Capítulo 2.
Parejas: Ariyama, Yamajima, Chiitaro, Takanoo, Yabuhika.
Un nuevo día en Tokyo amanecía, y con eso el despertador de cierto chico sonaba para así levantar-le y que fuese al instituto. Ryosuke se desperezó en el medio de la cama y alargó el brazo para apagar el aparato que le interrumpía el sueño. Después de que la habitación estuvo en silencio, se volvió a desperezar para así despertar del todo.
Cuando ya estuvo arreglado y con el debido vestuario para ir al instituto, bajó al piso inferior para desayudar. Esa mañana había sido tranquila, algo sumamente extraño teniendo en cuenta que sus dos hermanas eran muy ruidosas. Salió con paso calmado, todavía le quedaba tiempo para llegar al instituto.
En el camino al instituto se cruzó con algo inusual, uno de sus antiguos camaradas estaba delante de él, aparentemente estaba solo y también se dirigía a su lugar de estudio. Se puso inexplicablemente nervioso, no comprendía su nerviosismo, sus manos le sudaban y tragaba fuertemente saliva. ¿Que haría? ¿Le saludaría? ¿No perdía nada por saludarlo, no? Bien, eso haría, iría allí y le saludaría. Pero, ¿qué le diría? Bueno, lo primordial era saludarle, si el otro seguía siendo el mismo de antes no tardaría en sacarle conversación.
Con paso tembloroso se dirigió hacía su antiguo amigo, disimuladamente se situó detrás de él. Tragó saliva y caminó un poco para ponerse a su altura. Rodó la mirada y notó que éste tenía los audífonos puestos. Así que... tendría que tocarle el hombro para que le prestase atención. "Bueno, vamos allá" pensó aún nervioso. Le dio un toque en el hombro y el chico rodó la mirada para posarla en Yamada. Ryosuke notó como el otro joven abría los ojos sorprendido de encontrarle allí a él. El otro se quitó los audífonos para hablarle.
- Oh, Yamada, cuánto tiempo. - el nombrado sonrió, aún podía notar la sorpresa en la cara del mayor. Los recuerdos del pasado, cuando todos, los diez, se divertían y era precisamente él quien hacía tonterías junto a Daiki y al resto. Siempre haciendo que el ambiente fuese menos tenso y pesado, agregando payasadas y tonterías por todas partes. Haciendo más amenas las tardes en cualquier lugar. - Has cambiado. - habló sorprendido, mirando de abajo arriba al menor que se sonrojó por la revisión que estaba recibiendo del mayor.
- Lo mismo te digo, Hikaru. - respondió contento de volver a encontrarse con él. Echaba de menos esos momentos en los que lo pasaba tan bien con todos, ¿Hikaru también lo echaría tanto de menos como lo hacía él? Esperaba que sí, quería que esos momentos fuesen buenos para todos y seguramente así era. - Ah, perdón, creo que ya no debería llamarte Hikaru... - susurró poniendo una mano delante de la boca algo apenado. Era cierto, ya no eran tan cercanos como antes, así que ya no le podía llamar por el nombre. Bajó la mirada algo entristecido, llamarle por el apellido le hacía ver que ya no eran amigos.
- Oh, descuida, no pasa nada. Puedes seguir llamándome así, por los viejos tiempos ¿ne? - contestó contento el mayor que le sonrió divertido. Realmente Yamada no había cambiado nada, siempre tan correcto y tímido. Sonrió tiernamente al recordar los viejos tiempos con todos, sí, esos sí que eran buenos recuerdos. - ¿Qué tal te va todo? - le preguntó manteniendo la sonrisa divertida. Yamada sonrió al escuchar esas palabras, sabía que aún quedaban los restos de esa buena amistad que habían tenido.
- Bueno, bien, como siempre. - contestó mientras ambos caminaban uno al lado del otro, ambos sonreían, nunca estaba de más charlar un poco sobre esos tres años que hacía que se acabó la amistad. Justamente... se habían distanciado cuando Daiki se fue. Eso demostraba lo afectados que estaban todos por la partida de Daiki. Todos estaban tristes porque se había marchado y habían empezado a no salir, a no quedar nunca y a buscar amistades fuera del círculo. Y así fue como se distanciaron. Por suerte, Yamada tenía a Yuto, Chinen y Keito, que no los había perdido a causa de que iban al mismo instituto. - ¿Y a ti? ¿Cómo te va? - devolvió la pregunta cuando salió de sus pensamientos.
