miércoles, 18 de diciembre de 2013

Only you. [Capítulo 14]

Cómo se nota que ya he acabado los exámenes y que ya tengo más tiempo libre (aunque no tanto como el que yo quisiera... u_u)
Ya he acabado el cap 15 (que por cierto es muy corto pero contrarresta las 10 pag que tiene este) Así que ya toca capítulo. Creo que este me quedó bastante interesante... *w*

¡Vosotras juzgaréis! >_<


Capítulo 14 






Amanecía y poco a poco todos iban despertando. Y como la mañana anterior algunos estaban duchándose mientras que los demás desayunaban, o aún dormían. Yamada bajó al primer piso, cuando ya estuvo vestido y duchado, se disponía a desayunar. De la que pasaba hacia la cocina su mirada se posó en el sofá en el que había dormido Daiki, instintivamente se preguntó si seguiría durmiendo. Sacudió la cabeza, no podía permitirse pensar en el mayor, ni recordar viejos tiempos ni nada… ahora tenía una pareja, tenía que poner toda su atención en él.

- Buenos días. – saludó sonriente nada más pasar el umbral de la puerta a los que allí estaban que eran Yabu, Inoo, Ryutaro y Chinen le devolvieron el saludo sonrientes también. Estaban desayunando.

- ¿Ha dormido toda la noche Dai-chan el sofá? – preguntó Ryutaro a Yabu intentando iniciar conversación. Desde ayer había estado raro y normalmente Yabu amenizaba las charlas.

- Eso creo, no subió a dormir a la habitación. – contestó Inoo al ver que el líder no contestaba. Estaba raro, quería preguntarle pero no se atrevía, el mayor no había comentado nada así que tenía que ser algo importante.

- Ryosuke fue el último en subir a la habitación. ¿Estaba Dai-chan en el sofá cuando marchaste? – el más bajo de todos aportó algo también a la conversación. El mencionado se asustó al estar él y Daiki en una misma frase, por no mencionar lo de la noche anterior. Acabó de servirse la leche y se giró sonriente.

- Sí, ahí lo dejé cuando subí. – volvió la vista a la taza y se metió en sus pensamientos. Auto-convenciéndose de que lo que estaba haciendo era lo correcto, mantener las distancias con Arioka era lo mejor, sabía que el mayor se extrañaría de su comportamiento pero era lo mejor para todos.

- Qué raro, cuando he bajado esta mañana no estaba en el sofá. – habló por primera vez Yabu sorprendiendo a los demás con lo que había dicho.

- Pues si no subió a dormir y hoy por la mañana no estaba en el sofá, ¿dónde está? – preguntó curioso el menor de todos. Esa mañana no había visto al mayor por ningún lado, ni en el baño, ni en el salón ni nada.

Yamada se alarmó cuando escuchó eso. ¿Cómo qué dónde estaba Daiki? Él le había dejado dormido y tapado la noche anterior. Tragó saliva fuertemente, ¿fue una irresponsabilidad dejarle solo en el sofá? No, claro que no. Ya tenía una edad para andar escapándose o armando alguna trastada.

- Hola. – saludó Keito sonriente. Tenía unas ojeras bastante marcadas debajo de los ojos, cosa que sorprendió a la mayoría que ahí estaban. Yamada seguía metido en sus pensamientos y ni siquiera se había dado cuenta.

- ¿Qué pasa? – se atrevió a preguntar al ver que no le quitaban la mirada de encima. Yabu también se había dado cuenta de ese hecho.

- ¿No has podido dormir? – el primero en hablar fue Inoo los demás esperaron a que el otro contestase. Okamoto se sorprendió de esa pregunta, no la comprendía. Además, ellos no podían saber que estuvo despierto hasta tarde ¿no? Rodó la mirada por los presentes y vio como algunos le señalaban debajo de los ojos, simulando ojeras.

