domingo, 2 de diciembre de 2012

Only you. [Mini-seria]

Iba siendo hora de publicar este fic que ya tengo adelantado hasta el cap 5.  Es un fic nuevo, sí, me embarcaré en otro fic serial, pero este será mini-serial, no tengo pensado alargarlo tanto como los demás. Espero que no se hayan cansado de mi blog, por estar siempre vacío.
También estoy trabajando ya en el fic Hetero, así que no os preocupéis, en cuanto lo tenga algo adelantado lo publico. Solo pido algo de paciencia, sigo sin tener tiempo para nada... u.u'
Muchísimas gracias por el apoyo recibido, espero que esta historia os guste.




Título: Only you.
Extensión: mini-serial.
Género: Shounen-ai, drama, lemmon. 
Parejas: Ariyama, Yamajima (algo), Yabuhika, Takano, Chiitaro, Okajima.
Autora: Mimi-chan
Nota de la autora: Sí, es un mini-serial Airyama, la verdad es que es mi pareja favorita y siempre me rondan seriales sobre ellos dos. Pero nunca encontraba una historia buena. He plasmado esta última idea que me surgió de ellos y espero que les guste como está quedando. A mi la verdad es que la historia me está enganchando. Aunque puede que al principio sea algo aburrida, pronto irá cogiendo algo de vidilla. xD
Resumen: Daiki se marcha dejando debastado a Yamada, pero le promete que vuelve. Han pasado tres años, ¿seguirá creyendo en esa promesa? ¿Encontrará el amor de nuevo? ¿Volverá a creer en el amor?


- blablabla. - hablan
- blablabla. - recuerdos o flash back.
"blablabla" pensamientos.



Capítulo 1





- Lo siento Ryosuke, ya lo han decidido. - susurró algo arrepentido el mayor de los dos.  El nombrado bajó la mirada entristecido, tener que despegarse de una parte de su vida era algo increíblemente doloroso. Un dolor nunca experimentado antes, algo que no quería que nadie experimentase en su vida. Una lágrima rodó por su solitaria mejilla.  ¿Cómo retener las lágrimas? Era algo imposible, realmente irrefrenable. No sabía cómo expresar toda esa tristeza sin tener que llorar.

- No quiero que te vayas. - susurró mientras suspiraba varias veces a causa del llanto. No sabía como reprimir toda esa tristeza que sentía, quería que se quedase a su lado y seguir disfrutando de esa felicidad que habían compartido hasta ahora. Pero parecía que todo tenía un final, que nada dura para siempre. Eran la clase de pensamientos que rondaban por la mente del menor.

- Yo tampoco quiero irme, pero no puedo hacer otra cosa. - susurró acercándose al pequeño y acariciarle la mejilla levantando su rostro en el acto. Haciendo que sus ojos se encontrasen. En ambos pares de ojos se encontraba el mismo sentimiento, sentimiento de tristeza, amor y esperanza. Ambos dos querían que su historia de amor no acabase nunca. Pero parecía inevitable, no podían luchar contra las circunstancias. Todo tenía un porqué. 

- Prométeme que volverás, Daiki. - casi rogó el menor poniendo su mano encima de la del mayor, cerrando los ojos para disfrutar el contacto. Los abrió para fijarse en la mirada del mayor. Sus ojos estaban aguados, entristecidos. Yamada abrió los ojos sorprendido, ahora comprendía. No era el único que sufría con la partida, Daiki también lo pasaría mal. Por supuesto que sí, ambos se amaban y ambos sufrirían. - Prométeme-lo. - pidió de nuevo el menor.

- No te lo prometo. - dijo mirándole directamente a los ojos. Ryosuke abrió los ojos mientras más lágrimas salían de estos, Daiki miraba cada una sabiendo que la causa de ellas era su partida. - Te lo juro. Juro que volveré. - susurró cerca de su rostro. El menor sonrió, sabía que su novio cumpliría su promesa, tenía fe ciega en él. 