- Bueno, dentro de poco empiezan los exámenes finales, ya estoy acabando la carrera. Así que estoy bastante ajetreado... - suspiró cansado el mayor mirando al suelo. Realmente era cansado, si hubiese sabido que estudiar veterinaria sería así de difícil no lo habría echo. Sintió una palmada de ánimo en su hombro correspondiente a donde estaba Yamada, elevó la mirada y la posó en los ojos del menor.
- Ánimo, Hikaru-kun. - elevó el otro brazo para darle mayor énfasis a la frase. Hikaru se perdió en esa sonrisa tan viva que estaba recibiendo de Ryosuke, esa sonrisa le llevó atrás en el tiempo, donde veía esa sonrisa todos los días, donde escuchaba esa frase siempre. Donde compartía la mayoría de los días con Ryosuke y los demás.
- Hum. - asintió efusivamente aún perdido en el rostro del menor. - Me esforzaré. - le devolvió la sonrisa a Yamada, el menor retiró su mano del hombro de Hikaru y siguieron caminando. - A propósito, ¿sabes algo de los demás? - preguntó algo interesado, no estaría mal quedar todos algún día como en los viejos tiempos.
- La verdad, es que no. Bueno, aún me trato con Yuto, Chinen y Keito. Pero de los demás... no sé nada. - explicó con un dedo en la mejilla recordando si había visto a alguno de los chicos últimamente. Pero no, pareciera como si se hubiesen esfumado de la faz de la tierra. Suspiró, añoraba esos momentos donde todos se divertían, ¿por qué no podían volver a aquellos tiempos?
- No parece que vivamos en el mismo barrio. - bromeó el mayor sacando una sonrisa divertida a Ryosuke. Este asintió concordando con las palabras de Hikaru. Ambos rieron un poco y después volvieron a la normalidad.
Estuvieron un poco en silencio, caminando tranquilamente hacia sus diferentes instituciones. A Ryosuke se le rodó una idea por la cabeza, pero no se atrevía a preguntársela. Dudaba de hacerle la cuestión, tenía miedo de ser rechazado por Hikaru... realmente le atemorizaba que Hikaru le contestase con una negativa.
- Ne, Hikaru-kun. - llamó al mayor que iba distraído mirando a sus pies, hizo un sonido con la garganta para que el menor supiese que le estaba escuchando, así que Yamada prosiguió. - Por casualidad... ¿has cambiado de número de teléfono? - preguntó tímidamente mirando al suelo, no se atrevía a mirar al mayor al rostro. Tampoco quería ver la expresión que tendría Hikaru en el rostro. - Quiero decir. - se apresuró a explicar. Levantó el rostro hacia el cielo con mirada soñadora. - Creo que sería genial si todos nos volviésemos a juntar y pasar una tarde como antes. ¡Por supuesto! No volveremos a estar como antes, pero... - hizo una pausa mientras miraba tristemente una enorme nube que surcaba al cielo. - Quiero que, por lo menos un día, volvamos a aquellos días. - finalizó mirando al cielo. Se sintió realizado al expresarle a Hikaru cómo se sentía.
Hikaru miró sorprendido al menor, realmente había cambiado, en el pasado eso habría resultado demasiado vergonzoso para él y seguramente no lo hubiese dicho, pero sin embargo, ahora se había atrevido. Se había echo todo un adulto, pues claro, ya tenía 19 años, estaba cerca de la edad adulta. Sonrió contento al saber que Yamada también pensaba en querer reencontrarse con todos.
- No, no he cambiado de número. - brevemente contestó a la pregunta. Con eso le estaba diciendo que sí, que quería quedar todos juntos un día, sabía que las cosas no volverían a estar como antes... pues ahora no eran diez, eran nueve, nada sería igual, pero podían intentarlo. Nada perdían con eso ¿no? - Si quieres, puedo contactar con algunos, tú solo avisa a Keito, Yuto, Chinen y Ryutaro. Yo me encargo de los demás. - sentenció contento el mayor. Yamada giró su rostro mirando a Hikaru sorprendiendo, él también quería que se reencontrasen, seguramente que a los demás también se les había pasado por la mente eso.