- Sí he dormido, pero fatal. – contestó cogiendo una manzana para después sentarse y llevársela a la boca. No quería seguir hablando de ello, además, si decía que estuvo hasta tarde despierto Yamada se daría cuenta de que habría escuchado la conversación con Yuto. Aunque parecía que el castaño no estaba prestando atención a la conversación.

Estuvieron hablando tranquilamente, no había ni rastro de Daiki todavía. Se encontraban todos en la sala de estar, esparcidos por los tres sofás que había formando una U alrededor de la pequeña mesa.

- ¡Keito~! –llamó melosamente Hikaru pasando un brazo por los hombros del menor que dio un pequeño saltito en el sofá. Aún no se acostumbraba a la cercanía del mayor, tenía que decirle cuanto antes que se había rendido con Yuto, para así dejar esa farsa.

- Que mono está sonrojado. – añadió Inoo que estaba enfrente de ellos sentado entre el sofá y la mesa (sentado en el suelo). Movió las cejas de arriba abajo rápidamente en un gesto pícaro, sacando un sonrojo más fuerte en el menor que se encogió en el sofá.

- Suele pasar cuando la persona que te gusta te abraza. – continuó Chinen que estaba en el otro sofá. Al lado de Yuto que miraba ceñudo la escena, le molestaba esa cercanía que tenía Hikaru hacia Okamoto, aunque era normal si eran pareja. Pero él también estaba saliendo con Yamada y no estaban cada poco dándose cariñitos.

- ¿Os podéis controlar? Estáis en público. – escupió Yuto mirando en otra dirección. Llevaba días de mal humor, él creía que este sería un viaje memorable que compartiría con Yamada. Pero verles a ellos dos tan empalagosos le quitaba las ganas de todo y le creaba una rabia involuntaria.

- Pero estamos en confianza, no pasa nada. – contestó Yaotome sonriente. Parecía que el moreno estaba algo celoso, siempre que hacían ese tipo de escenas el menor se enervaba y soltaba algún comentario fuerte.

- Eso es, tú puedes darle mimos a Ryosuke si quieres. – espetó picaresco Chinen imitando el gesto que había hecho Inoo antes con las cejas. Yamada se sobresaltó al escuchar esa frase y se sonrojó violentamente.

- ¡Chinen! – riñó el mayor. ¿Cómo podía decir esas cosas tan fácilmente? Miró de reojo a Yuto ya que estaba a un lado de él, pero éste parecía tranquilo con la mirada posada de nuevo en el agarre que tenía Hikaru sobre Keito.

- ¿Estáis saliendo Yuto y tú? – intervino en la conversación Ryutaro. Él no sabía nada y por lo que podía ver no era el único. Yabu, Takaki e Inoo también parecían no saber nada. Yamada desvió la mirada incómodo. Era cierto, ninguno sabía nada de su relación, solamente lo sabían Keito, Daiki y Chinen (o eso creía él).

- Así es. – contestó Yuto tranquilo pero con una enorme sonrisa mirando al menor que abrió los ojos sorprendido. Nakajima fijó su mirada en su novio y le sonrió radiantemente aliviando la tensión que sentía el mayor.

- ¡Ya estoy en casa! – anunció Arioka entrando por la puerta, sorprendiéndose de encontrar a todos en la sala de estar. Los otros nueve se giraron sorprendidos al intruso, algunos cambiaron su mirada a una de enfado.

- ¿Dónde te habías metido, baka? – regañó Hikaru mirándole inquisitoriamente. Daiki desvió la mirada y tragó saliva, resultaba incómodo tener todas las miradas encima de él.

- He ido a visitar a mi abuela… vive por esta zona. – era una media mentira. Primero se había acercado hasta la farmacia a comprar la crema solar que le había mandado su madre y luego aprovechó para visitar a su abuela.

- Es cierto, vive por aquí. – recordó Inoo pensativo. Varias veces había ido a visitar a la agradable y carismática ancianita, todo un encanto. Daiki caminó hacia uno de los sofás, concretamente al de Hikaru y Keito que tenía un asiento vacío y se sentó. Estaba cansado, la casa de su abuela quedaba muy retirada.

