Sigo por la labor de pensar que he mejorado mi forma de escribir, espero que en esta historia se note. Espero poder haberles transmitido lo que unode los protagonistas sentía. Que es de lo que trata la buena escritura (o eso es lo que pienso yo, corregirme si no me equivoco! ^^) Realmente estoy feliz por los avances! >.<
Bueno, mejor dejo de hablar de mi que para eso me hice un blog de random! xDxD
Amor no correspondido.
Pareja: Ariyama [Arioka Daiki & Yamada Ryosuke]
Extensión: Drabble
Autora: Mimi-chan
Nota: La verdad es que iba a ser un one-shot, pero vi que me quedaba muy bien esa parte (por cierto la del final... u.u) y decidí ponerla nada más. Porque ese era el argumento del one-shot, el amor no correspondido. Asique para qué dar vueltas al tema si lo principal se resumía en esas líneas? Si notáis raro el empiece es por eso, Gomenne! ^^
Nota2: Mi kokoro necesitaba de esta pareja, además que ya leí una linda historia por parte de Kaen-chan, que por cierto me encantó! >.< Necesitaba publicar algo en mi blog, porque ya hace tiempo que no publico sobre esta pareja. Y como es mi favorita pues tenía que hacer una hitoria sobre ellos! >.<
¡Qué lo disfruten!
Capítulo Único.
Como cada domingo Daiki se despertó con un cuerpo al lado, no le hacía falta examinar para saber quién era pues lo sabía. Intuía que estaba en un hotel, después de un encuentro fogoso con el susodicho. Después de intercambiar simplemente deseo y lujuria. Sintió como el otro chico despertó, mirándole confuso, seguramente preguntándose dónde estaba. Daiki le sonrió tiernamente a lo cual el menor correspondió de la misma forma.
Ryosuke se levantó, a Daiki no le hacía falta preguntarse a dónde iba, pues lo sabía, se dirigía al baño, a darse la ducha matutina de siempre. Todos los domingos por la mañana era lo mismo, se despertaban, primero se duchaba Ryosuke y después él. Desayunaban juntos, hablaban un poco de sus cosas y se despedían con un corto y tímido beso. Así era siempre.
Vio como el menor entraba y suspiró una vez que estuvo solo en la habitación. Le desesperaba esa situación, él quería más. Quería verle más allá de los simples sábados, quedar con él un día cualquiera sin motivos, compartir momentos, emociones y gestos. Intercambiar sentimientos, secretos y sonrisas. Quería saber qué le pasaba a cualquier hora de la semana, sentir sus sentimientos y que éste sintiese los suyos. Quería elavorar recuerdos y forjar pensamientos. Quería saber más de él, hablar por teléfono aunque fuese para tonterías, pero quería oír su voz al otro lado de la línea.
Ingenuo.
Sin darse cuenta sus ojos se llenaban de lágrimas, era tanta la tristeza que sentía al no poder realizar ninguna de esas cosas, que no sabía como desahogarla. Simplemente desfrutaba al máximo de los sábados que tenían encuentros, de las sonrisas y conversaciones en la discoteca. Cada uno de esos momentos los atesoraba como si fuese el último de su vida. Como si le fuesen a borrar la memoria cualquier día.
Pero eso no era suficiente para él, porque quería sentirlo más cerca, al margen de la intimidad de la noche. Al margen de los besos fogosos, las miradas lascivas y de los toqueteos placenteros. Al margen de todo eso. Quería verle sonreír y que él fuese la causa de sus reír. Quería acariciarle suave y tiernamente y hacer que su bello se erizase con solo posar la yema de sus dedos. Quería hacerle sentir mucho más que eso.
Iluso.
Ryosuke tenía a alguien a quien amar. A alguien que alborotase su corazón con solo mirarle, a alguien que le sonriese y templase su alma. A alguien que con solo sonreír le hiciese feliz el resto del día. Alguien con quien compartir sus penas, pensamientos y anécdotas. Alguien con quien poder soñar, alguien con quien reír, llorar y saltar. Y ese alguien no era él.
Pero él estaría ahí cuando su corazón se rompiese, para secar sus lágrimas y hacerle sonreír. Él estaría ahí cuando Ryosuke buscase consuelo, se prestaba a ser su pañuelo de lágrimas. Su compañero de desamores, de infortunias y de injusticias. Porque él entedería pefectamente como se sentiría.
Y solamente cuando el menor estuviese recompuesto, feliz y vivaracho, él intentaría algo serio con él. Solamente cuando el menor le diese señales de que volvía a estar dispuesto al amor. Solamente cuando Ryosuke olvidase a quién quería él se daría el lujo de conquistarle, de consentirle, amarle y respetarle.
Pero de momento, le tocaba sufrir ese amor no correspondido. Esa tortura que era verle siempre y que éste no sintiese lo mismo, de mirarle y sonreírle a sabiendas de que éste no sentía el revoltijo de emociones que él sufría cada vez que le veía. Aún sabiendo todo eso, le esperaría pacientemente y sin rechistar, porque sabía que algún día Yamada se daría cuenta de su profundo amor y que un día, serían felices.
Por ahora, se tendría que contetar con amarlo tras el cristal. Desde el banquillo, fuera de la línea de juego.
Ryosuke se levantó, a Daiki no le hacía falta preguntarse a dónde iba, pues lo sabía, se dirigía al baño, a darse la ducha matutina de siempre. Todos los domingos por la mañana era lo mismo, se despertaban, primero se duchaba Ryosuke y después él. Desayunaban juntos, hablaban un poco de sus cosas y se despedían con un corto y tímido beso. Así era siempre.