- ¡Por supuesto! ¡Yo me encargo! - exclamó completamente contento. Esto era lo que siempre había querido, compartir una tarde con todos, contarse las cosas que habían echo estos tres años que no habían quedado, compartir anécdotas... ¡Tenía muchas ganas! ¡Solo de pensarlo saltaba de la alegría! Y parece que lo demostró con el rostro, porque Hikaru también le sonrió mientras le revolvía el cabello.
- Me tengo que ir por aquí. - señaló la dirección que tenía que tomar. - Nos volveremos a ver, Yamada. - se despidió de él ya de espaldas, levantando una mano en forma de despedida. Yamada estaba que no cabía del gozo, tenía ganas de contárselo a los demás.
Se giró y se dirigió hacia su propio instituto.
Un momento... tenía que contactar con Ryutaro... no tenía su número, hacía tres años el menor no tenía teléfono, así que no lo necesitaban. Pero como Yabu vivía pegado de él y se encargaba de avisarle. Pero ahora... bueno, siempre podía ir hasta su casa, aunque... le daba algo de vergüenza. Bueno, primero avisaría a los demás y luego vería que hacía con Morimoto.
****************
La hora del almuerzo había llegado y con eso, cuatro alumnos de la clase 3A salía con el resto de sus compañeros. Iban charlando animadamente de los sucesos que habían pasado en ese tiempo de la jornada escolar. Se dirigían al patio trasero donde, normalmente y junto al resto de sus compañeros, solían ir para comer el aperitivo. Ahí siempre hacía buen tiempo, si llovía estaban a techo y no se mojaban, y si hacía sol siempre había sombra que los cobijaba. Era el sitio perfecto para comer el almuerzo.
- Ah, casi se me olvida. - interrumpió la conversación que estaban teniendo, Yamada. Los otros tres se giraron a mirarle algo sorprendidos, pues no se esperaba que Ryosuke los interrumpiese.
- ¿De qué se trata? - siempre tan curioso Chinen. No pasaba nada en el instituto sin que Chinen se enterase, no había rumor que él no supiese, no había pareja de la que él no supiese.. en fin, le encantaba estar enterado de todo. Y además, así podía llamar la atención, pues los demás compañeros recurrían a él para saber de los rumores o enterarse qué era lo que sucedía por los pasillos del instituto.
- Hum. - asintió efusivamente aún perdido en el rostro del menor. - Me esforzaré. - le devolvió la sonrisa a Yamada, el menor retiró su mano del hombro de Hikaru y siguieron caminando. - A propósito, ¿sabes algo de los demás? - preguntó algo interesado, no estaría mal quedar todos algún día como en los viejos tiempos.
- La verdad, es que no. Bueno, aún me trato con Yuto, Chinen y Keito. Pero de los demás... no sé nada. - explicó con un dedo en la mejilla recordando si había visto a alguno de los chicos últimamente. Pero no, pareciera como si se hubiesen esfumado de la faz de la tierra. Suspiró, añoraba esos momentos donde todos se divertían, ¿por qué no podían volver a aquellos tiempos?
- No parece que vivamos en el mismo barrio. - bromeó el mayor sacando una sonrisa divertida a Ryosuke. Este asintió concordando con las palabras de Hikaru. Ambos rieron un poco y después volvieron a la normalidad.
Estuvieron un poco en silencio, caminando tranquilamente hacia sus diferentes instituciones. A Ryosuke se le rodó una idea por la cabeza, pero no se atrevía a preguntársela. Dudaba de hacerle la cuestión, tenía miedo de ser rechazado por Hikaru... realmente le atemorizaba que Hikaru le contestase con una negativa.
- Ne, Hikaru-kun. - llamó al mayor que iba distraído mirando a sus pies, hizo un sonido con la garganta para que el menor supiese que le estaba escuchando, así que Yamada prosiguió. - Por casualidad... ¿has cambiado de número de teléfono? - preguntó tímidamente mirando al suelo, no se atrevía a mirar al mayor al rostro. Tampoco quería ver la expresión que tendría Hikaru en el rostro. - Quiero decir. - se apresuró a explicar. Levantó el rostro hacia el cielo con mirada soñadora. - Creo que sería genial si todos nos volviésemos a juntar y pasar una tarde como antes. ¡Por supuesto! No volveremos a estar como antes, pero... - hizo una pausa mientras miraba tristemente una enorme nube que surcaba al cielo. - Quiero que, por lo menos un día, volvamos a aquellos días. - finalizó mirando al cielo. Se sintió realizado al expresarle a Hikaru cómo se sentía.