- ¿Y qué tal está? – preguntó Takaki, él también había conocido a la abuela Arioka. Una entrañable señora muy hospitalaria y con una inseparable sonrisa. El menor ensanchó una sonrisa despreocupado.

- Sorprendentemente está muy bien. – contestó dejando la mochila a un lado del sofá. Varios de ellos se miraron entre ellos con cara de reproche.

- ¿Sorprendentemente? Mira que eres grosero. – riñó Chinen, decir eso sobre su propia abuela, y más él que no tenía ninguna le dolía bastante. Daiki movió la mano restándole importancia al asunto.

- Me refería a que sigue igual que siempre. – hizo una pausa donde miró al moreno que le reñía con la mirada, pero no era el único los demás también. Aunque Yaotome tenía un aura de diversión, parecía que le había hecho gracia el comentario de Daiki.

- No lo intentes arreglar, grosero. – añadió Ryutaro sacándole una risa a alguno de ellos. Daiki sonrió divertido también. Apoyó la espalda en el mullido sofá y suspiró cansado.

- Bueno, ¿y qué estabais haciendo aquí todos reunidos? – preguntó Arioka tratando de desviar la atención del tema. No quería que siguiesen reprochándole las palabras utilizadas.

- Nada, simplemente charlar. – contestó Hikaru despreocupado quitando el brazo de encima de los hombros de Okamoto. Yuto relajó la expresión de su cara, al ver que ya había algo de distancia entre los otros dos.

- ¿De qué? – se aventuró a preguntar, simplemente quería sacar un tema de conversación. Los demás no decían anda y ninguno parecía querer iniciar una conversación colectiva.

- De parejas. – contestó Ryutaro sin darse cuenta de lo que acarreaba su respuesta. Daiki se irguió, sentándose correctamente. ¿De parejas? Instintivamente desvió la mirada hacia Yamada, éste al darse cuenta la apartó rápidamente para no encontrarse con la mirada del mayor.

- Sí, ¿tú sabías que Yama-chan y Yuto están saliendo? –habló Yabu sorprendido. Él acababa de enterarse y seguramente que Daiki ahora también. Se sintió algo triste, pues todos sabían de la relación que habían mantenido Yamada y Arioka, pero eso ya era agua pasada.

- Era obvio. – contestó soltando una pequeña risa. Sabía que la mayoría estarían preocupados por ese tema y él no quería que fuese así. Los demás se sorprendieron con la naturalidad con la que había contestado. Inoo puso una mirada de tristeza al escuchar eso, claramente Arioka se estaba forzando a decir esas palabras.

Yamada miraba expectante al mayor que miraba en otra dirección. Lo había dicho con un tono de tranquilidad y naturalidad que le llegó a molestar levemente. Daiki se había olvidado completamente de él y, peor aún, de la historia que habían compartido años atrás. Él todavía la tenía muy presente, tan presente que ayer estuvo a punto de besarle al recordar. Tragó saliva para tratar de disipar ese nudo en la garganta. ¿Por qué se ponía así? ¡Él también le había olvidado! Ya no sentían nada el uno por el otro… e, inexplicablemente, eso sentía muy solitario.

- ¿No hay plan para hoy, Takaki? – preguntó interesado Yuto. Ayer habían estado todo el día fuera de casa y ese día parecía que iba a ser al revés. El mencionado subió los hombros, él no había ideado nada.

- ¿Por qué no vamos a la playa? – interrumpió Inoo. Desde hacía tiempo que quería aprender a bucear y esas vacaciones parecían un buen momento. Los otros se miraron entre ellos, Daiki se tensó. ¿La playa? No quería ir, no, no podía.

- Yo me quedaré aquí, estoy muy cansado. – sentenció Arioka mientras se levantaba, cogía la mochila y se dirigía hacia las escaleras con intención de ir a la habitación. El resto le miró sorprendidos, nuevamente el castaño se había negado a una actividad propuesta. ¿Qué le pasaba?

