Educando al príncipe.
Pareja: TegoPi [Tegoshi Yuya/Yamashita Tomohisa] Tegomass, RyoPi.
Género: Shounen-ai, lemon [más adelante], drama.
Extensión: Serial.
Autora: Mimi-chan.
Capítulo 2
Yamapi esperaba impaciente el regreso del hijo del señor Tegoshi. Había echo un viaje a Europa y hasta hoy por la tarde no volvía. Daba vueltas por su habitación impaciente. Esperaba el llamado de una de las sirvientas para que le avisase de cuándo llegaba el menor. Hacía unas horas uno de los mayordomos le había pasado una hoja con información del chico. Se sorprendió al ver la foto, tenía buen rostro, pero su sonrisa demostraba que era un niño mimado como todos los de alta cuna. En esa hoja había varias fotos del chico, cada una diferente a la anterior, con diferente peinado y color de pelo. Tal parecía que era un chico cambiante y las fotos eran de fotógrafo aunque había algunas en las que salía desprevenido y sonriendo radiantemente.
Se acercó a su mesita de noche y cogió el papel donde traía la información y lo volvió a leer.
Nombre: Tegoshi Yuya.
Fecha de nacimiento: 11 de Noviembre, 1987
Lugar de nacimiento: Kanagawa, Japón
Estatura: 170 cm
Peso: 60 kg
Signo zodiacal: Escorpio
Grupo sanguíneo: B
Mal Habito: Lamerse los labios.
Color Favorito: Celeste.
Comida Favorita: Ramen.
Comida que no le gusta: El pimiento verde.
Hobbies: Karaoke y Fútbol.
Estación que no le gusta: verano.
Punto Fuerte: Deportes.
Punto Débil: Se aburre fácilmente.
Debilidades: que tiene muchas cosquillas.
Curiosidades:
Ha jugado a fútbol durante diez años.
Sus amigos lo denominan como "alguien que está en su mundo"
Fan de la banda L'Arc and Ciel
Amigo íntimo de Masuda Takahisa (hijo del socio del señor Tegoshi), tan íntimos que pasan el tiempo libre juntos, van al gimnasio juntos...
Tiene el carnet de conducir.
Puede llegar a ser muy egoísta y caprichoso.
No le gusta perder. (y menos si se trata de fútbol)
- Mucha información... - susurró cuando acabó de leer la hoja. Ya sabía lo suficiente de ese chico, bueno, más que suficiente. La verdad era que no tenía ni el más mínimo interés en saber qué comida le gustaba y le dejaba de gustar. Sólo le interesaba que el chico aprendiese rápido y poder largarse de ahí cuanto antes.
Se acercó a su mesita de noche y cogió el papel donde traía la información y lo volvió a leer.
Nombre: Tegoshi Yuya.
Fecha de nacimiento: 11 de Noviembre, 1987
Lugar de nacimiento: Kanagawa, Japón
Estatura: 170 cm
Peso: 60 kg
Signo zodiacal: Escorpio
Grupo sanguíneo: B
Mal Habito: Lamerse los labios.
Color Favorito: Celeste.
Comida Favorita: Ramen.
Comida que no le gusta: El pimiento verde.
Hobbies: Karaoke y Fútbol.
Estación que no le gusta: verano.
Punto Fuerte: Deportes.
Punto Débil: Se aburre fácilmente.
Debilidades: que tiene muchas cosquillas.
Curiosidades:
Ha jugado a fútbol durante diez años.
Sus amigos lo denominan como "alguien que está en su mundo"
Fan de la banda L'Arc and Ciel
Amigo íntimo de Masuda Takahisa (hijo del socio del señor Tegoshi), tan íntimos que pasan el tiempo libre juntos, van al gimnasio juntos...
Tiene el carnet de conducir.
Puede llegar a ser muy egoísta y caprichoso.
No le gusta perder. (y menos si se trata de fútbol)
- Mucha información... - susurró cuando acabó de leer la hoja. Ya sabía lo suficiente de ese chico, bueno, más que suficiente. La verdad era que no tenía ni el más mínimo interés en saber qué comida le gustaba y le dejaba de gustar. Sólo le interesaba que el chico aprendiese rápido y poder largarse de ahí cuanto antes.
