martes, 5 de noviembre de 2013

Only you. [Capítulo diez]

Bueno, aquí dejo el capítulo diez antes de que se me acabe el tiempo xD Esto quiere decir que ya he acabado el capítulo doce. Sé que he tardado en acabarlo, tampoco es que sea tan largo (al doce me refiero) pero no tenía tiempo. Y justo ahora me he dicho, bueno, pues me pongo a ello antes de que mi tiempo se agote. Y así fue, me puse la música que tengo en el blog y a ello me puse, lo conseguí acabar y aquí os lo traigo. ^^


Sé que hay pocas personas que leen este serial ya que las parejas no son muy comunes, pero a las que lo leen y comentan ¡me alegran mucho sus comentarios! Porque ya que a mi me gusta escribir este fic, que sea valorado y comentado me hace muy feliz >_< ¡Muchísimas gracias! ^^




Parejas: Ariyama, Yamajima, Okajima, Yabuhika, Takanoo, Chiitaro.

Capítulo 10






Takaki meditaba las sensaciones que había sentido cuando vio a Inoo esa misma tarde. No sabía de dónde había sacado la fuerza para enfrentarse a semejante situación. Era violento tener que mirarle a la cara. Ya que cada vez que lo hacía la imagen se distorsionaba y cambiaba por otra completamente diferente y mucho más… íntima.

Aún no sabía cómo habían llegado a esa situación el fin de semana pasado. Ni si quiera recordaba los momentos previos a que el “acto” se produjese. Sabía que se habían confesado mutuamente que en el pasado se habían gustado. Después se pusieron con los ejercicios otra vez. Pero después de eso nada. Recordaba vagamente que se habían mirado intensamente. Y al acto siguiente le tenía estremeciéndose debajo de él.

Poco a poco el momento íntimo llegaba a su memoria. Por suerte o desgracia, se acordaba de prácticamente lo que conllevaba el “acto”.



*Flash Back.*



Inoo miró intensamente a Takaki. A la vez que se mordía el labio inferior. Tratando de reprimir un repentino beso que quería robarle. Para Yuya era lo mismo. Solo que lo disimulaba con un nervioso movimiento del portaminas. Sin mirarle. No sería capaz de contenerse si lo hacía. Por el contrario Inoo no se contuvo. Se apoyó sobre la mesa, para eliminar el espacio que había entre ellos y le beso. Takaki abrió los ojos pero correspondió intensamente. Como demandaba el beso.

Después de lentos y tímidos movimientos sobre los labios del otro. Yuya se atrevió a adentrar su lengua en la cavidad del moreno. Boca que le recibió gustosa y ardiente. Ambas lenguas se abrazaban y se transmitían la tensión sexual que había entre ellos. Desde que se confesaron los sentimientos pasados.

Kei se inclinó aún más sobre la mesa para recargar algo de peso sobre el mayor. El otro pasó la mano por la nuca, acariciando el negro cabello, y le atrajo aún mas hacía él. Aún había mucho espacio entre ellos. Kei rompió súbitamente el beso y le miró fijamente, transmitiéndole el deseo que sentía. Yuya no se aguantó y le cogió del brazo a la vez que se levantaba. Tiró de él hacia su cuerpo y le obligó a caminar por encima de la mesa que les separaba. El mayor caminó unos pasos para dejar algo de espacio a los blanquecinos pies del moreno.

Una vez que estuvieron lo suficientemente cerca, se besaron con aún más pasión. Takaki se aferraba a la cintura del moreno, que acariciaba los largos cabellos castaños del mayor. Se besaban intensamente, moviendo los labios rápidamente, con urgencia, con pasión. Tratando de mostrarse mutuamente el deseo que se tenían.

Inoo empujó a Takaki para que cayese de espaldas en la mullida cama. Quedando él sobre el mayor, sentado sobre las caderas del castaño. Seguían besándose fogosamente. A la vez que Yuya le desabrochaba la camisa a Kei y éste le desataba el pantalón. Con urgencia. Ambos querían estar ya desnudos y consumar. Un deseo incomprendido nació de ambos cuerpos. Ambos tenían las mismas ganas de sexo.