- Yo también me quedaré aquí. – habló Ryutaro centrándose toda la atención en él. – Tengo que empezar a hacer los deberes de verano. – finalizó. Algunos pusieron cara de asombro.

- ¿Ya? ¡Pero si acaban de empezar las vacaciones! – debatió Hikaru sorprendido. Él no tenía pensado empezarlos hasta finales de Julio y aún estaban en Junio.

- Cuando acabe iré a la playa con vosotros. – Ryutaro sonrió tranquilo, tampoco tenía que hacer muchos. Los demás asintieron a las palabras y se fueron levantando poco a poco.

- Espera. – interrumpió Yuto al ocurrírsele una idea, los demás detuvieron sus actividades y miraron al moreno. – ¿Por qué no te ayuda Chinen? Es el primero de la clase. – el mencionado se tensó y abrió los ojos asombrado. No, no quería ayudarle, rotundamente no. ¿Dios estaba en su contra? ¡Quería tener el mínimo contacto con Morimoto!

- No creo que… - comenzó a negarse el más bajo de todos pero fue interrumpido por el “líder”. Como se había proclamado en la infancia ya que era el mayor de todos y por tanto el líder.

- ¿Por qué no? Así acaba antes y estaremos todos en la playa. – el resto meditaron las palabras del mayor y les pareció buena idea.

- Todos menos el vago de Dai-chan. – aprovechó Inoo para echar en cara al menor el no ir pero no estaba, así que no podía defenderse.

Ryutaro sonrió divertido, una buena oportunidad se presentaba ante sus ojos. El poder pasar tiempo a solas con el mayor era una oportunidad de oro y tenía que aprovecharla. Sabía que Yuri haría todo lo posible para no tener que pasar tiempo con él.

- Venga, Chinen. Hazlo, ¿qué más da? Para ti será pan comido. – intervino Yaotome tratando de convencer al moreno que no quería ayudarle.

Chinen al final tuvo que aceptar, todos se habían puesto de acuerdo en que era buena idea y a él no se le ocurría una buena escusa que decir para negarse. Bueno, podría llevarlo con naturalidad, siempre y cuando el menor no intentase nada.

Fueron a la cocina ya que sería más cómodo, la mesa era más alta que la del salón que era una mesa de té. Se sentaron uno en frente del otro, era la única forma que había encontrado Yuri de mantener las distancias con el menor. Estuvieron en silencio un buen tiempo, realmente incómodo para ambas partes, ninguno se atrevía a decir nada.

Ryutaro miraba a través de sus pestañas, sin levantar el rostro, a Chinen. Parecía concentrado en un libro que había traído, por lo cual no le estaba prestando atención a su persona, cosa que le molestaba realmente. Comenzaba a enfadarle el rechazo del mayor. Arrugó el ceño, ¿por qué le rehuía de esa manera? ¿El dolido no tenía que ser él? Desde su punto de vista, él era la víctima, no Chinen. Levantó el rostro de golpe encarando a su acompañante que seguía sin prestarle atención.

- No entiendo esto. – habló con un tono neutro, sin emociones. El mayor elevó la mirada y la fijó en los oscuros ojos de Morimoto quien le mantuvo la mirada sin pestañear. Chinen suspiró aburrido y se acercó a la mesa (ya que estaba apoyado en el respaldo de la silla).

- ¿El qué? – dejó el libro a un lado para posar su entera atención en el libro de matemáticas que tenía Ryutaro. El menor le señaló un ejercicio en concreto, pero Chinen no podía entender lo que decía ya que su visión estaba al revés.

Se apoyó en la mesa acercándose al moreno menor, no tenía ninguna intención de cambiar de asiento, así que haría todo lo que fuese para poder leer el enunciado del ejercicio. Ryutaro sonrió, tenía al mayor muy cerca, sus cabezas estaban tan cerca que casi se mezclaban sus cabellos. Se acercó un poco más mientras giraba levemente el libro para que Yuri pudiese leer, éste se acercó un poco más y leyó atentamente, ajeno a la cercanía de ellos dos.