- Oh, estupendo. - musitó mientras se apresuraba a ir a la puerta y salir de su habitación, sorprendiendo al sirviente que aún estaba al otro lado de la puerta. Tomohisa le sonrió por el susto que había llevado el pequeño chico. Y caminó por el pasillo derecha, el sirviente se le quedó mirando la ancha espalda.
- El gran recibidor está por aquí, señor Yamashita. - interrumpió el caminar del nombrado mientras señalaba tímidamente el pasillo contrario. Yamapi se giró malhumorado, susurrando cosas que el mayordomo no alcanzó a enteder.
- Maldita casa, ¿por qué tiene que ser tan grande? - se preguntó susurrando mientras caminaba hacia el pasillo que el sirviente le había dicho.
Iban en completo silencio. Yamashita tenía que reconocer que estaba ansioso por conocer al joven, aunque seguramente no se llevaría ninguna sorpresa porque sería exactamente como imaginaba. Pero sería una labor difícil de hacer, ya que parecía ser una persona caprichosa y mimada.
Llegó al gran recibidor, ya llevaba ahí casi dos semanas y seguía sorprendiéndole la gran capacidad que tenía esa mansión ¿por qué querían tanto espacio? Nunca lo entendería, era mejor un sitio pequeño y acogedor, con una casa tan grande podrían no verse en meses (vale, muy exagerado) Notó que el padre no estaba para recibir al hijo. Se había ido por meses ¿y ni siquiera se dignaba a saludarlo? Nunca entedería la mentalidad de los ricos.
- ¡Pero dónde se ha metido ese chico! - gritó Yamapi desquiciado ya de tener que esperarlo, llevaban ya como una hora esperando al pequeño rico y éste no se dignaba a aparecer.
- Tranquilícese señor Yamashita, el señorito Tegoshi es característico por llegar tarde. - trató de tranquilizar uno de los mayordomos que más cerca estaban. Los demás estaban a ambos lados del recibidor; sirvientas a un lado, mayordomos al otro. Habría como unos cien en total, cincuenta de cada.
Se escucharon unos pasos en las escaleras de mármol, parecían dos personas, ya que se oían cuatro zapatos. Todos los sirvientes se giraron e inclinaron nada más que se dieron cuenta de que eran los dueños de la mansión. Yamapi quedó impresionado por la belleza de la mujer, ahora sabía de dónde había sacado la hermosura el hijo. Era una mujer que desprendía ternura por todos los poros de su piel, aunque sus facciones estaban endurecidas se podía notar la ternura y amabilidad. Al lado estaba el señor de la casa, a quién no había vuelto a ver desde la "charla" que habían tenido.
Todos los sirvientes de la casa se inclinaron a la vez, Yamapi quedó asombrado a ver todos los cuerpos inclinados, ¿tanto poder tenían que podían hacer que más de cien personas se inclinasen sólo con su presencia? Se sintió incómodo al ver que era el único que estaba erguido, pero él no se consideraba un sirviente de ellos asique... se mantendría en la misma postura.
- Veo que Yuya aún no ha llegado. - habló la mujer cuando ya huvieron bajado las escaleras. Se posicionaron a un lado de él, aunque a una distancia prudente. Desde ahí Tomohisa pudo apreciar de la belleza de la que era portadora la mujer y también ella pudo apreciar la belleza de él. Ambos quedándose mirando el uno al otro.
- Ya sabes cómo es, querida. - habló el señor interrumpiendo el contacto de miradas. La mujer le sonrió a Yamashita y él le devolvió la mirada. La puerta principal se abrió cegando un poco por la luz solar tan fuerte que hacía fuera. De ésta entró un joven.
Yamashita contuvo el aliento, trató de poder bien al joven que había entrado, pero no pudo, la luz hacía contraste, molestándole en los ojos.
- El señorito Tegoshi entrará en unos instantes. - Yamashita se llevó una pequeña desilusión, ¿el chico tenía que ser anunciado al entrar? ¿Por qué no ponía un anuncio en el periódico y así se enteraba todo el país?
Instantes después un pequeño cuerpo pasó por la puerta ya abierta, sus pasos se escuchaban en el caro suelo, al parecer llevaba calzado con un poco de tacón. A simple vista parecía un chico delgado pero bien vestido. Caminaba a paso firme, llevaba una gabardina que le llegaba por debajo de las rodillas. Pero lo mismo que le había pasado con el chico anterior, le pasó con él. No pudo ver el rostro bien, tampoco podía distinguir del todo el color de la ropa.