Antes de que se diesen cuenta Inoo ya galopaba encima de Takaki. Saltaba encima de sus caderas, mientras Yuya masajeaba el miembro duro de Inoo, quien no hacía más que gemir y estremecerse. En un cambio de posturas, el castaño quedó encima del menor. Poco tiempo después ambos llegaron al clímax, soltando un gran gemido de placer y gozo. Quedaron rendidos sobre la gran cama de Yuya.



*Fin del Flash Back.*



- Inoo-chan… - susurró Daiki completamente sonrojado. – No hacía falta que me dieses tantos detalles. Ahora no podré mirar a la cara a Takaki. – regañó el menor ante la historia que le acababa de contar el pianista. Después de todos los detalles que le había dado el mayor podía decir con exactitud cuántos pelos en el pecho tenía Yuya.

- ¡Pues imagínate yo! – le tenía cogido por los hombros y le movió. Inoo estaba nervioso, no sabía qué iba a hacer. Era una situación que se escapaba a su intelecto. Esta tarde la había superado con éxito. Pero… ¿cómo haría para pasar un fin de semana entero con él? Se encontrarían todos los días… sería algo imposible.

- ¡Inoo-chan! – elevó el tono de voz Daiki. Seguía moviéndole, haciendo que se marease. Tuvo que gritarle para que parase. Inoo había quedado en silencio pero aún así seguía moviéndole de adelante hacia atrás. Posó sus manos en sus hombros y le paró el movimiento.

- ¿Qué hago Dai-chan? – preguntó una vez que paró. Bajando la mirada. Meditando bastante la situación en la que se encontraba. ¡Le daba mucha vergüenza encontrarse con Takaki! ¿A quién no en esta situación?

- ¡Cómo lo voy a saber, baka! – exclamó dándole un sorbo al té frío. Consiguiendo un poco de calma en su interior. Meditó alguna solución pero no encontró nada. Nunca se había encontrado en esa situación.

Hubo un tiempo de silencio. Cada uno parecía pensar en alguna solución. Pero a ninguno se le ocurría. A Kei ese silencio le parecía demasiado incómodo. No recordaba por qué habían llegado a eso él y Takaki. Seguramente habría una tensión sexual acumulada de años y había acabado por llevarles a esa situación.

- ¡Qué hago, qué hago, qué hago! – se rascó la cabeza exasperado de no encontrar una solución. Tampoco se reconocía a sí mismo. Nunca había perdido la calma. Siempre meditaba las situaciones. Pero claro, siempre había actuado premeditado y para una vez que se había dejado llevar… le pasaba esto.

- Siempre puedes actuar con normalidad. – habló por fin el castaño. Después de un tiempo y varias tazas de té, llegó a esa conclusión. Que a su parecer era la mejor. Inoo abrió los ojos sorprendido.

- Eso es imposible. – murmuró imaginándose las situaciones si hacía eso. Daiki ladeó un poco la cabeza, meditando la situación. Sí, sin duda esa era la única opción.

- Pero es lo mejor. – hizo una pausa en la que el moreno le miró expectante. Esperando a que siguiese hablando. – Trata de quitarle hierro al asunto. Ambos sois adultos, podréis sobrepasar esta situación. Ambos sois libres y no tenéis ataduras con nadie. Estáis en todo vuestro derecho de hacer con vuestra vida sexual lo que os plazca. – lo soltó. Más bien era un consejo hacia su persona que para Inoo. Más o menos podía comprender un poco el remolino de sensaciones de Inoo.

- Vaya, creo que tienes razón. – habló Kei una vez que meditó las palabras. Arioka tenía razón. Ambos eran adultos y si se habían acostado no tenía que repercutir en su relación. Además de que, como bien había dicho Daiki, ninguno tenía una relación ni ninguna atadura a nadie más.

- Creo que sería lo más correcto. – expresó el menor una vez que salió de sus pensamientos. Tratando de poner calma a sus revoltosos pensamientos.







Una vez que Inoo se fue, quedó Daiki solo con sus pensamientos. El acontecimiento con Ryosuke esa misma tarde volvió a su mente. Ya lo había dicho. Le había dado a entender al menor que ya no sentía nada por él, ¿era lo correcto no? Sabía cómo era el castaño. Sabía que estaría preocupado porque su historia no había quedado del todo resuelta, y que eso podría estar limitándole a la hora de la relación con Yuto.

