domingo, 29 de diciembre de 2013

Only you. [Capítulo 16]

¡Buenas! Aquí vengo a dejar el último capítulo del año de este mi más amado (de momento) fic. Me encanta escribirlo y presiento que poco a poco se va acercando el final. Aunque creo que me tomará como mínimo, cinco caps más (sí, como mínimo)

Sin más, ¡aquí lo dejo! El año que viene traeré más cosas  ^w^

¡FELICES FIESTAS DE AÑO NUEVO A TODOS! 


Parejas: Ariyama, yamajima, okajima, takanoo, yabuhika, chiitaro.



 Capítulo 16







Todos seguían en silencio, había un poco de tensión en el ambiente, cosa de la que no parecía darse cuenta Tamamori. Daiki seguía sin mirar a nadie en específico, después de mirar a Ryosuke desvió la mirada sintiéndose culpable, demasiado culpable.

- Así que… - comenzó Yuto ya que la situación era algo tensa. Le preocupaba la reacción de Yamada, pues éste siempre había esperado el regreso de Arioka. Se sentía algo enfadado con el mayor, ¿cómo se atrevía a traicionar a Ryosuke?

- ¿Salisteis juntos? – continuó Hikaru que estaba igual de sorprendido que los demás. Miraba al moreno que acababa de soltar la bomba. Con razón ahora Daiki ya no sentía nada por Yamada, ya había tenido más parejas.

- Sí. – respondió sonriente el invitado. No se daba cuenta de la tensión que había en el ambiente, más bien… era ajeno a todo. Ni siquiera veía la incomodidad en su amigo.

Se hizo el silencio otra vez, nadie se atrevía a hablar, inclusive Arioka. No sabía qué tenía que decir, solamente rogaba que su amigo contase toda la historia. No quería desviar la mirada, no quería encontrarse con esa mirada de traición de Ryosuke, le dolía mucho.

- Aunque solo fue por un mes. – explicó. Los demás parecieron relajar la expresión.

A Ryosuke ese dato no le servía de nada, simplemente lo empeoraba todo. Tenía unas enormes ganas de llorar, quería salir de ahí, no escuchar nada de lo que Tamamori tuviese que decir, nada. No quería ver el rostro de Arioka por más tiempo, ahora estaba comenzando a odiarle, realmente le había hecho mucho daño escuchar esas palabras.

Se levantó y se marchó rápidamente, tenía que hacerlo antes de que las lágrimas se saliesen de sus ojos, no quería llorar en frente de sus amigos. No, eso nunca. Tampoco lo quería hacer delante de Yuto y mucho menos, delante de Daiki. No quería verse como el ex traicionado, pero era así como se sentía.

Daiki siguió cada movimiento del menor y por impulso, o culpabilidad, salió detrás de él. Tenía que explicarle, aunque no tuviesen nada ahora sentía que el castaño se merecía una explicación. O por lo menos, toda la historia.

Yuto miró a su novio salir con lágrimas en los ojos y después vio como Arioka salía detrás de él. Extrañamente, se sentía furioso, pero con Daiki. ¿Cómo se atrevía a hacerle eso a Ryosuke? Tenía unas ganas tremendas de golpear a Arioka. Apretó los puños fuertemente, de rabia e impotencia. Quería salir detrás de Yamada y tratar de calmarle, pero sabía que ahora mismo Yamada necesitaba a Daiki a su lado y no a él. Solamente Daiki podría aliviar el sufrimiento de su novio. Lo extraño, era que no sentía celos, simplemente pena por su novio. ¿Qué le pasaba?

- Aunque creo que nunca llegué a gustarle a Dai-chan. – continuó explicando el moreno. Los demás posaron sus miradas en él, esperando lo que tenía que decir.

- ¿Y eso por qué? – la curiosidad podía con Ryutaro que miraba expectante al moreno que sin querer la había liado parda en el grupo.

- Siempre estaba ausente. – hizo una pausa en la que sonrió. – Y cuando rompimos, me confesó que seguía amando a esa persona dueña de su corazón. – soltó un suspiro irónico. Después de que rompiesen habían seguido con el buen contacto, pero Daiki no volvió a salir con nadie.

