miércoles, 26 de diciembre de 2012

Celos [Takabu][Drabble]

Bueno, como parece que últimamente estoy sembrada aquí les traigo un drabble Takabu. Yo personalmente creo que me ha quedado algo raro... no sé, vosotras veréis... xD
Por cierto, aprovecho para decir que el Serial Yamajima, estará suspendido hasta próximo aviso (me siento la directora de Howarts jajaja) La verdad es que he perdido la esencia de ese fic... ya no sé cuála era la historia ni nada... entonces, hasta que no me venga otra vez la inspiración divina, la luz divina o lo que sea... no podré continuarlo. Lo siento.

También pondré una encuesta donde preguntaré qué género queréis leer, eso sí, será un drabble, y la pareja... a no ser que me la pongáis por la C-box, será la que me venga a mí... Tranquilas, no será Ariyama, que sé que a algunas no os gusta... jajaja

Sin más aquí os dejo la historia esta rara.


Celos.


Pareja: Takabu [Takaki Yuya y Yabu Kota]
Extensión: Drabble.
Género: Shounen-ai.
Autora: Mimi-chan.
Nota: El nombre no me lo he currado mucho lo sé xD (u.u')




Capítulo único.




Llevaban varios días así, ensayando los dos solos, haciendo prácticas en privado. El Johnny's world consumía mucho tiempo, tenían tiempo limitado para ensayar todos juntos, además, cada día era algo diferente. Por supuesto, la estructura era la misma, pero cambiaban bastantes detalles.

- Venga, Yabu, una vez más. - pidió el menor de los dos. Estaban en casa del mencionado, ya que era la más espaciosa. Takaki se acercó hasta el monitor de música para poner la canción y ensayarla de nuevo.

- Ya vale, estoy cansado Yuya. - suspiró el líder dejándose caer sobre el mullido sofá que le recibió gustoso. Takaki bufó molesto, solamente habían ensayado cinco veces la canción, y el día anterior le habían dado la instrucciones que tenían que cambiar. Y creía que no se lo sabía de sobra. 

- Todavía no es suficiente. - insistió el menor mientras se giraba para mirar al mayor que tenía los ojos cerrados y la cabeza apoyada en el respaldo del sofá. - ¿Crees que yo no estoy cansado? - le preguntó en cierto tono irónico que hizo que Yabu suspirase. Siempre tenían la misma discusión llegadas las ocho de la tarde. Yabu miró su reloj de pulsera, no, hoy se habían adelantado media hora, todavía eran las 19:35. 

- Ya pero, a parte de bailar, yo tengo que producir. Que no se te olvide que yo soy uno de los productores. - susurró mientras respiraba pausadamente. Takaki tenía miedo de que el mayor se quedase dormido, era cierto que Yabu tenía más cosas que pensar a parte del espectáculo, también tenía que producirlo.

Takaki se dirigió hasta el mayor mientras resoplaba derrotado, se dejó caer a un lado del líder. El mayor sonrió cuando consiguió que Yuya se tomase un descanso. Últimamente Yuya andaba más enérgico que de costumbre, ¿sería que la energía de Chinen o de Yuto era contagiosa? ¿Entonces, por qué no se la contagiaban a él? De verdad necesitaba un chute de energía. 

- Takaki, ¿pasa algo? - le preguntó aún con los ojos cerrados, no tenía ni energía para eso. Realmente esa obra de teatro estaba acabando con él. Pero lo disfrutaba, pues ver las caras sorprendidas de las fans, esos ojos tintineantes de emoción... realmente valía la pena todo el esfuerzo. 

- ¿Eh? Nada, ¿Por qué lo preguntas? - le preguntó algo sorprendido por la repentina cuestión. No entendía esa pregunta. No, más bien tenía miedo de que Yabu se hubiese dado cuenta de su estrategia. Estrategia que le había aconsejado Chinen. 

- ¿Seguro? Últimamente andas más enérgico que antes, ¿ha pasado algo en especial? - entre-abrió los ojos un poco mirándole de reojo. Examinándolo, intentando intimidarle para que le contase lo que le pasaba. Takaki apartó la mirada algo nervioso, sin saber que ese comportamiento le había delatado. - Desembucha. - sentenció el mayor mientras se erguía y apoyaba la espalda correctamente en el respaldo del sofá. Mirando atentamente las expresiones del menor. 

- Que no, que no me pasa nada. - volvió a responder Yuya mirando hacia otra parte. Si miraba los amables ojos de Yabu sabía que acabaría por sucumbir, y le daba vergüenza tener que contar lo que le pasaba. Solo de pensar que tendría que contárselo... 

- Takaki, sabes que me lo acabarás contando... vamos a ahorrarnos tiempo. - suspiró cansado. No tenía ganas ni de ponerse a sonsacarle nada a Takaki... menos mal que el esfuerzo vale la pena. No sabía por qué su novio no confiaba en él para contarle eso, seguramente que Chinen lo sabía, o Yamada, que últimamente compartían muchos secretos. 

- De verdad, que no es nada. - volvió a repetir Yuya. Cuanto más insistía Yabu menos gana tenía de contárselo, además, que eran temas de celos y seguramente que a Kota no le gustaba ni lo más mínimo. Siempre era muy reacio a eso de los celos, no los comprendía y tampoco era celoso. Así que contárselo supondría una disputa y para eso, mejor ahorrárselo.

- Tú mismo, no pienso insistir más. Si quieres se lo cuentas a Chinen o Yamada... - habló cansado el mayor mientras se levantaba del sofá y se dirigía al piso de arriba para darse una ducha. Después de tanta práctica era lo que mejor le venía, una ducha relajante para despejarse un poco.