Ryutaro examinó detalladamente el rostro de su acompañante. Esas largas y negras pestañas, las más largas que había visto. Ese pelo suave y delicado que tantas veces había tocado y que ahora se moría de ganas por volver a hacerlo. Esos labios que acababan en una sensual curva que se acentuaba cuando sonreía. La piel tersa y blanquecina, suave y delicada. Se mordió el labio inferior tratando de retener las ganas de besarle que tenía, le tenía tan cerca que podía oler el dulce aroma del champú de Chinen.

- ¿Lo has entendido? – preguntó el más bajo sacando de sus pensamientos al menor que abrió los ojos sorprendido. El mayor le miró de nuevo a los ojos, pero esta vez tenía muy cerca al menor, demasiado cerca. Tragó saliva fuertemente, esos ojos… le habían atrapado completamente en el mar oscuro que eran.

Ambos desviaron rápidamente la mirada y se sentaron correctamente, marcando una distancia entre ellos. Chinen rogaba que no se notase ese calor que le estaba subiendo hasta las mejillas y Ryutaro trataba de tranquilizarse, ese acercamiento le había puesto nervioso.

- Sí, gracias. – contestó a la pregunta que le había formulado el mayor. Después de eso se creó un incómodo silencio entre ambos. Chinen volvió a leer y Ryutaro se puso a la tarea, aunque le costó concentrarse.

Morimoto volvió a elevar la mirada de nuevo. El rostro de Chinen había cambiado bastante, siempre había tenido ese aura infantil y tierno en la cara, pero ahora era muy varonil. Aunque no había crecido mucho, cosa que le divertía.

- ¿Qué es tan divertido? – espetó algo malhumorado el mayor sacando nuevamente de sus pensamientos a Ryutaro. Éste ensanchó la sonrisa que se le había formado y el otro le examinó fuertemente.

- Que no has crecido nada. – respondió aún sonriente. Yuri abrió los ojos sorprendido y se sonrojó levemente, sabía que no era muy alto, pero no quería escucharlo de los labios de Morimoto. Y menos cuando éste le sacaba más de diez centímetros y era más pequeño en edad.

- ¿Y eso es importante ahora? – volvió a su tono frío de tratar al moreno menor. El otro sonrió aún más, enseñando sus blancos dientes. Chinen arrugó el ceño, ¿por qué sonreía? ¿Por qué a pesar de con el tono que le contestaba seguía sonriéndole tranquilo? Le sacaba de quicio esa sonrisa.

- Me encanta cuando te pones a la defensiva. – sacó su tono sensual que había utilizado la tarde en que quedaron en la cafetería. El bajo endureció la mirada, ya comenzaba con lo mismo.

- Bueno, si lo entiendes todo no hace falta que me quede más. – cerró el libro de golpe y se levantó haciendo ruido con la silla. Ryutaro miraba los movimientos del mayor, siempre hacía lo mismo. Cuando Yuri pasó por su lado le agarró la muñeca deteniendo cualquier movimiento.

- ¿Por qué siempre huyes? – encaró el menor mirando la cabeza de su acompañante, ya que el rostro estaba en otra dirección. Chinen se mordió el labio inferior con impotencia, ¿por qué Ryutaro tenía que hacerle preguntas tan comprometidas?

- Porque no soporto tenerte cerca. – sentenció soltándose fuertemente del agarre marchado de la cocina sin mirar atrás, pero con el corazón desbocado. Ese mínimo contacto con la piel del menor le había acelerado las pulsaciones.

Ryutaro se quedó mirando por donde se había ido Yuri. No lo entendía, no comprendía el odio que le procesaba el bajo. No le había hecho nada, es más, en el pasado fue el mayor el primero que se ofreció a “ayudarle”. Ninguno de los dos en el pasado tenía sentimientos románticos, y puede que la relación no acabase del todo bien… pero eso no era únicamente su culpa. Los dos habían tenido la culpa. Pero parecía que el mayor no quería verlo. Tenía que reconocer que en un principio la actitud del mayor le resultó divertida, pero ahora… recibiéndola constantemente… le comenzaba a molestar verdaderamente.