Fueron acercando sus rostros hasta juntar sus labios en un cálido beso que no sabía a despedida. No era un adiós, era un "hasta luego". Nada de despedidas amargas sabiendo que se volverían a ver. Pero aún así... dolía, dolía mucho. No querían despedirse, porque sabían que a partir de mañana no se volverían a ver como mínimo en un año. Y eso era lo que les mataba por dentro, no poder verse en más de dos años era mucho tiempo. Pero aguantarían, porque sabían que no era para siempre...


*bip, bip, bip*

Amanecía en la casa Yamada, y con ello los despertadores de las distintas habitaciones sonaban. Y por supuesto, en la habitación del hijo varón no era excepción. 

- Venga, dormilón, hora de levantarse. - su hermana mayor hacía acto de presencia al otro lado de la puerta. El mediano de los hermanos se desperezó en el medio de la cama soltando un gemido al hacerlo. Se sentó en el medio de la cama aún con los ojos a medio abrir. 

"Otra vez el mismo sueño..." pensó aún somnoliento Yamada mientras miraba sus piernas tapadas por la sábana. No terminaba de despertar, pero el sueño lo recordaba muy bien. Desde hacía varias semanas se le repetía todas las noches, empezaba a estar cansado, siempre recordando ese suceso que había sucedido hacía ya tres años donde lo pasaba tan mal. ¿Por qué los momentos felices vividos con Daiki no los recordaba? Quiero decir, él los recordaba perfectamente, pero por qué en vez de soñar ese momento tormentoso, no soñaba las tardes que pasaban juntos en casa los dos solos, o el día en que se conocieron... pero no, tenía que soñar el día en que se separaron.

- ¡Nii-chan! ¡Venga, levántate! -  ahora era su hermana pequeña la que tocaba la puerta para despertarlo. Rodó su vista por su habitación en busca del despertador para ver la hora que era. 

- ¡Ah! ¡Son casi las ocho! - exclamó levantándose rápidamente de la cama y dirigiéndose hacia su armario para sacar el uniforme de su instituto. Se metió a la ducha y salió rapidísimo para cambiarse a la velocidad de la luz; y sin desayunar salió de su casa corriendo en dirección a su instituto. Por suerte no le quedaba muy lejos.

*************

La jornada escolar ya había acabado, Yamada salía junto al resto de sus compañeros de clase. Charlaba con ellos de lo que iban a hacer esa tarde. 

- Ne, Yama-chan. ¿Qué te apetece hacer hoy? - habló un chico realmente alto, o por lo menos era el más alto de los cuatro chicos que caminaban en dirección a la salida del instituto. - ¿Qué te parece si vamos a la sala de juegos? - preguntó sonriente el mismo chico. Su sonrisa era enérgica y transmitía mucha paz en Yamada. Siempre se sentía tranquilo cuando estaba cerca de él, era algo que solamente el alto podía conseguir. 

- Oh Yuto, me parece buena idea. - expresó totalmente feliz. Solamente le bastaba ver la sonrisa de Yuto para sonreír él también, incluso podía llegar a disipar todo el malestar con solo verle sonreír. Eso llegaba a asustarlo, pues no era capaz de controlarse. Siempre dependía de Yuto para calmarse, siempre que se sentía ansioso o triste; recurría a él para calmarse. - ¿Qué os parece a vosotros? - preguntó a los otros dos chicos que estaban hablando entre ellos. Ambos chicos miraron al que les había interrumpido.

- ¡Me apunto! - habló enérgicamente el más bajo de todos. Su sonrisa tenía cierta picardía en el rostro. Eso puso nervioso a Yamada. Cuando Yuto tenía el poder de calmarlo bajo cualquier situación, Chinen tenía el poder de alterarlo a la más mínima acción. No entendía por qué Yuri creaba eso en él, seguramente era porque Ryosuke siempre estaba pendiente de él, al tanto de que Chinen no se encontrase decaído. Siempre le protegía, pasase lo que pasase.