Takaki vio como Yabu subía las escaleras a ritmo pausado y sonrió al escuchar eso de su novio. Le parecía que esas palabras tenían cierto toque de celos, ¿o había sido su imaginación? Da igual, eso tenía que aprovecharlo, no todos los días Kota tiene la guardia bajada como para reflejar los celos que siente. 

Se levantó de un salto sonriendo como un niño entusiasmado por los regalos de Papá Noel. Subió los escalones de dos en dos y se apresuró a entrar a la habitación tan conocida para él. Habitación que estaba impregnada del aroma que tanto amaba. Buscó con la mirada a Kota pero no lo encontró, seguramente estaría en el baño cambiándose para darse una ducha. Caminó hacia el baño particular que tenía el mayor y le vio sin camisa y con el cinturón y los pantalones desabrochados. Se le nubló la vista ante semejante visión, hacía tiempo que no tenían tiempo para ellos dos solos. Estaba de espaldas a él por lo que el líder no le vio. Caminó sin que el mayor se percatase y se posicionó detrás de él.

- Vale, te lo contaré si después me das una recompensa. - dijo a la vez que le abrazaba por la espalda, sintiendo el máximo roce de la suave piel de Kota. El mayor dio un pequeño brinco de sorpresa pero sonrió al darse cuenta de que Takaki era muy predecible. 

Iba a darse la vuelta pero Yuya le abrazó fuertemente para que eso no pasase, no quería que Yabu viese su expresión cuando se lo contase.

- No, quédate de espaldas. - susurró pegando sus labios al hombro del mayor, que sintió los ardientes labios sobre su piel. Eso le incitaba a girarse y empotrar al menor sobre la pared, pero se contuvo. Takaki le iba  contar qué le pasaba, no era momento de sexo. Ah sí, pero de esa noche no le libraba nadie. 

Kota se quedó en silencio esperando a que el menor hablase, y así sucedió. 

- Lo que pasa es que... - hizo una pausa para tranquilizarse, mientras estrechaba más el abrazo al mayor. Este puso sus manos encima de las de Yuya para así tratar de tranquilizarle. - Como últimamente ensayabas más con Hikaru y os pasabais toda la tarde ensayando, quería que hicieses lo mismo conmigo. - hizo una pausa para explicarse mejor. - Quiero decir, con Hikaru estabas una tarde entera ensayando, pero conmigo no llegas ni a dos horas seguidas. - tomó aire para continuar la explicación. - Parece que lo pasas mejor con Hikaru que conmigo, tu novio. Por no hablar de todas las tardes que me quedé solo en casa sin salir contigo por ensayar con él. - finalizó el menor totalmente sonrojado. Ahora sí que no quería que el mayor se girase, sabía que eran celos innecesarios, pues Hikaru no era homosexual, pero no podía dejar de sentir celos. Porque pasaba más tiempo con Yaotome que con él.

- ¿Era eso? - le preguntó dudoso de si Takaki continuaría su explicación. Notó como el menor asintió detrás de él. Seguramente que Yuya no querría decírselo porque sabía que él no comprendía los celos, y que no los sentía. Pero tenía que reconocer que sí los había experimentado con Yuya. - Entiendo lo que quieres decir, yo también me he sentido así. Con Yamada, porque leo en las revistas que salís mucho y mientras estoy ensayando con Hikaru pienso que tu estás sonriendo y pasándotelo bien con Yama-chan y es que... - sintió como los pómulos se le teñían de rojo al confesar que había sentido celos.

Yabu cogió las manos de Takaki para aflojar el roce y se giró quedando frente a frente con su novio. Notó el sonrojo del menor y sonrió cálidamente mientras le acariciaba una mejilla. Fue acercándose lentamente hacia el rostro del menor y sellaron los celos en un dulce y pasional beso que acabaría en algo más... 


*Fin*

Yo creo que está un poco raro... pero bueno, espero que les haya gustado. ^_^
Acuérdense de la encuesta! :D
Mimi-chan desta~!

domingo, 23 de diciembre de 2012

Only you.



Título: Only you.

 





Extensión:
serial
Género: Shounen-ai, drama, lemmon.
Parejas: Ariyama, Yamajima (algo), Yabuhika, Takano, Chiitaro, Okajima.
Autora: Mimi-chan
Nota de la autora:
Sí, es un mini-serial Ariyama, la verdad es que es mi pareja favorita y siempre me rondan seriales sobre ellos dos. Pero nunca encontraba una historia buena. He plasmado esta última idea que me surgió de ellos y espero que les guste como está quedando. A mi la verdad es que la historia me está enganchando. Aunque puede que al principio sea algo aburrida, pronto irá cogiendo algo de vidilla. xD

Resumen:
Daiki se marcha dejando debastado a Yamada, pero le promete que vuelve. Han pasado tres años, ¿seguirá creyendo en esa promesa? ¿Encontrará el amor de nuevo? ¿Volverá a creer en el amor?


Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4.
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
 Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18




Only you cap.2 [mini-serial] [Ariyama]

Doumo, doumo, doumo! ^_^ cómo están? Espero que bien! >.< Aquí les dejo el siguiente capítulo del mini-serial, las cosas pasan algo rápido, pero normal... al ser un mini-serial tengo que explicarlo todo rápido... espero que la historia les valla gustando cada vez más.


Capítulo 2.



Parejas: Ariyama, Yamajima, Chiitaro, Takanoo, Yabuhika.