- Veo que habéis acabado. – exclamó Yabu cuando Chinen apareció en la playa. Llevaba su toalla y su crema solar, ya llevaba el bañador puesto. El recién llegado simplemente asintió y estiró la toalla para después echarse. Necesitaba desconectar un poco.

- ¡Vamos a bañarnos, Yama-chan! – pidió Nakajima mirando con ojitos de cordero degollado al mencionado. El mayor sonrió despreocupado y asintió, no podía negarle nada a esa carita que tenía Yuto. Se levantó de la toalla y se encaminaron al agua.

Keito miró la larga espalda del alto irse al mar, sonrió. Yuto ya era todo un hombre y muy varonil cuando se lo proponía. Vio como éste sonreía radiantemente, sonrisa que no era para él, sino para el dueño del corazón del moreno. Su corazón punzó, tenía que olvidarse de Yuto costase lo que costase. Él no quería ser el villano malo que rompía la pareja principal de un manga shoujo.

- ¿Qué piensas, Keito? – preguntó Hikaru que venía con un helado que había comprado en un puesto cerca de allí. El mencionado desvió la mirada del moreno y la dirigió a Yaotome. Le sonrió y negó levemente con la cabeza.

- En nada. – respondió sonriéndole. El mayor sonrió también y se sentó a su lado, en la misma toalla, mirando en la misma dirección que el menor. Entonces se percató de hacia dónde iba la mirada de Okamoto.

Los dos se quedaron en silencio, mirando a la pareja que reía en el agua, salpicándose el uno al otro. Keito miraba ensimismado la resplandeciente sonrisa del moreno e instintivamente sonrió él. Giró su mirada, ahora hacia Yamada quien también sonreía con una increíble luz en la cara. Luz que no había visto desde que Daiki se fue. Apretó los labios tratando de reprimir el nudo de la garganta. Eran felices, Yuto y Ryosuke eran felices, estaban enamorados, no había más que verlo. Ya no solo se tenía que olvidar de Nakajima por su bien, sino por el de la pareja.

- Parecen felices… - comentó Hikaru mirando también la escena. Keito asintió mirando fijamente a los dos reír radiantemente.

- Hikaru-kun. – llamó sin apartar la mirada de los otros dos, el nombrado le miro. – No quiero seguir con la farsa, no quiero sacarle celos a Yuto. Se ve que está enamorado de Yama-chan, no quiero romper la pareja. – expusó. Yaotome examinó la expresión de su acompañante y sonrió. Keito era tan puro y bondadoso, estaba claro que anticiparía la felicidad de Yamada y Yuto a la suya propia.

- Como quieras. – aceptó el mayor mordiendo el barquillo del cucurucho del helado. El menor fijó su vista en Hikaru y asintió sonriendo.



- Venga, Inoo no es tan difícil. – animó Takaki incitándole a que se animase, el menor temía sumergirse. Inoo le había pedido que le enseñase a bucear ya que él tenía la licencia e Inoo quería sacarla.

- Ya voy, ya voy. – contestó respirando profundamente. Nadar no era una cosa que se le diese bien, por eso quería aprender a bucear para que se le quitase el miedo.

Se sumergió valientemente, siempre le había tenido algo de miedo al agua. Desde que había visto a su primo, cuando ambos eran pequeños, casi ahogarse. Salió a la superficie rápidamente, tropezando y cayendo. Takaki rápidamente le sujetó de la cintura apegándole a su cuerpo. Inoo abrió los ojos al notar que no había caído al agua, se sorprendió de encontrar la cara del castaño tan cerca de la suya.

- ¿Estás bien? – preguntó preocupado el mayor. El moreno se quedó mirando los labios de Yuya, tan apetitosos, ligeramente abiertos. Esos labios le incitaban a juntarlos con los suyos.