Los demás se miraron entre ellos sorprendidos, no cabían del asombro ante lo que acababan de escuchar.





- ¡Yamada espera! – llamó Daiki andando detrás de él por el pasillo del piso de arriba. El nombrado no se detenía, ya era la cuarta vez que le llamaba y ni caso le había hecho.

El menor andaba apresuradamente con una mano en el rostro, tratando de retener las lágrimas que no cesaban. No quería que nadie le viese así y menos Daiki, ¿por qué tenía que haberle seguido? ¡No quería verle!

Fue en dirección a su dormitorio, su corazón latía tan fuerte que dolía y se le estrujaba solamente de pensar lo que le había hecho Arioka. Éste consiguió alcanzarle antes de que cerrase la puerta de la habitación, entró sin esperar a que el menor se diese cuenta de su intromisión. Cerró la puerta haciendo que el menor se diese cuenta de que estaba dentro.

- ¿Qué haces aquí? – preguntó sin girarse y secándose las lágrimas que no paraban. No quería que el mayor le viese con lágrimas en los ojos, no le dejaría que le viese tan débil.

- Déjame que te explique… - se acercó un poco a él con el tono en súplica, esperaba que el menor quisiese escucharle. Bueno, y si no quería escucharle él se encargaría de que lo hiciese.

- No tienes nada que explicarme. – Yamada trató de tranquilizarse, de que no le pudiese la rabia que estaba sintiendo en ese momento. No entendía por qué lloraba ni el por qué se sentía traicionado.

- Claro que tengo explicarte. – sentenció el mayor algo dolido, no quería ver al menor así. No le gustaba, le hacía sentir un miserable. Se le estrujaba el corazón cada vez que escuchaba un leve sollozo por parte de Ryosuke.

- ¡¿Qué me tienes que explicar?! ¡¿El cómo tardaste menos de un mes en buscarte a otro?! – se giró encarándole y gritándole. Tenía mucha rabia como para retenerla, lo había intentado pero la terquedad de Daiki había ganado. No quería saber nada, ni de él ni de su historia con Tamamori.

- ¡Estás equivocado! – elevó él también el tono de voz, no quería que Yamada pensase eso. Apretó los labios al formarse un nudo en su garganta, ver esas gruesas lágrimas caer por el hermoso rostro de Yamada le oprimía el corazón.

- ¡¿En qué me equivoco?! ¡Dime! – siguió con el tono elevado. Estaba comenzando a detestar a la persona que tenía enfrente y no quería, puesto que era la persona más importante para él, junto a él había vivido los mejores momentos de su vida y no quería que eso acabase así.

- Vale… puede que la primera parte de la historia sea así, pero… - no sabía qué decir. Sabía que Ryosuke tenía razón, lo había hecho mal. Pero tenía su motivo.

Yamada guardó silencio, se le estaba ocurriendo demasiados insultos como para decírselos a la cara. Tragó saliva a la vez que se secaba las lágrimas, al final había dejado que el mayor le viese el rostro.

- Pero no duramos más de un mes. – trató de comenzar la charla, se sentía culpable. Tenía la mirada gacha ya que no se atrevía a mirar al menor a la cara, no podía.

- ¿Y? Eso no soluciona nada. – habló más calmado, a pesar de que no quería escuchar lo que Arioka iba a decir escucharía hasta el final, aún sabiendo de que lo que oiría le haría daño.

- Sí, puede que no solucione nada. – tenía ganas de llorar, pero tenía que ser fuerte. No podía llorar delante de Yamada, no cuando la verdadera víctima era el otro y no él. No podía permitirse llorar delante de él, así que aguantaría.

Se hizo el silencio, Daiki no sabía cómo comenzar a relatar la historia. Yamada se estaba desesperando por la tardanza del mayor, ¿qué pasaba que no se atrevía a decírselo? ¿Había algo aún peor?