Un nuevo día en Tokyo amanecía, y con eso el despertador de cierto chico sonaba para así levantar-le y que fuese al instituto. Ryosuke se desperezó en el medio de la cama y alargó el brazo para apagar el aparato que le interrumpía el sueño. Después de que la habitación estuvo en silencio, se volvió a desperezar para así despertar del todo.

Cuando ya estuvo arreglado y con el debido vestuario para ir al instituto, bajó al piso inferior para desayudar. Esa mañana había sido tranquila, algo sumamente extraño teniendo en cuenta que sus dos hermanas eran muy ruidosas. Salió con paso calmado, todavía le quedaba tiempo para llegar al instituto.

En el camino al instituto se cruzó con algo inusual, uno de sus antiguos camaradas estaba delante de él, aparentemente estaba solo y también se dirigía a su lugar de estudio. Se puso inexplicablemente nervioso, no comprendía su nerviosismo, sus manos le sudaban y tragaba fuertemente saliva. ¿Que haría? ¿Le saludaría? ¿No perdía nada por saludarlo, no? Bien, eso haría, iría allí y le saludaría. Pero, ¿qué le diría? Bueno, lo primordial era saludarle, si el otro seguía siendo el mismo de antes no tardaría en sacarle conversación.

Con paso tembloroso se dirigió hacía su antiguo amigo, disimuladamente se situó detrás de él. Tragó saliva y caminó un poco para ponerse a su altura. Rodó la mirada y notó que éste tenía los audífonos puestos. Así que... tendría que tocarle el hombro para que le prestase atención. "Bueno, vamos allá" pensó aún nervioso. Le dio un toque en el hombro y el chico rodó la mirada para posarla en Yamada. Ryosuke notó como el otro joven abría los ojos sorprendido de encontrarle allí a él. El otro se quitó los audífonos para hablarle.

- Oh, Yamada, cuánto tiempo. - el nombrado sonrió, aún podía notar la sorpresa en la cara del mayor. Los recuerdos del pasado, cuando todos, los diez, se divertían y era precisamente él quien hacía tonterías junto a Daiki y al resto. Siempre haciendo que el ambiente fuese menos tenso y pesado, agregando payasadas y tonterías por todas partes. Haciendo más amenas las tardes en cualquier lugar. - Has cambiado. - habló sorprendido, mirando de abajo arriba al menor que se sonrojó por la revisión que estaba recibiendo del mayor.

- Lo mismo te digo, Hikaru. - respondió contento de volver a encontrarse con él. Echaba de menos esos momentos en los que lo pasaba tan bien con todos, ¿Hikaru también lo echaría tanto de menos como lo hacía él? Esperaba que sí, quería que esos momentos fuesen buenos para todos y seguramente así era. - Ah, perdón, creo que ya no debería llamarte Hikaru... - susurró poniendo una mano delante de la boca algo apenado. Era cierto, ya no eran tan cercanos como antes, así que ya no le podía llamar por el nombre. Bajó la mirada algo entristecido, llamarle por el apellido le hacía ver que ya no eran amigos.

- Oh, descuida, no pasa nada. Puedes seguir llamándome así, por los viejos tiempos ¿ne? - contestó contento el mayor que le sonrió divertido. Realmente Yamada no había cambiado nada, siempre tan correcto y tímido. Sonrió tiernamente al recordar los viejos tiempos con todos, sí, esos sí que eran buenos recuerdos. - ¿Qué tal te va todo? - le preguntó manteniendo la sonrisa divertida. Yamada sonrió al escuchar esas palabras, sabía que aún quedaban los restos de esa buena amistad que habían tenido.

- Bueno, bien, como siempre. - contestó mientras ambos caminaban uno al lado del otro, ambos sonreían, nunca estaba de más charlar un poco sobre esos tres años que hacía que se acabó la amistad. Justamente... se habían distanciado cuando Daiki se fue. Eso demostraba lo afectados que estaban todos por la partida de Daiki. Todos estaban tristes porque se había marchado y habían empezado a no salir, a no quedar nunca y a buscar amistades fuera del círculo. Y así fue como se distanciaron. Por suerte, Yamada tenía a Yuto, Chinen y Keito, que no los había perdido a causa de que iban al mismo instituto. - ¿Y a ti? ¿Cómo te va? - devolvió la pregunta cuando salió de sus pensamientos.

- Bueno, dentro de poco empiezan los exámenes finales, ya estoy acabando la carrera. Así que estoy bastante ajetreado... - suspiró cansado el mayor mirando al suelo. Realmente era cansado, si hubiese sabido que estudiar veterinaria sería así de difícil no lo habría echo. Sintió una palmada de ánimo en su hombro correspondiente a donde estaba Yamada, elevó la mirada y la posó en los ojos del menor.

- Ánimo, Hikaru-kun. - elevó el otro brazo para darle mayor énfasis a la frase. Hikaru se perdió en esa sonrisa tan viva que estaba recibiendo de Ryosuke, esa sonrisa le llevó atrás en el tiempo, donde veía esa sonrisa todos los días, donde escuchaba esa frase siempre. Donde compartía la mayoría de los días con Ryosuke y los demás.

- Hum. - asintió efusivamente aún perdido en el rostro del menor. - Me esforzaré. - le devolvió la sonrisa a Yamada, el menor retiró su mano del hombro de Hikaru y siguieron caminando. - A propósito, ¿sabes algo de los demás? - preguntó algo interesado, no estaría mal quedar todos algún día como en los viejos tiempos.