- Tadaima. - dijo con una voz dulce y fina. Yamashita se sorprendió al oír la voz. Era dulce, tranquila, firme, suave... Trató de poder ver bien al joven, pero no pudo, aún le molestaba el sol. Gracias al cielo, los sirvientes que se encargaban de abrir y cerrar la gran puerta, la cerraron. Pudiendo ver al chico perfectamente.
Cabello castaño y rizado. Ojos marrones; tranquilos, serenos, coquetos y divertidos. Cuerpo delgado, piel blanca y fina. Las fotografías no le hacían justicia, pero aún más bello en persona. Pero lo que realmente contaba era la personalidad y la personalidad sería... odiosa. Aunque la apariencia fuese espectacular, si lo de dentro era odioso... no servía de nada.
- Era hora, tu viaje se excedió demasiado. - sentenció el hombre sacando de sus pensamientos a Yamashita que se giró a mirarle. ¿Acababa de llegar y lo primero que le decía era eso? ¿Qué clase de padre era? Bueno, el de paternidad no sabía mucho...
- Querido, déjale, fue como regalo de cumpleaños. - de los labios color carmín de la mujer salieron esas palabras. Haciendo que Yamapi posase su mirada ahora en ella. Vio como se acercó a su hijo y lo abrazó maternalmente. - Okaeri. - le susurró. Había sido en un susurro pero el recibidor tenía hueco asique pudieron oírlo todos.
- Yuya, tengo a alguien a presentarte. - interrumpió el hombre mirando a Yamashita, éste también le miraba. La mujer deshizo el abrazo y Yuya miró a su padre contento.
- ¿Un nuevo juguete? - le preguntó divertido. Yamapi abrió los ojos sorprendido ¿no era el primero que venía a enseñarle "educación" al chico? Fijó su mirada en el pequeño Tegoshi. Éste miraba a su padre esperando una respuesta, realmente estaba ansioso por "el nuevo juguete". Le mosqueó que le tratase como un objeto asique habló.
- No soy ningún juguete. - interrumpió al hombre que estaba por hablar. Yuya fijó su mirada al que acababa de hablar, al igual que todos los de esa sala. Le miró sorprendido.
- Lo has escogido muy bien, padre. - elogió el menor mirando fijamente a Yamashita. Esa mirada le intimidaba, era una mirada suave pero firme, no sabía cómo conseguía tener esa mezcla, era la primera vez que la veía.
Ya todos habían comido, ya se habían presentado formalmente y el señor Tegoshi ya le había explicado para qué estaba ahí, obviamente omitiendo la deuda que Tomohisa tenía con la familia. Sólamente lo sabían él, el mayordomo y el señor Tegoshi, esperemos que el socio del señor no lo supiese tampoco, por que sino...
Estaba tranquilamente leyendo en el escritorio de su habitación, era de las pocas veces que comía tan bien, ¿qué se podía esperar viviendo en esa casa que era veinte veces el bloque donde el vivía? Estaba absorto en la lectura cuando unos suaves golpes se escucharon a través de la puerta. Apartó el libro, se retiró las gafas y miró la puerta diciendo un "¿Sí?"
- Señor Yamashita, el señorito Tegoshi le solicita. - se sorprendió. Bueno, no habían mantenido una conversación apropiada, únicamente habían intercambiado palabras para dejarle claro que no era su juguete. Cerró el libro, no antes sin ponerle el marca-páginas. Suspiró, ahora tendría que lidiar con el fastidioso de la casa, pero nada podía hacer, estaba obligado.
Salió de su habitación en dirección a la habitación de menor de los Tegoshi, que estaba a un lado de la de él. Antes de tocar la puerta suspiró notoriamente, tranquilizándose, no podía permitirse el hablarle mal, si hacía eso le iría mal. Tocó la puerta para que supiese que estaba ahí. Escuchó un leve "pasa" al otro lado de la puerta.
Cuando entró se sorprendió de encontrar tantos peluches en la habitación, habría como unos cincuenta, quitando los cogines y la excesiva decoración.
- ¿Me ha mandado llamar? - le preguntó formalmente aún en el umbral de la puerta, tenía algo de temor entrar. Aunque no tenía por qué, cosas peores había visto. Bueno, cualquier cosa era peor que un montón de peluches.