- Yo también. - habló calmado el cuarto intrigante de ese grupo de amigos. Yamada sonrió contento, hoy, por fin, estarían los cuatro juntos. Hacía bastante tiempo que no salían todos juntos. Cada uno tenía ciertas cosas que hacer. Además, siempre que Keito se apuntaba lo pasaba el doble de bien. Porque Keito realmente le comprendía, compartían muchos intereses comunes. Y por eso le encantaba quedar con él, podían recorrerse todas las cafeterías de Tokyo en una sola tarde y eso le gustaba. 

- ¡Pues decidido!  ¡Hoy lo vamos a pasar en grande! - exclamó Yuto enérgicamente, automáticamente contagiándole la energía a Yamada. El resto del grupo también sonrió. 

Ryosuke los miró a todos contento de poder estar como antes, de poder disfrutar de sus grandes amigos una tarde entera, como en los viejos tiempos, cuando eran diez. Ahora solo quedaban cuatro de todo el grupo que habían sido, todos se habían dispersado. Bueno, no del todo, todos vivían en el mismo distrito de Tokyo, pero ahora cada uno iba por su lado, cada uno iba a una universidad diferente, o a un instituto diferente, o trabajaban, o se habían mudado... Eso era lo que había echo... Daiki. Ahora cada cuál tenía su grupo de amigos, sus complicaciones, su felicidad, su... vida. Ya no estaban juntos.

- ¡Ryosuke! ¡Te toca! - llamó Chinen trayéndole al mundo real. Ya estaban en la sala de juegos, echando un billar y era su turno. ¿Cuándo habían llegado? ¿Cuánto tiempo había estado pensando? Y lo más importante, ¿a qué bolas iba? ¿A lisas o a rayadas? ¡No lo sabía! 

- Emm... ¿a qué vamos? - preguntó algo apenado, pues su distracción había sido intensa. También se sintió culpable, para una vez que estaban los cuatro juntos se distraía en sus pensamientos y no aprovechaba la oportunidad que se le brindaba. 

- Aún a nada, acabamos de empezar. - explicó Yuto calmadamente, no sabía en qué pensaba Yamada. Desde hacía unos días estaba algo distraído, había bajado el promedio de las notas y él solo decía "no he podido dormir bien". ¿Era realmente eso lo que le pasaba? ¿Había algo más profundo que esa excusa? Ese tema le traía preocupado, no comprendía el comportamiento de Ryosuke y él quería poder entederle, quería aconsejarle, quería estar ahí para cuando se sintiese mal. Pero Yamada no se conseguía abrir del todo y eso llegaba a molestarle levemente. 

- Ah, vale, perdón. - se disculpó por la falta de interés en el juego. Él había aceptado salir esa tarde y ni si quiera prestaba atención. Era realmente penoso y todo por ponerse a recordar viejos tiempos dónde todo era color de rosa, dónde había una felicidad que no iba a regresar, una felicidad que se había ido ya hacía tres años. Sacudió la cabeza para quitarse esos pensamientos y se centró en esa maravillosa tarde que le esperaba con sus más preciados amigos.


- ¡Waa! - gritó divertido y realmente contento Chinen. Había ganado a Yamada y a Yuto en el billar, no cabía de la dicha. Era la primera vez que les ganaba a ese juego. Porque de verdad que ese par era realmente bueno en el billar, por eso temía que perdiesen esta vez, ¡pero no! ¡Habían ganado! Chinen siempre había sido muy competitivo, siempre le había gustado ganar y desde que Yamada y Yuto se habían vuelto tan buenos en ese juego le había cogido manía al billar. Pero ahora, veía una pequeña esperanza en poder ganarles. - ¡Yey! - chocó las palmas de sus manos con las de Keito en un sonoro gesto.