- La verdad, es que no. Bueno, aún me trato con Yuto, Chinen y Keito. Pero de los demás... no sé nada. - explicó con un dedo en la mejilla recordando si había visto a alguno de los chicos últimamente. Pero no, pareciera como si se hubiesen esfumado de la faz de la tierra. Suspiró, añoraba esos momentos donde todos se divertían, ¿por qué no podían volver a aquellos tiempos?

- No parece que vivamos en el mismo barrio. - bromeó el mayor sacando una sonrisa divertida a Ryosuke. Este asintió concordando con las palabras de Hikaru. Ambos rieron un poco y después volvieron a la normalidad.

Estuvieron un poco en silencio, caminando tranquilamente hacia sus diferentes instituciones. A Ryosuke se le rodó una idea por la cabeza, pero no se atrevía a preguntársela. Dudaba de hacerle la cuestión, tenía miedo de ser rechazado por Hikaru... realmente le atemorizaba que Hikaru le contestase con una negativa.

- Ne, Hikaru-kun. - llamó al mayor que iba distraído mirando a sus pies, hizo un sonido con la garganta para que el menor supiese que le estaba escuchando, así que Yamada prosiguió. - Por casualidad... ¿has cambiado de número de teléfono? - preguntó tímidamente mirando al suelo, no se atrevía a mirar al mayor al rostro. Tampoco quería ver la expresión que tendría Hikaru en el rostro. - Quiero decir. - se apresuró a explicar. Levantó el rostro hacia el cielo con mirada soñadora. - Creo que sería genial si todos nos volviésemos a juntar y pasar una tarde como antes. ¡Por supuesto! No volveremos a estar como antes, pero... - hizo una pausa mientras miraba tristemente una enorme nube que surcaba al cielo. - Quiero que, por lo menos un día, volvamos a aquellos días. - finalizó mirando al cielo. Se sintió realizado al expresarle a Hikaru cómo se sentía.

Hikaru miró sorprendido al menor, realmente había cambiado, en el pasado eso habría resultado demasiado vergonzoso para él y seguramente no lo hubiese dicho, pero sin embargo, ahora se había atrevido. Se había echo todo un adulto, pues claro, ya tenía 19 años, estaba cerca de la edad adulta. Sonrió contento al saber que Yamada también pensaba en querer reencontrarse con todos.

- No, no he cambiado de número. - brevemente contestó a la pregunta. Con eso le estaba diciendo que sí, que quería quedar todos juntos un día, sabía que las cosas no volverían a estar como antes... pues ahora no eran diez, eran nueve, nada sería igual, pero podían intentarlo. Nada perdían con eso ¿no? - Si quieres, puedo contactar con algunos, tú solo avisa a Keito, Yuto, Chinen y Ryutaro. Yo me encargo de los demás. - sentenció contento el mayor. Yamada giró su rostro mirando a Hikaru sorprendiendo, él también quería que se reencontrasen, seguramente que a los demás también se les había pasado por la mente eso.

- ¡Por supuesto! ¡Yo me encargo! - exclamó completamente contento. Esto era lo que siempre había querido, compartir una tarde con todos, contarse las cosas que habían echo estos tres años que no habían quedado, compartir anécdotas... ¡Tenía muchas ganas! ¡Solo de pensarlo saltaba de la alegría! Y parece que lo demostró con el rostro, porque Hikaru también le sonrió mientras le revolvía el cabello.

- Me tengo que ir por aquí. - señaló la dirección que tenía que tomar. - Nos volveremos a ver, Yamada. - se despidió de él ya de espaldas, levantando una mano en forma de despedida. Yamada estaba que no cabía del gozo, tenía ganas de contárselo a los demás.

Se giró y se dirigió hacia su propio instituto.

Un momento... tenía que contactar con Ryutaro... no tenía su número, hacía tres años el menor no tenía teléfono, así que no lo necesitaban. Pero como Yabu vivía pegado de él y se encargaba de avisarle. Pero ahora... bueno, siempre podía ir hasta su casa, aunque... le daba algo de vergüenza. Bueno, primero avisaría a los demás y luego vería que hacía con Morimoto.


****************


La hora del almuerzo había llegado y con eso, cuatro alumnos de la clase 3A salía con el resto de sus compañeros. Iban charlando animadamente de los sucesos que habían pasado en ese tiempo de la jornada escolar. Se dirigían al patio trasero donde, normalmente y junto al resto de sus compañeros, solían ir para comer el aperitivo. Ahí siempre hacía buen tiempo, si llovía estaban a techo y no se mojaban, y si hacía sol siempre había sombra que los cobijaba. Era el sitio perfecto para comer el almuerzo.

- Ah, casi se me olvida. - interrumpió la conversación que estaban teniendo, Yamada. Los otros tres se giraron a mirarle algo sorprendidos, pues no se esperaba que Ryosuke los interrumpiese.

- ¿De qué se trata? - siempre tan curioso Chinen. No pasaba nada en el instituto sin que Chinen se enterase, no había rumor que él no supiese, no había pareja de la que él no supiese.. en fin, le encantaba estar enterado de todo. Y además, así podía llamar la atención, pues los demás compañeros recurrían a él para saber de los rumores o enterarse qué era lo que sucedía por los pasillos del instituto.
- Esta mañana me he encontrado con Hikaru. - comenzó a explicar bajo la atenta mirada de sus amigos. Algunos pusieron mirada extraña, sin saber a qué Hikaru se refería. Yamada sonrió, aunque también se sorprendió, ¿ni si quiera recordaban a su antiguo amigo? ¿A tal punto había llegado la distancia entre ellos? - Hikaru, Yaotome Hikaru. - dio el apellido del nombrado para que así identificasen de quién hablaba. Aunque le parecía algo increíble que no supiesen de quién estaba hablando. Sus amigos cambiaron de expresión a una de sorpresa, no se creían que hubiese hablado con él. Ya que no solían coincidir. Yamada volvió a sonreír, sabía que se iban a sorprender. - Y hemos estado hablando de que algún día podríamos quedar todos, los nueve. - finalizó contento. Tenía muchas ganas de que ese día llegara, quería volver a ver a todos y saber lo que habían cambiado.