- Sí, pasa. Ponte cómodo. - habló el menor desde un sillón que había al fondo, junto a la ventana y una estantería. Pasó y acto seguido Yuya le habló. - Cierra. - ordenó. Yamapi arrugó el entrecejo, ahora tendría que aguantar las órdenes del niño consentido de la casa. Hizo lo que le mandó, no quería probocar una confrontación.
- ¿Para qué me quiere? - preguntó educadamente. Yuya le sonrió, parecía como que le tuviese miedo, ya que se había quedado donde la puerta.
- Puedes tutearme, soy menor que tú. - respondió aún con la sonrisa en el rostro. "Lo haré si me da la gana." pensó malhumorado el mayor, respiró para tranquilizarse. No serviría de nada decirle algo.
- Te propongo un trato. - habló sonriente el menor, pero esta era una sonrisa inocente, o por lo menos eso parecía desde donde él estaba. ¿Otro? ¿Cuántos favores tendría que hacer mientras estuviese en esa casa. Era la segunda semana que estaba ahí y ya tendría que cumplir varias cosas.
- Soy todo oídos. - respondió una vez que salió de sus pensamientos. Yuya le miró fijamente.
- Yo te ayudo a que salgas antes de aquí. - habló mientras le miraba fijamente, tenía las piernas cruzadas y con una sonrisa. Yamashita se extrañó. Eso no tenía ni pies ni cabeza, ¿por qué haría eso él?
- ¿Cómo? - le preguntó extrañado y algo receloso, no se creía lo que decía, pero bueno, por escucharle no perdía nada.
- Muy simple. Intento parecer que soy duro y con mente fría y tú te largas de aquí por la vía rápida. - explicó aún mirándole fijamente. Yuya tenía un codo apoyado en uno de los posa-brazos del sillón y la mejilla apoyada en la mano correspondiente. Yamashita le gustaba por dónde iban la conversación, pero, aún no se fiaba. - Obviamente, quiero algo a cambio. - sentenció mirándole fijamente y con una sonrisa infantil, que hacía que tuviese escalofríos.
- Me lo suponía. Tu padre miente cuando dice que no tienes mentalidad para los negocios. - habló alto para que le oyese. Sonrió de medio lado al decir eso, al igual que Yuya al otro extremo de la gran habitación. - ¿Qué es lo que quieres? - le preguntó directamente y mirándole fijamente.
- Que te acuestes conmigo. - sentenció el menor con una sonrisa inocente.
Yamashita abrió los ojos sorprendido. ¿Qué? ¿Quería tener sexo con él? La sonrisa de Yuya hacía que escalofríos recorriesen todo su cuerpo.
Fin del cap. 2
Todas sabemos que Tego-nya tiene un lado perverso y pervertido! >///< Sí, lo sé ha estado corto, pero es que no quería ponerlo todo en el mismo cap, asique lo he cortado ahí para que haya algo de intriga! (Que mala soy! >.<) Espero que les haya gustado! Comenten lo que les pareció! >.<
Mimi-chan destaa~!
EDWYRTGIHDGFDUUBNHDEFGGCXERHN
ResponderEliminarSi no lo sigues yaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa no tienes corazon OOOOOOOOo!!!!!!!!!!!
Kyaaaaaaaaaaaaaaaaa omggggggggggggg¡¡¡
El lado pervertido de tegonyan me encantaaaa dadas
Me encantoooooo!! Oomg fue de lo mejor¡¡
Tegonyan tan..tan..kya¡¡
Me voy a volver loca !!!!!!!
ahora solo falta que exprese su lado femenino para volver loco a yamapi xD!!
Quiero contii onegaiii ¡¡¡si no haces conti ya no tienes corazon¡¡
Porfiii porfiii- reza a tus pies- contiiiiiiiii
kyaaaaa!!!
ResponderEliminarestuvo hermoso como todos tus fics
son increibles.... me encantan todos
escribes hermoso..la verdad yo no soy fan de esta pareja pero tus fics son increibles....waaaaa me encanto estuvo hermosooo
espero contiiii.......
kawaiii!!!!
sayonara..... :D
Tegoshi O_O ... Si se parece mucho a su verdadera personalidad(?) XD
ResponderEliminarQue hará Yamapi? :O
*----* esta interesante
ME ENCANTA ESTE FIC!!!!! I NEED MOREEEEEE *_______*
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