Vio como el menor entraba y suspiró una vez que estuvo solo en la habitación. Le desesperaba esa situación, él quería más. Quería verle más allá de los simples sábados, quedar con él un día cualquiera sin motivos, compartir momentos, emociones y gestos. Intercambiar sentimientos, secretos y sonrisas. Quería saber qué le pasaba a cualquier hora de la semana, sentir sus sentimientos y que éste sintiese los suyos. Quería elavorar recuerdos y forjar pensamientos. Quería saber más de él, hablar por teléfono aunque fuese para tonterías, pero quería oír su voz al otro lado de la línea.
Ingenuo.
Sin darse cuenta sus ojos se llenaban de lágrimas, era tanta la tristeza que sentía al no poder realizar ninguna de esas cosas, que no sabía como desahogarla. Simplemente desfrutaba al máximo de los sábados que tenían encuentros, de las sonrisas y conversaciones en la discoteca. Cada uno de esos momentos los atesoraba como si fuese el último de su vida. Como si le fuesen a borrar la memoria cualquier día.
Pero eso no era suficiente para él, porque quería sentirlo más cerca, al margen de la intimidad de la noche. Al margen de los besos fogosos, las miradas lascivas y de los toqueteos placenteros. Al margen de todo eso. Quería verle sonreír y que él fuese la causa de sus reír. Quería acariciarle suave y tiernamente y hacer que su bello se erizase con solo posar la yema de sus dedos. Quería hacerle sentir mucho más que eso.
Iluso.
Ryosuke tenía a alguien a quien amar. A alguien que alborotase su corazón con solo mirarle, a alguien que le sonriese y templase su alma. A alguien que con solo sonreír le hiciese feliz el resto del día. Alguien con quien compartir sus penas, pensamientos y anécdotas. Alguien con quien poder soñar, alguien con quien reír, llorar y saltar. Y ese alguien no era él.
Pero él estaría ahí cuando su corazón se rompiese, para secar sus lágrimas y hacerle sonreír. Él estaría ahí cuando Ryosuke buscase consuelo, se prestaba a ser su pañuelo de lágrimas. Su compañero de desamores, de infortunias y de injusticias. Porque él entedería pefectamente como se sentiría.
Y solamente cuando el menor estuviese recompuesto, feliz y vivaracho, él intentaría algo serio con él. Solamente cuando el menor le diese señales de que volvía a estar dispuesto al amor. Solamente cuando Ryosuke olvidase a quién quería él se daría el lujo de conquistarle, de consentirle, amarle y respetarle.
Pero de momento, le tocaba sufrir ese amor no correspondido. Esa tortura que era verle siempre y que éste no sintiese lo mismo, de mirarle y sonreírle a sabiendas de que éste no sentía el revoltijo de emociones que él sufría cada vez que le veía. Aún sabiendo todo eso, le esperaría pacientemente y sin rechistar, porque sabía que algún día Yamada se daría cuenta de su profundo amor y que un día, serían felices.
Por ahora, se tendría que contetar con amarlo tras el cristal. Desde el banquillo, fuera de la línea de juego.
Fin.
Espero que les haya gustado y que hayan notado mi mejoría! Yo sí la estoy notando y eso me hace super feliz!! >.<
Bye, bye. Mimi-chan destaa~!
O.O Pero tu has visto lo bien que escribes!? Qué quieres mejorar??
ResponderEliminarMe encanta cómo te ha quedado *-* pobre Daiki, sufriendo porque Yamada ya tiene a alguien ;___;
Asi no puede seguir, solo los sábados para poder acostarse y ya ;___;
Es triste pero me gustó muchisimo >///< y no digas que es corto, tu has visto mis drabbles? esto no es corto, es perfecto *-*
Ha estado hermoso!! Lo amé *//////* Es genial, me encantaaaa!! >.<
ResponderEliminarMejorar en escribir? Pero si escribes genial! La que tiene que mejorar soy yo *corre a apuntarlo* XD
Me dio un poco de pena pobre Dai-chan, espero que Yamada se de cuenta pronto de lo mucho que le quiere.
Y sólo poder verlo los sábados y sólo acostarse ToT
Que bien que Dai-chan no pierde la esperanza ^^
Hermoooosoooo!!!
Guauuu OwO, Parece que no soy la unica que se a quedado con la boca abierta *////*
ResponderEliminarA estado increiiiblee !! Dios santo one-chan, casi me haces llorar !!
Si sigues mejorando alguien te va a nombrar la escritora del siglo xD !!
Pero es que estuvo hermosooooooooooooo!
No se como explicar lo perfecto que te quedo >///////////////////<
La forma de pensar de dai-chan me encantooo !! ,
Por muy mal que vallan las cosas no hay que rendirse *¬* ,y ...kyaa¡¡¡
Disculpa nee-chan esk me has dejado la cabeza en otro mundooo >^< ~
A etado increible !! ewe!! lo ameee >/=_ a *<
kyaaaaaaaa!!!!!
ResponderEliminarlo ame quedo hermoso .......gomen por comentar hasta ahora pero acabo de entrar a la escuela.....perdon por las escusas.....
pero sobre el fic te quedo hermoso lo ame ame ame kyaaa!!!
gracias por escribir tan hermoso
te quiero muxoooo