Los otros tres se miraron entre ellos, examinando las distintas expresiones que había entre ellos. Yamada rodó la mirada de uno a otro. Se moría de ganas por saber qué opinaban ellos, seguramente les haría mucha ilusión, pues era volver a ver a sus grandes amigos, eso nunca era mala noticia ¿no? O por lo menos eso pensaba él...

- Volver a encontrarnos todos... - susurró sorprendido Yuto. Ryosuke asintió a las palabras dichas, confirmando que ese era el plan. - Mm... hace mucho que no nos vemos, tienes razón... pero, no sé si es buena idea. - comentó el moreno no muy convencido de que fuese buena idea reunirse todos de nuevo como antes.

- ¿Eh? - preguntó dudoso Yamada, no creía lo que escuchaba. Además estaba sorprendido, no esperaba escuchar eso de parte de alguno de ellos. - ¿Cómo que no es buena idea? ¡Volveremos a encontrarnos! Así sabremos cómo les está yendo a todos desde hace tres años, ¿no tenéis ganas? - preguntó realmente excitado de poder hacer eso realidad. No podía expresar con palabras las ganas que tenía de volver a verlos a todos. Tampoco sabría como reaccionar el día en que todos se encontrasen de nuevo, seguramente se pondría nervioso como esa mañana con Hikaru.

- Creo que Yuto tiene razón. - apoyó Keito que había estado en silencio al igual que Chinen que todavía estaba procesando la información recibida. Miraba a la nada meditando. Ryosuke rodó su mirada, que había estado en Yuto, hasta Keito. ¿Estaban todos en contra de encontrarse de nuevo? ¿Qué era lo que los echaba para atrás? ¿No tenían ganas de volver a encontrarse todos?

- ¿Por qué? - preguntó algo enfadado, no entendía el comportamiento de sus amigos. Él tenía claro que era una buena idea, es más, deseaba que ese día llegase y pensaba que sus amigos también estarían felices, ¿por qué ahora reaccionaban así? ¿Se habría equivocado al decírselo?

- Porque, por mucho que nos encontremos, no volveremos a estar como antes y eso nos hará mucho más daño. - explicó Keito con calma. Su actitud calmada era lo que le identificaba como persona. Podía encontrarse en la situación más extrema y difícil que siempre mantendría la calma y actuaría con la mente fría. Era una persona de razonar, siempre razonaba antes de actuar.

- Pero yo no quiero que volvamos a estar como antes. - comenzó a explicar Yamada. Ahora entendía que no era que no quisiesen encontrarse, sino, que tenían miedo de pasarlo mal. Los entendía perfectamente, pues ese miedo también lo había sentido él. - Por supuesto que no volveremos a estar como antes, ni mucho menos. Yo solamente quiero... que por una tarde todo vuelva a aquellos días, que compartamos recuerdos, anécdotas y que nos contemos lo que hemos echo estos años. Nada más. - se sinceró Yamada. Tenía que explicarles el motivo por el cuál quería reunirse con todos, y si así podría convencerlos, mejor que mejor.

Los otros tres miraban sorprendidos a Ryosuke, parecía que el encontrarse con todos era algo sumamente importante para él. Y no era para menos, pues él siempre había sufrido por el distanciamiento sufrido en su grupo, era algo que siempre le había mortificado. Y podía que se sintiese culpable, por no estar ahí para apoyar a sus amigos con la partida de Daiki, por centrarse en su dolor y no ver el de los demás. Pero ahora se le estaba brindando la oportunidad de poder remediar todo eso en una tarde, y quería aprovecharlo.

Se miraron entre ellos sonriendo, las ganas por encontrarse eran contagiosas, pues a ellos también les entraron ganas por quedar con sus antiguos amigos y recordar viejos tiempos. ¿Por qué no? Chinen sonrió, sí, él también quería ir, da igual que saliese mal parado, que le doliese, iría, solo por verlo otra vez...




Fin del cap. 2

Espero que les haya gustado! >.< Como pueden ver... la historia no ha cambiado mucho... pero sólo quiero deciros algo... la reunión será la desencadenante de todo! 
Quédense con la duda y hasta el próximo capítulo.
Ah! Y la reunión no saldrá hasta varios capítulos más adelante... antes de la reunión pasarán varias cosas impactantes para Yamada... y algún que otro personaje aparecerá aunque no pondré el nombre en capítulo! >.<
Espero que les vaya gustando la historia y que con los datos que os he dado os entre curiosidad por leer! ^_^
Mimi-chan desta~!
Suki~!

lunes, 17 de diciembre de 2012

Debut. [Yamajima] [Drabble]

Hola! Parece que ando inspirada! Aquí les dejo un drabble que me ha encantado escribir. Me parece que me quedó muy tierno, o esa es la sensación que me dio mientras lo escribía. Hacía tiempo que una idea sobre este tema me rondaba por la mente, así que en un huequecito que encontré eché mi imaginación a volar. Espero que les guste! >.<




Título: Debut.
Género: Shounen-ai.
Pareja: Yamajima, algo de Inoodai.
Extensión: Drabble.
Nota: Creo que me ha quedado algo largo para ser drabble, pero bueno, como ya sabéis... no sé hacer drabbles cortos... T.T Espero mejorar pronto! >.<
Autora: Mimi-chan.