Sonrió. Pero era una sonrisa triste. Fingida. No sentida. Sonreía para convencerse de que así las cosas estaban bien. Pero se sentía mal. Había mentido sobre sus sentimientos. Y ahora tendría que fingir delante de todo el mundo. Solamente una persona sabía de sus verdaderos sentimientos. Y ese era Inoo. Solamente él podía escucharle y no juzgarle.

Se echó encima de la cama rendido. Tantos acontecimientos en un solo día le agotaban. Quería cerrar los ojos y dormirse. Quería someterse a la ignorancia e inconsciencia del sueño. No pensar. No recordar. No torturarse.







Yamada por su parte llevaba un tiempo echado y en la misma postura. Esa noche no se había mandado mensajes con Yuto como todas las noches. El menor le había mandado uno como habituaba, pero no se sentía con ganas de contestarle. No mientras tuviese ese remolino de sensaciones que sentía. No le dejaban actuar y mucho menos pensar.

Una parte de él creía a Daiki y se sentía aliviado de haber escuchado eso por parte del mayor. Pues así no tendría ningún remordimiento. Tendría la conciencia tranquila, podría mirar a Arioka y a Yuto a la cara y sentir que no estaba traicionando a nadie. Pero por otra parte, le hacía enfadarse. Pues inconscientemente esperaba otra reacción por parte del mayor. También podía intuir que las palabras dichas por Daiki eran mentira. Pero no estaba seguro, porque podía ser cosa de su imaginación. Porque sabía que el mayor no haría o diría nada en contra de su voluntad. Entonces, ¿por qué seguía empeñado en pensar otra reacción? Daiki había dejado claro que se alegraba de su reciente relación… y aún así le habían dolido esas palabras.

- Esto es de locos… - susurró totalmente confundido. No entendía nada de sus sentimientos. Y no se sentía cómodo. Le gustaba tenerlo todo en orden. Pero ahora mismo, no podía poner nada en orden. Y le molestaba.









Rápidamente el tiempo pasó. Las vacaciones de verano habían llegado. Y con eso las ganas de disfrutar esos meses de libertad y despreocupaciones que experimentaban todos los adolescentes o jóvenes. Esa despreocupación que solamente puedes sentir cuando eres joven. Que no te preocupa nada más que divertirte y aprovechar el momento.

Al final todos habían accedido a la propuesta de Takaki. Incluso Daiki podía ir, cosa que le alegraba pues tenía varias limitaciones. Le sorprendió que sus padres le dejaran ir, pues él creía que no podría.

“Puedes ir. Pero asegúrate de no exponerte mucho al sol.”

Eso le habían dicho. Claramente lo cumpliría. Si su madre le había puesto esa condición era porque era necesaria. Y estrictamente necesaria, así que la cumpliría a rajatabla. Preparó la maleta al igual que todos sus compañeros. Habían decidido quedarse algo más que un fin de semana. Tal vez dos semanas o un mes entero. Ya lo decidirían cuando viesen la convivencia.

Ya que el alquiler les salió gratis, porque Takaki tenía una casa en la playa justamente en el sitio que habían decidido. Y eso supuso el mayor gasto aniquilado. Eso sí, tenían que ocuparse de la comida y la limpieza de la casa. Los padres de Yuya habían optado por no mandar asistentes ni contratar ninguno, querían darles un poco de responsabilidad a los chicos. Les parecía lógico al grupo, pues ya que les salía gratis el alquiler, tenían que poner algo de su parte. Y ya que iban a vivir allí durante bastante tiempo, era lógico limpiar lo que ensuciasen.

Cada uno hacía la maleta por su cuenta. Algunos se ocupaban más de unas cosas que otros. Por ejemplo; Keito se preocupó más por la crema solar que por la ropa, al contrario que a Yamada que le llevó más tiempo la ropa, por otro lado está Hikaru que llevó juegos de consola para divertirse, o Yabu que llevó varios libros para entretenerse… claramente, cada uno tenía una prioridad en la maleta. Habían quedado de encontrarse todos en la estación para así coger el mismo tren que los llevaría a la casa de Takaki.