Hikaru miró sorprendido al menor, realmente había cambiado, en el pasado eso habría resultado demasiado vergonzoso para él y seguramente no lo hubiese dicho, pero sin embargo, ahora se había atrevido. Se había echo todo un adulto, pues claro, ya tenía 19 años, estaba cerca de la edad adulta. Sonrió contento al saber que Yamada también pensaba en querer reencontrarse con todos.
- No, no he cambiado de número. - brevemente contestó a la pregunta. Con eso le estaba diciendo que sí, que quería quedar todos juntos un día, sabía que las cosas no volverían a estar como antes... pues ahora no eran diez, eran nueve, nada sería igual, pero podían intentarlo. Nada perdían con eso ¿no? - Si quieres, puedo contactar con algunos, tú solo avisa a Keito, Yuto, Chinen y Ryutaro. Yo me encargo de los demás. - sentenció contento el mayor. Yamada giró su rostro mirando a Hikaru sorprendiendo, él también quería que se reencontrasen, seguramente que a los demás también se les había pasado por la mente eso.
- ¡Por supuesto! ¡Yo me encargo! - exclamó completamente contento. Esto era lo que siempre había querido, compartir una tarde con todos, contarse las cosas que habían echo estos tres años que no habían quedado, compartir anécdotas... ¡Tenía muchas ganas! ¡Solo de pensarlo saltaba de la alegría! Y parece que lo demostró con el rostro, porque Hikaru también le sonrió mientras le revolvía el cabello.
- Me tengo que ir por aquí. - señaló la dirección que tenía que tomar. - Nos volveremos a ver, Yamada. - se despidió de él ya de espaldas, levantando una mano en forma de despedida. Yamada estaba que no cabía del gozo, tenía ganas de contárselo a los demás.
Se giró y se dirigió hacia su propio instituto.
Un momento... tenía que contactar con Ryutaro... no tenía su número, hacía tres años el menor no tenía teléfono, así que no lo necesitaban. Pero como Yabu vivía pegado de él y se encargaba de avisarle. Pero ahora... bueno, siempre podía ir hasta su casa, aunque... le daba algo de vergüenza. Bueno, primero avisaría a los demás y luego vería que hacía con Morimoto.
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La hora del almuerzo había llegado y con eso, cuatro alumnos de la clase 3A salía con el resto de sus compañeros. Iban charlando animadamente de los sucesos que habían pasado en ese tiempo de la jornada escolar. Se dirigían al patio trasero donde, normalmente y junto al resto de sus compañeros, solían ir para comer el aperitivo. Ahí siempre hacía buen tiempo, si llovía estaban a techo y no se mojaban, y si hacía sol siempre había sombra que los cobijaba. Era el sitio perfecto para comer el almuerzo.
- Ah, casi se me olvida. - interrumpió la conversación que estaban teniendo, Yamada. Los otros tres se giraron a mirarle algo sorprendidos, pues no se esperaba que Ryosuke los interrumpiese.
- ¿De qué se trata? - siempre tan curioso Chinen. No pasaba nada en el instituto sin que Chinen se enterase, no había rumor que él no supiese, no había pareja de la que él no supiese.. en fin, le encantaba estar enterado de todo. Y además, así podía llamar la atención, pues los demás compañeros recurrían a él para saber de los rumores o enterarse qué era lo que sucedía por los pasillos del instituto.
- Esta mañana me he encontrado con Hikaru. - comenzó a explicar bajo la atenta mirada de sus amigos. Algunos pusieron mirada extraña, sin saber a qué Hikaru se refería. Yamada sonrió, aunque también se sorprendió, ¿ni si quiera recordaban a su antiguo amigo? ¿A tal punto había llegado la distancia entre ellos? - Hikaru, Yaotome Hikaru. - dio el apellido del nombrado para que así identificasen de quién hablaba. Aunque le parecía algo increíble que no supiesen de quién estaba hablando. Sus amigos cambiaron de expresión a una de sorpresa, no se creían que hubiese hablado con él. Ya que no solían coincidir. Yamada volvió a sonreír, sabía que se iban a sorprender. - Y hemos estado hablando de que algún día podríamos quedar todos, los nueve. - finalizó contento. Tenía muchas ganas de que ese día llegara, quería volver a ver a todos y saber lo que habían cambiado.