Yamada notaba a Yuto algo distante con él, y el por qué de ese repentino cambio no dejaba de torturarle siempre que tenía un rato libre. No le gustaba ver a Yuto frío con él, ya no hablaban como antes, no quedaban como antes, no se llamaban como antes... en fin, nada era como antes.

¿Qué había pasado para que cambiase repentinamente? Que él supiese no había echo nada, no habían discutido. Aunque podía ser por la falta de tiempo, le había desatendido. Todavía no habían tenido una cita en condiciones como cualquier pareja. Sí, estaban saliendo, desde el rodaje de "Risou no Musuko", se habían dado cuenta de lo especiales que eran el uno para el otro. Pero ahora, con el tema del rodaje en Hong Kong de "Kindaichi", las actuaciones, los Shokura... no tenía tiempo. Y menos ahora que se había rebelado que iba a debutar como solista.

Él no había estado muy conforme con la idea de debutar, pero Johnny-san así lo había decidido. Antes de que estuviese acordado el debutar, habló seriamente con Yuto, pues era una noticia que su novio necesitaba saber. Se lo contó antes que al resto de JUMP, bueno, a los demás miembros se encargó de contárselo el presidente. Pero a Yuto había tenido él el valor de decírselo, recordaba lo temeroso que se había sentido momentos antes de contárselo. Tenía miedo a su reacción. Pero para sorpresa de él había actuado muy normal, comportándose como un adulto; diciéndole que se alegraba por él, que al fin había conseguido lo que tanto esfuerzo había requerido.

Cuando mantuvo esa conversación con él se quedó desconcertado  pues esperaba algo de negativa por su parte. Incluso ahora, no sabía si respirar tranquilo o inquietarse por la falta de sentimiento que había recibido ese día. Por supuesto, que Yuto le hubiese dicho le había ayudado a decidirse si quería debutar o no. No sabía si pensar que Yuto lo hacía por cortesía o porque realmente lo sentía así.

Y ahora, el comportamiento distante que estaba teniendo con él le hacía plantearse la idea de debutar. Aunque ahora ya no podía dar marcha atrás, pues la caratula ya había salido, en el Johnny's World ya había tenido su momento, en el BEST ARTIST, en el Shokura... ahora ya no podía negarse.

Todo eso lo pensaba mientras veía a Yuto charlar con Keito. Ambos estaban algo serios, eso le avivaba la curiosidad, quería saber qué estaban hablando. Pero no podía ir allí e interrumpir la charla, pues parecía importante y sabiendo como estaba el ambiente con Yuto últimamente sería... empeorarlo todo.

- Yamada, no puedes seguir así. - habló Daiki a un lado de él sorprendiéndole. Dirigió su mirada marrón al chico que estaba sentado al lado de él. Sabía perfectamente a qué se refería el miembro de BEST. Pues se lo había contado todo en el viaje a Hong Kong y desde eso se habían vuelto aún más amigos.

- Ya lo sé. - se limitó a contestar, no hacía falta que le recordase lo que él ya sabía perfectamente. - ¿Pero qué quieres que haga? - le preguntó en un tono desesperado. El mayor suspiró algo cansado, que le tuviese que resolver ese problema él... el miembro más despistado de todo el grupo.

- ¿Has probado a preguntarle qué le pasa? - su tono era algo sarcástico, pues no era una opción muy difícil de pensar. Daiki no le veía el problema a ese asunto. A su parecer, Yuto no se había sincerado del todo cuando Yamada fue a pedirle opinión sobre el debut.

- ¿Crees que no lo he intentado? - preguntó algo enfadado. El tono sarcástico de Daiki le había echo enfurecer un poco. ¡Pues claro que había pensado en preguntárselo! Solo que... no encontraba el momento, ni la ocasión. Su agenda seguía muy apretada...

- No lo has intentado lo suficiente cuando aún sigues en esta situación. - sentenció el mayor ganándose una mirada de sorpresa por parte del menor. Daiki sonrió ante la cara de sorpresa de Yamada. - ¿Por qué crees que tienes la oportunidad de debutar en solitario? - le preguntó comenzado a explicarle el por qué de su comentario. Yamada se encogió de hombros, todavía no había hallado respuesta a esa pregunta. - Pues porque te has esforzado estos 9 años que llevas en la empresa. Gracias a tu sudor, coraje, por tu entrega .. gracias a todo eso estás ahora donde estás. - explicó mientras con el dedo índice le tocaba el pecho, intensificando el significado de la oración.

- ¿Qué estás tratando de decir? - sabía por dónde iban los tiros, pero aún no sabía a ciencia cierta a qué se refería Daiki.

- Que si no te esfuerzas no consigues nada. El primero que tiene que dar el paso para que algo cambie, tienes que ser tú. No esperar a que el mundo cambie mientras esperas sentado. Ahora, tienes que ir ahí y preguntarle directamente a Yuto qué le pasa. Y que te responda sinceramente. Porque si lo dejas para mañana, al final no se resuelve... simplemente, se acumula. - finalizó el mayor sonriéndole alegremente. Esperaba que con eso Yamada recapacitase e hiciese lo que tenía que haber echo ya hacía semanas.