- Sí, sí. – contestó cuando se recompuso. Le miró a los ojos y le sonrió despreocupadamente, en esos momentos agradecía enormemente lo torpe que era, ya que ahora se encontraba en brazos de Takaki. Tocándole el pecho desnudo y éste tocándole la espalda.

Se separaron y siguieron con la clase de buceo.



- ¡Aquí, Ryutaro! – llamó Yabu levantando la mano para que el menor supiese donde estaban. El nombrado sonrió y se encaminó hacia los demás.

A Chinen se le erizó el vello de la espalda, ¿ya había acabado Ryutaro? Se dio la vuelta (ya que estaba tumbado boca abajo) y le vio caminar en su dirección. Miró a sus dos amigos que aún jugaban a salpicarse con el agua y se levantó para ir donde ellos. Le daba igual si interrumpía el momento feliz de la pareja, necesitaba irse de ahí. Quería estar el menos tiempo posible con Morimoto.

- Pensaba que no te querías meter. – habló Yuto en cuanto divisó que el moreno iba en su dirección. Lo estaba pasando bien a solas con Yamada, pero no pasaba nada si Chinen se les unía.

- He cambiado de opinión. – respondió con una sonrisa. Ellos no sabían nada de la historia que compartían Ryutaro y él y no se la iba a decir ahora, cuando ya no había nada entre ellos. Comenzó a mojar a Yamada y así comenzaron a jugar entre los tres.



Yamada se apartó para que Yuto no le mojase, mientras Yuri aprovechaba para salpicar al alto que se lo devolvió. Ryosuke les miró divertirse y admiró la enérgica sonrisa de su novio, totalmente contagiosa, haciéndole a él sacar una leve sonrisa. Rodó la mirada por todos sus amigos, parecía que todos se estaban divirtiendo. En las toallas estaban Yabu, Keito, Hikaru y Ryutaro que acababa de llegar y reían estrepitosamente. En el agua, algo alejados de ellos, aprendían a bucear Inoo y Takaki que se sonreían de vez en cuando. Y en frente de él Chinen y Yuto se salpicaban mutuamente. Solamente faltaba Daiki… solo él se estaba perdiendo al grupo.

Llevó su mirada hasta la habitación de los mayores donde seguramente estaría Daiki durmiendo. ¿Por qué se empeñaba en no hacer cosas con ellos? Cuando ellos habían vuelto a ser un grupo solamente para que Arioka no sospechase nada, ¿por qué se empeñaba en apartarse? Le dolía pensar que podía ser su culpa, pero él no había hecho nada. Y el mayor ya le había dado a entender que no sentía nada por él.

Un momento, él se había propuesto dejar de pensar en Daiki y centrarse en su relación con Nakajima. ¿Por qué seguía empeñado en prestarle atención a su ex? ¡Estaba siendo completamente grosero con Yuto! Él no se merecía que sus pensamientos fuesen hacia otra persona. Apretó los labios mientras movía levemente la cabeza, tenía que sacarse a Daiki de su mente, dejar de preocuparse por él. Centrarse en pasarlo bien con el grupo, estuviese o no Arioka. Pero… era inevitable pensar que cuando Daiki no estaba cerca todo se volvía solitario.

- ¿Ryosuke? – escuchó la voz de Yuri llamarle, sacándole de sus pensamientos. Le miró interrogante. – ¿Pasa algo? – su tono de preocupación hizo que sonriese. Negó con la cabeza y aprovechó el despiste del menor para salpicarle. Así volvieron a jugar.



Después de varias horas, donde todos se metieron al agua, bueno, casi todos. Keito había preferido quedarse en la toalla, decía que no tenía ánimo para meterse en la, seguramente, helada agua. Los demás salieron después de haber jugado lo suficiente y se situaron cada uno en su toalla.

- Estás muy seco, Keito. – chinchó Yabu sonriente. Era parte de ir a la playa, mojar a algún amigo que estuviese seco, una especie de ritual que inconscientemente todos los humanos hacían.