- Ne, Yama-chan, ¿qué te ha pasado? - le preguntó algo decaído Yuto a su compañero de billar que miraba su palo algo distraído y enfadado. Yamada no entendía que le había pasado, normalmente ganaban. ¿Qué le pasaba? Realmente estaba distraído. - Oye, de verdad. ¿Qué pasa? - volvió a insistir Yuto al ver que Ryosuke no contestaba y se quedaba mirando su palo distraído.

- No sé. Siento que hayamos perdido. - susurró arrepentido y apenado. Por su culpa Yuto había perdido al billar, aunque sabía que a Nakajima no le importaba perder, menos mal que se había puesto con Yuto y no con Chinen, sino... la que le esperaba. Pero aún así, no podía dejar de sentirse mal, su distracción había perjudicado a otra persona. 

- Eso es lo de menos. Me preocupas más tú. Estás distraído, y no lo digo solo por lo de ahora, ¿ha pasado algo? ¿En casa o en algún otro lugar? - su preocupación era notoria en su tono de voz. Yamada levantó la vista que hasta ahora había estado en el palo y la fijó en la mirada marrón de Yuto, ¿realmente estaba tan preocupado? Yamada se sintió algo aliviado, pero el malestar continuaba, pues ahora Yuto estaba preocupado por él, por culpa de su distracción y de pensares innecesarios. 

- No ha pasado nada. Solamente que... - iba a continuar hablando pero el más alto no se lo permitió. 

- "No has dormido bien". - continuó la frase que seguramente saldría por los labios de Ryosuke. Sonrió al notar la cara de sorpresa que portaba el mayor, sí, justamente iba a decir eso. Sonrió comprensiva-mente. - Llevas toda la semana diciendo esa excusa. Empiezo a no creérmela. - mantuvo la sonrisa, Yamada también sonrió. Yuto realmente era muy atento con él y se lo agradecía. Nakajima era una persona muy noble que se preocupaba antes de los demás que de él mismo. Aunque eso también podía ser un factor negativo. 

- Pero es la verdad. - contradijo el mayor. Realmente era la verdad, no era una excusa para nada, porque últimamente no había podido dormir bien a causa de ese suceso que se repetía por las noches torturándole, dificultándole el descansar. Era la pura verdad, solamente... había omitido el contenido del sueño, nada más. Sabía que si rebelaba el sueño Yuto, Chinen y Keito le reñirían por andar pensando en el pasado. 

- ¿Seguro? - preguntó Nakajima con una ceja elevada, examinándolo, realmente presentía que era una excusa de Yamada y que realmente no le quería decir el verdadero motivo por el cuál estaba tan distraído. Lo que le preocupaba era el echo de que no se lo quisiese contar, se lo contaban todo, ¿por qué esto no? - Siento que no me lo estás contando todo. - siguió examinando al más bajo consiguiendo que se pusiese nervioso. 

- Segurísimo. - se sentía mal por mentirle, aunque no era del todo mentira. Yuto sabía de la historia que Daiki y él habían tenido en el pasado, también sabía lo mal que lo había pasado con la partida del mayor, y por eso Yamada creía que Nakajima sentía algún tipo de rechazo por el mayor, por el daño que le había echo. También Chinen expresaba de vez en cuando que Arioka le caía.

- Vale, confiaré en ti. - sonrió despreocupado. Comprendía que Yamada no quería contarle el motivo de sus desvelos, pero no pasaba nada, pues lo averiguaría de todas formas. "Tiempo el tiempo" pensó totalmente convencido de que Yamada acabaría por contarle eso que no le dejaba dormir. 

- Chicos, ¿por qué no vamos a un McDonald? - preguntó sonriente Chinen. aún seguía dichoso por la victoria conseguida, y no era para menos, había destronado a los grandes "Yamajima" como los había apodado a la hora de jugar al billar, y eso había que celebrarlo de alguna manera. Keito también se sentía de esa forma, pues era la primera vez que ganaba al billar. 