- Yo… estaba confundido. – comenzó el mayor apretando los puños recordando esa etapa. – Te echaba mucho de menos, tanto que me volví un antisocial. – prosiguió aún sin mirarle, no tenía el valor. – Yo necesitaba amor, cariño y no te tenía a ti. No salía de casa, no hablaba, ni reía… terminé por sumirme en una dolorosa depresión. – apretó los ojos y los labios tratando de retener las lágrimas y el nudo en la garganta.

Hubo un pequeño silencio en el cual Yamada recapacitaba todo lo que le estaba diciendo Arioka. Le había sorprendido el hecho de que se volviese un antisocial, eso parecía algo completamente imposible para Daiki.

- Entonces, él me dijo que me amaba y yo… - una solitaria lágrima cayó por su ojo derecho, una lágrima que no pudo retener. – Sé que lo hice mal, no tenía que haberle dicho que sí. Pero… te echaba tanto de menos que… - no pudo continuar ya que el menor le interrumpió.

- Que comenzaste a salir con otro, que muestra de amor. – habló irónicamente el menor con algo de dolor. No creía que el mayor lo hubiese pasado tan mal y le dolía escuchar esas palabras.

- Lo dejamos al poco tiempo porque yo no pude olvidarte. Sentía que estaba traicionándote a ti y a Tama-chan. – dijo mirando al suelo apretando los puños, recordaba ese tiempo perfectamente. Aún le dolía el corazón al recordar la horrible sensación de estar traicionando a la persona que más quería.

- Ya, claro. – no se creía las palabras de Arioka, más bien no quería creerlas. ¿Por qué tendría que hacerlo?

- ¡Entiende! ¡Solamente le dije que sí porque me sentía solo! – elevó el tono de voz ante la constante evasiva del menor. Por primera vez le miró a los ojos, notó que el menor los tenía rojos del llanto.

- ¡¿Qué quieres que entienda?! ¡Me has traicionado! – exclamó harto del victimismo que tenía el mayor, le hervía la sangre. Aquí la víctima era él no Arioka.

- ¡¿Yo?! ¡¿Y tú qué?! – reprendió con el tono elevado, no podía creer lo que estaba escuchando. Parecía que Ryosuke no se acordaba de un asunto importante.

- ¿Yo? – se extrañó de la pregunta que le había hecho el mayor.

- Sí tú. – hizo una pausa donde se secó las lágrimas que habían caído. – No tienes el derecho a recriminarme nada cuando tú ahora tienes pareja. – arremetió molesto. Puede que él lo hiciese mal, pero si él lo había hecho tan mal Yamada también.

- No es lo mismo. – respondió poco convencido de que lo que decía era cierto.

- ¿Por qué no es lo mismo? – se atrevió a preguntarle algo ceñudo, ¿cómo que no era lo mismo? ¡Era exactamente igual! O no, incluso peor, él había durado un mes con Tamamori, Yamada llevaba como más de cuatro meses con Yuto.

- ¡Por qué yo estuve esperando por ti! – volvió a elevar el tono de voz. Parecía que era la hora de explicar las cosas y así sería. Le parecía irónico que las cosas importantes con Daiki solamente se arreglasen así. Así se habían confesado y así estaban “arreglando” las cosas.

Daiki no dijo nada, simplemente abrió los ojos ante el asombro.

- Siempre, durante los dos años, siempre te esperé. Esperé lo incansable por ti, sin saber nada, si aún éramos pareja, sin darme el lujo de querer a nadie más. – las lágrimas volvieron a brotar involuntariamente pensando en los meses de soledad. – Estuve esos dos años queriéndote, sin importarme nada. Pero… cuando por fin decido iniciar una relación con Yuto… a la semana apareces en mi vida poniéndola patas arriba. – se limpió las lágrimas con rabia, no quería seguir sufriendo. – Y ahora… ahora me entero de que durante esos años que yo viví únicamente de esa promesa tú… - un sollozo le impidió continuar. Llevó sus manos al rostro tratando de que Arioka ya no le viese más en ese estado.

El mayor tragó saliva para desatar el nudo en la garganta. Escuchar ese tono lastimero en la voz de Yamada le dolía, le entraban ganas de llorar a él también. Imaginaba lo mal que lo había pasado Ryosuke con su partida, él también lo había pasado mal.

