería decir que aún no había llegado a casa. Porque normalmente iba a beber y después iba a casa a desquitarse con ellos. Entonces, ¿por qué lloraba su madre? No entendía nada.
- Entonces, ¿por qué lloras? - le preguntó. Aunque seguramente era de tristeza por lo que su padre les hacía, ¿cualquier madre lloraría no? Aunque cualquier madre en su caso huviese dejado a su marido.
- Por muchas cosas. Cosas que no entenderías... - susurró mirándole tristemente, estiró el brazo para alcanzar la mejilla del menor y acariciarla suave y tiernamente. Daiki cerró los ojos disfrutanto del contacto, esto pasaba pocas veces, sonrió suavemente, atesoraría este momento. - Anda, acuéstate, debes estar cansado. - susurró suavemente, Daiki obedeció y caminó lentamente agarrándose el abdómen.


~~



Un nuevo día amanecía en Tokio y con eso Daiki tenía que levantarse para ir al instituto. Levantarse de la cama supuso toda una batalla de dolores para el pequeño cuerpo de Daiki, le dolía realmente el abdómen, aunque menos que ayer. Seguramente, que con el paso de los días el dolor desaparecería. Hizo lo rutinario, ducharse, vestirse, prepararse el desayuno y el almuerzo, desayunar, lavarse los dientes y salir para el instituto. Todas las mañanas eran iguales, aunque en ésta las tareas le había llevado más tiempo, andaba un poco curvado y no podía estirarse, ya que si lo hacía un punzante dolor sentía.

Ya en el insituto nada fuera de lo normal, el guarda lo había saludado, había llegado de los primeros, algunas de las alumnas le saludaban, las horas transcurrían lentamente. Para el almuerzo se quedó a comer en el salón, había más compañeros que se quedaban ahí, asique sus agresores no podrían hacerle nada delante de los demás alumnos. Algo cambió en el almuerzo, Keito había ido a visitarle.

- Hola, Arioka, ¿cómo estás? - le preguntó sonriente mientras se sentaba en el asiento de delante de él, ya que estaba libre. Daiki sonrió al verle, era agradable charlar con alguien en el instituto, ya ni sabía que se sentía.
- Bien, gracias, ¿y tú? - le devolvió la pregunta con una radiante sonrisa que hizo que Keito también sonriese. Daiki cogió una porción de su comida y se la llevó a la boca digustando su habilidad culinaria.
- Bien también. - sonrió alegre de verle sonreír. La verdad era que Keito ya conocía a Arioka de antes, de verle por los pasillos. Le llamaba la atención que éste no conversase con nadie, parecía no tener amigos y eso le llevó a querer hacerse su amigo. Él tampoco tenía muchos amigos que se dijese.

El teléfono de Daiki comenzó a sonar sacando de los pesamientos al más pequeño de los dos, Arioka contestó rápidamente, no quería que la llamada se cortase.

- ¿Sí? - respondió rápidamente, sin mirar la persona que le llamaba.
- ¿Dai-chan? - llamaron al otro lado de la línea, por la voz, pudo distinguir que era Yamada el que hablaba.
- Oh, ¿Yama-chan? - dijo sorprendido no se esperaba ninguna llamada de Ryosuke hasta el fin de semana, que era cuando se comunicaban para quedar y salir todos juntos.
- ¿Estás libre hoy por la tarde? - le preguntó esperanzado de que dijese que sí.
- Sí, ¿por? - seguramente que su amigo tenía algo planeado.
- Hemos quedado los chicos para ir hasta un Host Club. - respondió extrañando al mayor. ¿A un host club para qué? A ellos no se les perdía nada en ese lugar.
- ¿A un host club? - preguntó para que Yamada le resolviese las preguntas que tenía en mente.
- Sí, verás, es que quieren contratarme pero no estoy seguro, asique quiero que me acompañéis. - dijo inocemente. Aunque de inocente no tenía ni un pelo, pero bueno, era naturaleza humana el desconfiar del prógimo.
- Vale, sí, iré. - Daiki miró a Keito que esperaba impaciente que acabase la llamada del mayor. - Oye, Yama-chan, ¿puedo llevar a un compañero del instituto? - le preguntó inocentemente para convencerle, aunque seguramente que Yamada no tenía ningún problema con que Keito fuese.
- Sí, vale, cuantos más mejor. - dijo elevando el tono de voz contento. Ryosuke era una persona muy sociable, probablemente, después de Daiki, el más abierto del grupo, aunque Chinen era muy abierto también.