- Tienes razón. - habló convencido de lo que tenía que hacer. Se levantó de la silla y se dirigió decidido hacia Yuto que seguía hablando con Keito. Llegó allí y ni flaquearon sus fuerzas porque sabía que lo que iba a hacer era lo correcto. - Yuto, ¿podemos hablar un momento? - le preguntó mirándole fijamente.

- Claro. - habló sorprendido el menor de encontrárselo ahí, no esperaba para nada que le hablase. Pues desde hacía tiempo las conversación eran escasas entre ellos dos y eso que eran pareja.

Ambos salieron de la sala de ensayo bajo la mirada alegre de Daiki que sonreía contento de poder haber ayudado a un buen amigo que siempre le había ayudado a él en temas del amor. Tema en el que él estaba muy perdido, menos mal que ahora Inoo le guiaba, aunque no siempre por el buen camino... pues siempre tenía lo "mismo" en la cabeza.

Caminaron hasta una de las salas más cercanas, para así tener algo de privacidad. Pues lo que iban a hablar no era un tema que pudiese ser escuchado por cualquiera. Yuto siguió al mayor algo confundido  pues normalmente no era Yamada el que "guiaba". Sonrió al recordar los momentos íntimos que pasaba con él, momentos que se habían vuelto escasos a causa de las agendas de ambos.

- Bueno, dime, ¿qué me quieres decir? - le preguntó Yuto sonriente. Tenía que mantener su personalidad en frente de Yamada para no preocuparle.

- Quiero que me digas el por qué últimamente estás tan ausente y distante conmigo. - pidió Yamada mirándole directamente a los ojos. Quería saber de una buena vez qué era lo que le pasaba a su novio, ya que le tenía muy preocupado y así no podía estar tranquilo. - Contéstame sinceramente, por favor. - rogó el mayor manteniendo la mirada.

Yuto le miró sorprendido, no esperaba que sacase ese tema, pues era de lo último que él quería hablar. No quería decirle a Yamada para no preocuparle, pues sabía que su opinión era muy importante para Yamada, por eso se había ahorrado el decírsela cuando le pidió su opinión sobre su debut.

- No sé si... - habló dudoso apartando la mirada del hermoso rostro de su novio. No estaba convencido de que eso fuese lo correcto.

- Te lo estoy pidiendo por favor, Yuto. - seguía manteniendo la mirada en la negra de Yuto. Este le dirigió la mirada sorprendido por el tono de súplica del mayor. - Me tiene muy preocupado, no sé que te pasa, no sé si puedo hacer algo para remediarlo, no sé si es mi culpa... solo sé que me siento fatal. ¿Es por mi culpa, verdad? - le preguntó con los ojos algo vidriosos de la tristeza que le invadía solo de pensar que Yuto había estado mal por su culpa.

El menor abrió los ojos sorprendido, ver a Yamada tan preocupado por él le hacía volver a sentir el por qué se había enamorado de él. También notó los profundos sentimientos que Ryosuke tenía por él, haciendo que la confianza aumentase.

- No, no es tu culpa. - habló algo alto en un gesto desesperado por quitarle esa idea de la cabeza. Yamada podía llegar a ser muy "come-cocos" cuando quería. Siempre estaba dándole viente vueltas a un solo pensamiento.

- ¿Entonces? ¿Qué es? Dímelo, necesito saberlo. - volvió a pedir el mayor acercándose a él, para coger sus brazos y apretarlos para profundizar su deseo de querer ayudarlo. Yuto bajó la mirada, le daba vergüenza expresar esos sentimientos que quería mantener en secreto, pero Yamada necesitaba saberlos, así que haría un esfuerzo.

- Simplemente... me aterra el que pueda perderte. - explicó en un susurro. Sabía que Yamada le había escuchado, pues estaba muy cerca a su  cuerpo, ya que le tenía sujeto por ambos brazos. Yamada abrió los ojos sorprendido de escuchar eso. ¿Qué?

- ¿Perderme? ¿De qué hablas? - le preguntó aflojando un poco la intensidad de sus manos sobre los brazos del menor. No comprendía la frase de Yuto, quería saber qué significaba eso. Porque el significado que le había dado él no era nada bueno.

- Sí, tengo miedo de que este debut te separe de mí, que ya no tengamos tiempo de vernos, de pasar tiempo a solas, de verte... no quiero que te apartes de mí. - miró al suelo, la vergüenza era mucha, expresar esos sentimientos tan egoístas era algo vergonzoso. - Yo quería apoyarte, y lo hago, porque sé que es porque te lo mereces, porque te has esforzado mucho... pero la idea de perderte .. me mata por dentro. - finalizó. Cogió un poco más de aire, tenía algo más que añadir. - Por eso me he separado estos días de ti, porque así sería cuando debutases oficialmente, para acostumbrarme... pero no lo consigo. Necesito de ti. - elevó la vista para ver la mirada atónita que estaba recibiendo por parte de Yamada. - Lo siento, soy un egoísta. Pero te quiero, no lo puedo remediar. - esta vez sí finalizó esperando la respuesta del mayor.

- Idiota... - susurró Yamada aún meditando todo lo que acababa de escuchar. Todo ese tiempo Yuto se había estado martirizando por su bien. A causa de que él no sufriese Yuto había mantenido sus sentimientos callados todo este tiempo.

- Lo sé... - susurró convencido de que lo que decía era cierto.