Los otros tres se miraron entre ellos, examinando las distintas expresiones que había entre ellos. Yamada rodó la mirada de uno a otro. Se moría de ganas por saber qué opinaban ellos, seguramente les haría mucha ilusión, pues era volver a ver a sus grandes amigos, eso nunca era mala noticia ¿no? O por lo menos eso pensaba él...
- Volver a encontrarnos todos... - susurró sorprendido Yuto. Ryosuke asintió a las palabras dichas, confirmando que ese era el plan. - Mm... hace mucho que no nos vemos, tienes razón... pero, no sé si es buena idea. - comentó el moreno no muy convencido de que fuese buena idea reunirse todos de nuevo como antes.
- ¿Eh? - preguntó dudoso Yamada, no creía lo que escuchaba. Además estaba sorprendido, no esperaba escuchar eso de parte de alguno de ellos. - ¿Cómo que no es buena idea? ¡Volveremos a encontrarnos! Así sabremos cómo les está yendo a todos desde hace tres años, ¿no tenéis ganas? - preguntó realmente excitado de poder hacer eso realidad. No podía expresar con palabras las ganas que tenía de volver a verlos a todos. Tampoco sabría como reaccionar el día en que todos se encontrasen de nuevo, seguramente se pondría nervioso como esa mañana con Hikaru.
- Creo que Yuto tiene razón. - apoyó Keito que había estado en silencio al igual que Chinen que todavía estaba procesando la información recibida. Miraba a la nada meditando. Ryosuke rodó su mirada, que había estado en Yuto, hasta Keito. ¿Estaban todos en contra de encontrarse de nuevo? ¿Qué era lo que los echaba para atrás? ¿No tenían ganas de volver a encontrarse todos?
- ¿Por qué? - preguntó algo enfadado, no entendía el comportamiento de sus amigos. Él tenía claro que era una buena idea, es más, deseaba que ese día llegase y pensaba que sus amigos también estarían felices, ¿por qué ahora reaccionaban así? ¿Se habría equivocado al decírselo?
- Porque, por mucho que nos encontremos, no volveremos a estar como antes y eso nos hará mucho más daño. - explicó Keito con calma. Su actitud calmada era lo que le identificaba como persona. Podía encontrarse en la situación más extrema y difícil que siempre mantendría la calma y actuaría con la mente fría. Era una persona de razonar, siempre razonaba antes de actuar.
- Pero yo no quiero que volvamos a estar como antes. - comenzó a explicar Yamada. Ahora entendía que no era que no quisiesen encontrarse, sino, que tenían miedo de pasarlo mal. Los entendía perfectamente, pues ese miedo también lo había sentido él. - Por supuesto que no volveremos a estar como antes, ni mucho menos. Yo solamente quiero... que por una tarde todo vuelva a aquellos días, que compartamos recuerdos, anécdotas y que nos contemos lo que hemos echo estos años. Nada más. - se sinceró Yamada. Tenía que explicarles el motivo por el cuál quería reunirse con todos, y si así podría convencerlos, mejor que mejor.
Los otros tres miraban sorprendidos a Ryosuke, parecía que el encontrarse con todos era algo sumamente importante para él. Y no era para menos, pues él siempre había sufrido por el distanciamiento sufrido en su grupo, era algo que siempre le había mortificado. Y podía que se sintiese culpable, por no estar ahí para apoyar a sus amigos con la partida de Daiki, por centrarse en su dolor y no ver el de los demás. Pero ahora se le estaba brindando la oportunidad de poder remediar todo eso en una tarde, y quería aprovecharlo.
Se miraron entre ellos sonriendo, las ganas por encontrarse eran contagiosas, pues a ellos también les entraron ganas por quedar con sus antiguos amigos y recordar viejos tiempos. ¿Por qué no? Chinen sonrió, sí, él también quería ir, da igual que saliese mal parado, que le doliese, iría, solo por verlo otra vez...
Los otros tres se miraron entre ellos, examinando las distintas expresiones que había entre ellos. Yamada rodó la mirada de uno a otro. Se moría de ganas por saber qué opinaban ellos, seguramente les haría mucha ilusión, pues era volver a ver a sus grandes amigos, eso nunca era mala noticia ¿no? O por lo menos eso pensaba él...