Después de una entretenida tarde con sus amigos, Yamada volvía sonriente a casa. Y no era para menos, Yuto había conseguido calmarle esa pesadumbre que guardaba en su pecho, Chinen había conseguido sacarle unas risas y Keito le había transmitido la paz que sentía. Realmente necesitaba una tarde como esa, necesitaba despejar la mente. Llevaba una semana un poco tensa, ese sueño le hacía recordar los buenos tiempos con Daiki.

Llegó a la puerta de su casa con una sonrisa alegre. Ahora se daría un baño para despejar, haría la tarea, cenaría y se acostaría para al día siguiente ir al instituto totalmente cargado de energía. Aunque le daba algo de miedo dormirse porque eso conllevaba tener que recordar... y no quería. De verdad no quería, el quería olvidar, todo lo que había vivido, absolutamente todo. Sabía que era insensato, pues eran recuerdos felices, pero esos recuerdos felices ahora le torturaban fuertemente, tan fuerte que le daban ganas de llorar. El creía haber olvidado a Daiki, pero parecía... que no. Él sabía que ya no sentía nada por Daiki, pero últimamente todo estaba confuso, su corazón era un revoltijo de emociones. 

- Lo mejor será no pensar en nada. - susurró cuando hubo entrado en su habitación para deja la maleta encima de la cama y prepararse el baño para relajarse y poder despejar la mente para así, poder tener una noche en paz, aunque sabía que era en vano.



Fin del cap. 1



Espero que les haya gustado el primer capítulo. Sí, sé que está aburrido y que no tiene chicha, pero espero que en el pequeño resumen que puse al principio os convezca! >.< 
Muchas gracias por leer!
Si comentáis sabré si os gusta o no el fic! ^_^

6 comentarios:

  1. Me gusta me gusta ;3; Es extraño pero de las parejas que hay solo me gusta el así como mucho el OkaJima, y un poquito del AriYama (que es de lo que va, claramente) siiiiiin embaaargo... lo leeré porque... me gusta casi cualquier pareja si está bien escrito y claramente lo está... so... lo leeré con muchas ganas :3
    Muy bueno el primer capítulo... :3
    Me da intriga saber por qué Dai se fue primeramente y luego por qué no ha vuelto en tanto tiempo si lo prometió.
    Espero que lo sigas pronto :3 ¡Y quiero OkaJima pronto!

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  2. A mi si que me ha gustado *////* si esque entre todas me hareis amar el Ariyama -.-
    Mmmmm segun como estan las cosas, cuando vuelva Daiki habrá muuuchos problemas. Yuto por ejemplo e.e Será digno de leer eso~

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  3. Nee~ perdón por molestar pero quería saber si harás seguirás con el blog de fics de Sexy Zone onegaii continúa escribiendo

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  5. Nyaaaaaaaaaaaa!!!!! A mi tambien me sorprendieron algunas parejas pero si tu lo escribes sé que me va a encantar >//<
    Lo que no entiendo es a daiki !!
    No le había dicho que volvería lo entes podible para estar junto a él?¿¡¡
    Entones porque lleva casi tres Años!!!O.O
    En verdad ryo debe ser muy fuerte~~...y Yuto >//<, siempre preocupandose por él!! Tan lindooo OMG!!!
    Pero en las descripciones pareciera que Yama-chan esta enamorado de los tres xD!!
    Kyaaaaaa¡¡¡ en serio Onee¡¡¡ me encantaaaaaa!!
    .......espero...Quiero.....NECESITO!! La contiiii porfi pleaseeeeee >^<

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  6. Waa pobre Yamada y Daiki! Con eso de que Daiki se mudó los dos la debieron de pasar muy mal... sufriendo u.u
    Como dice Isa-chan, de repente pareciera que a Yamada le gustan todos XD
    Me imagino que pronto llegará Daiki y habrá un triángulo amoros entre Yamada, Daiki y Yuto O.O(??)
    Mejor dejo de crear teorías! .. Espero la contii Mimi-chan, se ve que el fic está realmente interesante! Contii por favor!! ^ ^

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