Daiki no sabía qué hacer, ni qué decir. Se acercó apresuradamente hacia el menor y le abrazó fuertemente, lo necesitaban, ambos. Ryosuke se resistió al principio, pero acabó cediendo rodeando la espalda del mayor, escondiendo la cabeza en el hombro contrario.

- No… no puedes irte de mi vida y luego volver. ¿Con qué derecho? – reprochó el menor aferrándose a esa espalda que tanto había querido.

Todo era tan confuso, las palabra salían de su garganta sin más, tenía tanto callado y guardado. Necesitaba soltarlo, quería ser libre de todos esos pensamientos y sentimientos que le habían atormentado esos dos años.

- Lo siento, realmente lo siento. – habló Daiki con los ojos aguados. Le dolía escuchar a Ryosuke, y más saber del daño que le había hecho, pero el marchar no había sido cosa que él decidiese, se vio obligado a hacerlo.

- Todos los días, pensaba en ti, en nada más que en ti. Deseando que pasasen los días para volver a verte y tenerte junto a mí. – se sinceró el mayor apretando el abrazo. Necesitaba sentirle cerca, la espera había sido dolorosa.

- Entonces, ¿por qué no volviste? – le preguntó Yamada más calmado, las lágrimas habían parado y el calor de Arioka había conseguido calmarle.

- Varias cosas sucedieron y… - no quería contárselo, por el bien de Ryosuke no debía saber el por qué de su partida. Era lo mejor, no quería añadirle más sufrimiento, ya había hecho bastante.

Yamada no dijo nada. Tenía mucha necesidad del por qué se había ido Daiki de su lado y por qué no había vuelto después de dos años. Quería saber qué había hecho durante esos dos años… quería saber lo todo, necesitaba saberlo.

- ¿Ya estás mejor? – preguntó el mayor separándose de él y mirándole fijamente a los ojos, seguían abrazados pero ya no estaban tan cerca como antes. El menor asintió con la cara empapada y Daiki subió las manos para secarle ambas mejillas.

Se miraron intensamente, transmitiéndose todo lo que en ese momento sentían. Daiki por un momento miró los labios de Yamada y la idea de besar de nuevo esos labios le pasó por la mente. Pero se contuvo, ya le había hecho suficiente daño. Se separó completamente sonriendo cálidamente.

- ¿Con esto queda todo resuelto no? – ensanchó la sonrisa sacándole otra minúscula al menor. Éste asintió y ensanchó la sonrisa, desde hacía tiempo necesitaban esa charla.

- Mejor. – dijo el mayor soltando una pequeña risa. Ambos rieron por la situación y se dispusieron a salir.

Temían que los mayores hubiesen escuchado todos sus gritos, pero sabían que ellos lo comprenderían. Tenían mucho guardado.



Después de ese acontecimiento las cosas se calmaron. Esa conversación le había dado mucho que pensar a Daiki. Llegando a la conclusión de no volver a intentar nada con Ryosuke, ya que solamente le traería sufrimiento, él no podía hacer feliz al menor. Siempre acababa metiendo la pata.

Era de noche, mediados de Julio. Daiki se encontraba en su habitación, los demás habían ido a la playa y seguramente que hasta un poco más tarde no volverían. Miró por la ventana (su cama estaba al lado) vislumbrando las siluetas que conformaban sus amigos. Sonrió al notar a Yamada hablando tranquilamente con Yabu.

Poco después todos llegaron, cansados, así que fueron directamente a la cama. Arioka aún no tenía sueño, así que cogió el álbum que el día anterior le había dado su abuela. En él estaban fotos de todos cuando eran pequeños, había llevado el álbum un verano que fue a casa de su abuela.

Salió de la habitación y bajó al piso de abajo al salón, recordaría viejos tiempos. Se sentó en el sofá y lo abrió, mirando cada foto al detalle. Sin perderse ni una, recordando en qué situación se había hecho cada una, sonriendo al acordarse gratos recuerdos.