- Volver a encontrarnos todos... - susurró sorprendido Yuto. Ryosuke asintió a las palabras dichas, confirmando que ese era el plan. - Mm... hace mucho que no nos vemos, tienes razón... pero, no sé si es buena idea. - comentó el moreno no muy convencido de que fuese buena idea reunirse todos de nuevo como antes.
- ¿Eh? - preguntó dudoso Yamada, no creía lo que escuchaba. Además estaba sorprendido, no esperaba escuchar eso de parte de alguno de ellos. - ¿Cómo que no es buena idea? ¡Volveremos a encontrarnos! Así sabremos cómo les está yendo a todos desde hace tres años, ¿no tenéis ganas? - preguntó realmente excitado de poder hacer eso realidad. No podía expresar con palabras las ganas que tenía de volver a verlos a todos. Tampoco sabría como reaccionar el día en que todos se encontrasen de nuevo, seguramente se pondría nervioso como esa mañana con Hikaru.
- Creo que Yuto tiene razón. - apoyó Keito que había estado en silencio al igual que Chinen que todavía estaba procesando la información recibida. Miraba a la nada meditando. Ryosuke rodó su mirada, que había estado en Yuto, hasta Keito. ¿Estaban todos en contra de encontrarse de nuevo? ¿Qué era lo que los echaba para atrás? ¿No tenían ganas de volver a encontrarse todos?
- ¿Por qué? - preguntó algo enfadado, no entendía el comportamiento de sus amigos. Él tenía claro que era una buena idea, es más, deseaba que ese día llegase y pensaba que sus amigos también estarían felices, ¿por qué ahora reaccionaban así? ¿Se habría equivocado al decírselo?
- Porque, por mucho que nos encontremos, no volveremos a estar como antes y eso nos hará mucho más daño. - explicó Keito con calma. Su actitud calmada era lo que le identificaba como persona. Podía encontrarse en la situación más extrema y difícil que siempre mantendría la calma y actuaría con la mente fría. Era una persona de razonar, siempre razonaba antes de actuar.
- Pero yo no quiero que volvamos a estar como antes. - comenzó a explicar Yamada. Ahora entendía que no era que no quisiesen encontrarse, sino, que tenían miedo de pasarlo mal. Los entendía perfectamente, pues ese miedo también lo había sentido él. - Por supuesto que no volveremos a estar como antes, ni mucho menos. Yo solamente quiero... que por una tarde todo vuelva a aquellos días, que compartamos recuerdos, anécdotas y que nos contemos lo que hemos echo estos años. Nada más. - se sinceró Yamada. Tenía que explicarles el motivo por el cuál quería reunirse con todos, y si así podría convencerlos, mejor que mejor.
Los otros tres miraban sorprendidos a Ryosuke, parecía que el encontrarse con todos era algo sumamente importante para él. Y no era para menos, pues él siempre había sufrido por el distanciamiento sufrido en su grupo, era algo que siempre le había mortificado. Y podía que se sintiese culpable, por no estar ahí para apoyar a sus amigos con la partida de Daiki, por centrarse en su dolor y no ver el de los demás. Pero ahora se le estaba brindando la oportunidad de poder remediar todo eso en una tarde, y quería aprovecharlo.
Se miraron entre ellos sonriendo, las ganas por encontrarse eran contagiosas, pues a ellos también les entraron ganas por quedar con sus antiguos amigos y recordar viejos tiempos. ¿Por qué no? Chinen sonrió, sí, él también quería ir, da igual que saliese mal parado, que le doliese, iría, solo por verlo otra vez...
Fin del cap. 2
Espero que les haya gustado! >.< Como pueden ver... la historia no ha cambiado mucho... pero sólo quiero deciros algo... la reunión será la desencadenante de todo!
Quédense con la duda y hasta el próximo capítulo.
Ah! Y la reunión no saldrá hasta varios capítulos más adelante... antes de la reunión pasarán varias cosas impactantes para Yamada... y algún que otro personaje aparecerá aunque no pondré el nombre en capítulo! >.<
Espero que les vaya gustando la historia y que con los datos que os he dado os entre curiosidad por leer! ^_^
Mimi-chan desta~!
Suki~!
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