~~


Daiki después de haber convencido a Keito de ir con ellos al host club, quedó con Yamada a una hora en la estación de siempre. Cuando ya estuvieron todos reunidos en la estación, presentó a Keito. Yamada y Okamoto hicieron buenas migas, al igual que con Chinen. Bueno, y con Yabu, la verdad es que sus amigos eran muy abiertos y sociables, de eso no se podía quejar.

Una vez que estuvieron delante del host club, Yamada se veía nervioso.

- Oh, vamos, Ryosuke. - habló Chinen al ver el estado del mayor. - De algo tiene que servir esa belleza ¿no? - le dijo divertido y con una sonrisa burlona. Yamada le miró mal y Chinen rió.
- Eso es, piensa que te pagarán por la belleza que posées. - habló Yabu, el mayor de todos. - Eso sólo pasa a privilegiados. - finalizó poniéndole una mano en el hombro como signo de apoyo. Daiki y Keito apoyaron las palabras del mayor asintiendo con la cabeza.

Los cinco entraron y se sorprendieron de encontrar a montones de chicos jóvenes y hermosos. Daiki se quedó maravillado con lo que veía, era cierto, era privilegiados. Rodó la mirada por todo el salón, mirando a los Host, algunos estaba solos, otros estaban acompañados. Miró detrás de la barra e incluso los camareros eran hermosos. Seguía rodando la mirada de un extremo al otro del salón hasta que una voz le sacó de su pensamiento.

- Tú debes de ser la propuesta del jefe ¿no? - habló un chico moreno dirigiéndose a Yamada éste solamente asintió a las palabras del Host. Moreno, de tez blanca como la porcelana. Ojos negros y profundos.

Cuando Daiki dirigió su mirada al chico que había hablado se quedó estático al ver tanta belleza junta. Se quedó absorto al ver esos ojos negros y profundos, cuando el Host se quedó mirando hacia él, se paralizó el tiempo. Sentía que se iba a caer en cualquier momento, las piernas le temblaban y el corazón se le agitaba. Esos ojos negros... tan profundos y misteriosos... tan cálidos y fieros... esos ojos...


A los que no podría esconder nada.



Fin del cap. 2 


Espero que les haya gustadooo~

Mimi-chan. ^^

5 comentarios:

  1. Oomgomgogmogmg este si k es inooo¡¡¡¡
    Lo ame¡¡¡yama-chan disfruta de tu belleza xD
    Guaa¡¡ lo ameeeee¡¡¡¡
    A sido tan hermosoooo¡¡¡
    Yoo tambien quiero tener amigos como los de dai¡
    adsadas...bueno...no llevaria ni un dia para acabar pensando en ellos de ptra forma xDD
    Me encantooo
    Contii onegaiiii contiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii

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  2. Me gusta este fic, me da pena el pobre Daiki todo lo que tiene que sufrir ;_____;
    Y aun asi sigue adelante *-* Ahora con Keito le ira mejor, nee? Aunque deberia ir al hospital por la herida...
    Pero que pasa con sus padres!? ;____; Quiero saber!!!.El chico del host es Inoo????? *////* sisisisisisisi, nee?? :D

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  3. Pobre de Daiki :'( ésos pandilleros del demonio como osan tocar a ése pingüino hermoso me las pagaran >:( __
    Me gusta muchote esté fic Onee-Chan >///<_

    Contiii contiii contiii necesito saber como terminara todo Onegaii jajaja y gracias por subir el segundo capítulo <3 TE AMOADORO!! <3

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  4. El fic está genial!! Pero pobre de Daiki con tanto acoso. Me quedo con la intriga de porque empezaron los problemas familiares o.o
    Y por si eso fuera poco recibe paliza en la escuela D: ... pero al menos ya tiene a Keito de amigo allí.
    El Host es Inoo, verdad, verdad??? O_O haha XD
    Espero la contii! Está muy interesante *-*!

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  5. Ah! si ese es Inoo que manera de conocerse!!! me gusto mucho la ultima linea, sera que es amor a primera vista?? ajaj xD, en fin, me alegra muchisismo que Daiki al fin haya echo un amigo en la escuela y que al menos sepa que lo maltratan, o se haga a la idea de ello, xD bueno esperando continuancion impacientemente xD, Que te encuentres bien!!

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