Ryutaro se vio obligado a llevar los ejercicios de verano como condición de sus padres. Sonrió al cavilar que Chinen le ayudase en la tarea, pues varias veces había oído de Yuto que Yuri era bueno en los estudios. Tenía ganas de ese viaje.

Por otra parte, Yabu no tenía ni la menor gana por convivir con Hikaru. Eso le daba más oportunidades al menor de acecharle. Y tenerle molestando las 24 horas del día, durante más de dos semanas… le parecía insoportable. Pero aún así, tenía ganas de ese viaje, necesitaba desconectar un poco de la realidad que le rodeaba.

Daiki no es que tuviese muchas ganas de ir también. Vería a Yamada y a Yuto acaramelados, de eso estaba seguro. Puede que simplemente el hecho de verles compartir cosas… le doliese. No podía evitar sentir algo de celos también. Pero él así lo había querido, ahora él tendría que aguantarse. Además, que con la escusa de no tomar mucho el sol, podía escabullirse algo de tiempo y no verles.

Igual que Arioka se sentía Keito. Pero para él aún peor. Pues aunque tratase de no prestarle atención a la pareja, seguramente Nakajima vendría a contarle y a recordarle que estaban juntos. Le contaría cosas que habría experimentado con el castaño y él se sentiría aún peor. Menos mal que tenía un apoyo en Hikaru…

Chinen tenía ganas de este viaje. Muchas. Pasaría tiempo con sus amigos, se divertiría y seguramente conocería a alguien. O ese era el deseo que tenía. Porque no quería pasar mucho tiempo a solas con Ryutaro, sabía que si eso pasaba… bueno, no sería dueño de sus actos. Y tenía la certeza, de que el menor haría todo lo posible para molestarle. Pero aún así tenía muchas ganas de ese viaje. Algo le decía, que se lo pasaría bien.

Yuto y Yamada también tenían muchas ganas de ir. Seguramente compartirían muchos momentos juntos, recuerdos que luego añorarían, experiencias que les harían felices… muchos eran los motivos para esperar con ansias ese viaje. Además, qué mejor manera que con tú pareja y tus mejores amigos.

Hikaru esperaba mucho de ese viaje. Trataría de poner celoso a Yuto con Keito, claramente para ayudar al menor, él no tenía ningún tipo de interés en Nakajima. Y si ese plan también funcionaba con Yabu… mejor que mejor. Esperaba poder solucionar todos sus problemas en ese viaje, ya que el día daba para muchas cosas… No podía esperar, de las ganas que tenía, que llegase la hora de encuentro.

Takaki e Inoo… eran sentimientos contradictorios. Aunque las intenciones de Takaki en un primer momento de la propuesta eran otras que pasar tiempo con el grupo, a la vez no quería ir. Sabía que se encontraría con Inoo y eso le causaba un nerviosismo inusual. Al igual que en Inoo. Que aunque ya había encontrado la solución al problema, no podía evitar sentir nervios al saber que conviviría con Yuya. La pregunta “¿y si vuelve a pasar?” no paraba de rondarle la mente torturándole.



Aún así, la hora llegó. Y como siempre, unos llegaron antes de tiempo y otros impuntuales. Pero al fin y al cabo todos estaban ahí. Esperando por el tren que les llevaría a un viaje que cambiaría muchas cosas…


*Fin del cap.10*

¿Este es algo corto, verdad? A mí me lo pareció, pero bueno, las cosas interesantes me parece que vienen en las vacaciones de verano. Imagínense, 10 personas con sus diferentes pasados juntos en convivencia... ¿qué saldrá de ahí? ¡Pues ni idea! ¡Por qué solamente he escrito muy poco xDD!

¡Espero que les guste! ^^
¡Mimi-chan destaa~!  

3 comentarios:

  1. D: ne quedé super intrigada... leí este fic hace como dos semanas y lo amé <3 hoy conti *^*
    Pobre de mi Daiki bonito... sufrirá mucho D: Ryosuke que aún niega que sigue amando a Daiki...
    Keito ;A; me da mucha penita

    Quiero conti!!! *^*

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  2. aaaaay me encantaa *____*!!! concuerdo en lo de que es muy corto (<-- se queda siempre con ganas de más)
    sepa usted que me paso a diario esperando este fic ahahaha espero la conti pronto! *___*!!

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