- No, Yabu, no. – negó rotundamente levantándose de la toalla al ver que el mayor se acercaba peligrosamente a su persona. Él que estaba tan calentito a causa del sol y Yabu quería helarle con el agua del mar.

Rodó la mirada por todos sus amigos y vio que todos tenían esa mirada de diversión, ¿todos se habían propuesto mojarle? Salió corriendo y los demás detrás de él, aunque no todos Inoo y Ryutaro prefirieron quedarse en la toalla echados, estaban cansados.

Poco a poco todos fueron cansando y dejaron de perseguir a Keito, todos menos Yuto que seguía persiguiéndole para mojarle.

- ¡No huyas! ¡Te cogeré! – obvió Yuto acercándose rápidamente al mayor que ya estaba cansado de tanto correr.

Sin darse cuenta por donde corría, Yuto tropezó y cayó estrepitosamente sobre la arena. Keito paró de correr y se giró a mirar al alto que ahora estaba tumbado en el suelo con la cara incrustada en la arena. Inevitablemente rió fuerte, el menor no se movió ni un palmo.

- ¿Estás bien? – preguntó Okamoto acercándose hacia Yuto que todavía no levantaba la cabeza. Se estaba preocupando, la arena puede hacer daño. Se agachó en frente del menor. – Yuto, ¿estás bien? – repitió para que el menor le contestase.

De un momento a otro el más alto se levantó rápidamente para después darle un abrazo a Keito. Mojándole a la vez que le pegaba la arena, Keito abrió los ojos. Yuto le estaba abrazando, ya le daba igual mojarse o que la arena luego le picase… ahora lo que importaba es que estaba entre los brazos de Nakajima, solo eso.

- ¡Te pillé! – celebró victorioso Yuto. Claramente, no se daba cuenta de lo que significaba ese abrazo para el mayor. Se movió sin soltar el abrazo para mojar todo lo que pudiese al mayor y se separó, pero sin soltarle.

Yuto sonreía divertido, al final había conseguido mojar a Keito. Se miraron a los ojos fijamente, casi sin pestañear. La sonrisa poco a poco se fue borrando del rostro de Yuto, quien miró apetitosamente los labios Keito que aún seguía entre sus brazos. Lentamente se fue acercando al mayor que mantenía los ojos abiertos a causa de la cercanía con el moreno.

Nakajima se acercaba peligrosamente hacia los labios de Keito…



*Fin del cap.14*


¡Ahora tocó un poco del Chiitaro, con avances y desavances de las demás parejas... sé que soy mala puesto que siempre dejo con ansias de más al final de los caps... pero no sé por qué esta historia me sale así xDD

¡Muchísimas gracias por todos los comentarios que ponéis en todos los capítulos!
¡Me alegro de que os esté gustando este seria! *·*
¡Mimi-chan destaa~! 

3 comentarios:

  1. noooooooooooooooooooo!!!
    e-e-e-este final... no, no , noooooo!!!! -dramaticamente-
    -sonrojada-
    que pasoo!!!?? yuto lo besoo!!! y yamada?!?! lo vio??!!
    noooooo~~ ¬////////////¬)9 quiero el 15

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  2. Waaaaaaaaaaaaa
    Yuto... kdjbcsfblsi<bufv
    Waaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
    -mega traumada con la última parte-
    Esto no es de Dios... ¿dejarlo así?

    djskfbvdf la relación entre Chii y Ryutaro se ve muy tentadora *w* ¡interesa bastante!
    Daiki u.u ¿Qué enfermedad tiene? Ya me entró más la curia ;A;

    Gracias por compartir este capítulo... esperamos ansiosamente el 15 *w*, esperando que salga así de rápido XD

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  3. Kyaaaaa me encantaaaaa!!! *_____* Vengo con retraso, pensé que no actualizarías tan pronto!! Y ahora fangirleo muuuucho ahahahaha
    Me da tanta penita keito! El pobre.. y me pica la curiosidad a rabiar de saber qué pasó, y que pasará con todoooo!!! tengo muchas ganas de conti!!! *_*

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