Su vista se fijó en una que salía con Yamada, ambos eran casi unos adolescentes. Se abrazaban por los hombros, sonriendo radiantemente enseñando sus blancos dientes. Aún llevaban el pelo negro y en sus rostros había un aire de niñez e ingenuidad que nunca volvería. Celebraban el primer día que él entró en la secundaria. Sonrió nostálgico al recordar que en esos tiempos todo era felicidad que no había conflictos entre ellos, ni mucho menos por amor.

- ¿Qué ves? – preguntó una voz en su oído que consiguió sobresaltarle. Dio un saltito y se giró a mirar al intruso. Se sorprendió de encontrar ahí a Yamada, sonrió y le señaló la foto.

- ¿Te acuerdas? – sonrió ampliamente. El menor miró sorprendido la foto y se sentó a un lado de él en el sofá, demasiado cerca para el corazón de Daiki, sus rodillas se juntaban.

- ¡Por supuesto! ¿Cómo no me voy a acordar? – contestó entusiasmado admirando la foto. El mayor observó embobado la pequeña sonrisa de felicidad que asomaba por el rostro de su acompañante.

Continuaron viendo fotos. Había de todo tipo, de Daiki y su hermano mayor, con cada miembro del grupo, todos juntos, de los señores Arioka… La mayoría eran con Yamada, en todas salían sonriendo enérgicamente.

- Ay que ver cómo pasa el tiempo… - expresó nostálgico el menor dejándose caer sobre el cómodo respaldo del sofá. Arioka miró la expresión de su acompañante y sonrió levemente.

- Quién nos iba a decir a nosotros que pasaríamos por todo esto. – analizó Daiki.

Yamada dirigió su mirada al rostro del mayor, se miraron intensamente. Ambos seguramente estaban pensando en lo mismo, en los últimos acontecimientos. Y ciertamente cuando eran pequeños nunca hubiesen imaginado nada parecido. Yamada miró los grandes labios de Arioka, sentía un irrefrenable impulso por besarle e involuntariamente se fue acercando hacia el mayor.

Éste abrió los ojos sorprendido mas no se volvió ni un centímetro, él también deseaba que eso pasase y si Yamada era el que hacía el acercamiento no se negaría. Estaban muy cerca, se mezclaban las respiraciones, fueron entrecerrando los ojos… hasta que el beso por fin se dio.


*Fin del cap.16*



¡Espero que os haya gustado! >_<
Como dije me gustan los finales abiertos en los caps, como le me da pie a comenzar el siguiente capítulo xDD
¡Mimi-chan destaa~! 

4 comentarios:

  1. Asdfffrhvdrtgdey cruel D:
    Ne dejaste alterada en el último momento.
    Pobre Tama-chan... sólo duró 1 mes su relación con Daiki y éste sólo salió con él por sentirse solo.
    Qué forma de volver todo a la normalidad o estar bien XDD Discusiones y más discusiones.
    Me sigue intrigando Daiki D: Qué le pasa?? ¿¿Cuál es ese secreto que no le quiere decir a Ryosuke??
    Waaaaaaaa
    Espero con ansias es sig cap *^*

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  2. SOLO 5 MAS? SOLO? No, no, mimi, más más ahahahaha
    Me encantó este capítulo!!! Sobre todo el final, no vayamos a engañarnos ehehehehe ♥
    Y qué más decir, de nuevo espero con muchisisisimas ansias el proximo capitulo! ♥♥

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  3. wwwaaa~~~
    besoo al final.... -rueda en la silla-
    asadfas~ pobre yama-chan, ese daiki ¬¬)9
    no pudo aguantar asi como lo hizo ryo-chan...
    y que con yutooo!!... que se valla y viole a keito >.<
    naaaahhh~ vamos~ vamos~ se que yuto puede... keitin lo quiere mushooo :D

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  4. Quiero conti! Ja no lo se esté cap fue algo raro no, no eso no quiere decir que no me gusto de hecho me fascinó escribes muy bien es solo que me dio cierto aire de nostalgia ufff! Pero me a gustado mucho, ghdnyd yo quiero OkaJima :3 Conti!

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