- Que no se te vuelva a pasar por la mente la idea de perderme. Porque eso jamás sucederá, yo me encargaré de eso nunca pase. Te lo juro. - susurró acercando su rostro al del menor que le miró sonrojado. Toda la pesadumbre que había arrastrado esas semanas se había esfumado con solo esas palabras de Yamada. - Y también te quiero, Yuto. - correspondió mientras unía sus labios con los del menor en un tierno beso.

*****

- Espera, Inoo-chan... - susurró Daiki en el rostro del mayor que seguía insistiendo en desabrocharle la camisa mientras le besaba ardientemente el cuello.

- ¿Quién es? - preguntó sin despegar la boca del cuello de su novio. ¿Por qué justo ahora tenía que sonarle el móvil a Daiki? ¿No veían que estaban en un momento importante? ¿Qué estaba muy necesitado? ¿Qué hacía tiempo que no poseía a Daiki? ¡La gente no tiene corazón!

- Es Yamada... - suspiró el menor mientras leía el mensaje que le había enviado. Un corto "Gracias~ te debo una (>.0)" era lo que ponía en ese mensaje. Sonrió mientras dejaba el móvil en la mesita de noche de la habitación de Kei. - Ya soy todo tuyo. - susurró cogiendo el rostro de Inoo y besándolo golosamente.



*Fin*




Espero que os haya gustado! ^_^
Mimi-chan destaa~!

sábado, 15 de diciembre de 2012

Por ti. [Dai-chii] ]One-shot]

Hola criaturitas del señooorrr!! jajaja ¿qué tal andan? ¡Espero que bien! Yo ando haciendo dieta porque se acercan las Navidades y con ello, el turrón, los polvorones, los bombones, mazapanes y demás surtidos adictivos que hacen engordar! jajajaja
Hoy les traigo una historia, que espero que acepten con los brazos abiertos! >.< Es un Dai-chii, es que como últimamente hay de esta pareja por todas partes pues me inspira. No sé vosotras, pero yo como autora me gusta inspirarme en las parejas que más sobresalgan en las revistas. Pero es que me he ecnontrado con un montón de Dai-chii, en el DVD JUMP WORLD, en revistas, en entrevistas de Daiki! En todos los lados!
En una dice que hasta le dejó a Chinen descansar encima de su rodilla, y que como se veía lindo pues que le dejó! O_O Normal que acabase escribiendo sobre esta pareja! xD
Bueno, no les doy más la tabarra, espero que les guste la historia.

Me ha quedado un poco mal, espero que no me lo tengan en cuenta y abandonen el blog! xD Lo de que me quedó mal va en serio...



Título: Por ti.
Extensión: One-shot
Género: Shounen-ai, angust.
Pareja: Daichii [Arioka DaikiXChinen Yuri]
Nota: Iba para drabble pero como sabéis yo no puedo hacerlos! jajaja creo que me quedó demasiado largo como para ser drabble, así que lo dejo en one-shot. Y la foto... no tengáis en cuenta los caretos! jajajaja
Autora: Mimi-chan.












*Capítulo único*




"¿Cómo puede ser tan idiota?" se preguntaba mentalmente Chinen mirando al mayor algo embobado. Lo veía reír y bromear junto Yamada y se preguntaba hasta qué grado llegaba la estupidez del mayor. Ya que últimamente sus chistes no tenían gracia, o eso le parecía a él. Bueno, nunca había sido alguien muy gracioso, y menos si lo comparabas con Hikaru, pero tenía sus puntazos que te hacían reírte mucho. Aunque tenía que reconocer que él tampoco era una persona que se riese mucho.

- Chinen, ¿qué piensas? - le preguntaron sacándolo de sus pensamientos. Se giró en dirección a la voz y vio a Yabu sonriéndole tiernamente, le devolvió la sonrisa mientras se encogía de hombros.

- En nada en especial. - se limitó a contestar mientras suspiraba apartando la mirada del líder y la depositaba en sus pies que se movían algo inquietos. Recientemente había cogido algo de confianza con Yabu, salían a tomar algo, hablaban de trivialidades, se contaban las cosas... hasta llegar al punto de contárselo todo.

- Tú a mí no me engañas. - Kota examinó con la mirada al menor que seguía mirando sus pies inquietos. Sonrió cuando dio con la respuesta de su comportamiento, o lo que a él le parecía que le pasaba. - Tú estabas pensando en él. - habló en un tono más bajo del normal, para que el resto de sus compañeros no descubriesen el secreto de Chinen. El menor elevó la mirada sorprendido, él pensaba que lo había ocultado muy bien, aunque con la creciente amistad que tenían seguramente sería difícil ocultar-le nada al mayor.

Suspiró derrotado ante la incansable sonrisa del líder. - ¿Cómo te has dado cuenta? - le preguntó derrotado. Ahora sabía que no le podría ocultar nada a Yabu. Aunque tampoco era nada del otro mundo, todos sabían de la reciente atracción que Chinen sentía por el miembro de BEST.

- Sería un mal amigo si no me diese cuenta. - respondió aún con la sonrisa que hacía que sus ojos fuesen pequeños. Chinen sonrió también, pareciese que la sonrisa del líder era contagiosa. - ¿Por qué no se lo dices? - preguntó de repente sorprendiendo al menor que le miró con los ojos algo abiertos del asombro. - No me mires así, lo digo en serio. - habló cambiando el semblante a uno más serio, endureciendo sus facciones que antes estaban sonrientes.

Chinen le siguió mirando sorprendido, no podía creer lo que su amigo le acababa de decir. - ¿Estás loco? Hace poco que acaba de romper con su novio. - le recordó.

- ¿Y? ¡Razón de más para hacerlo! - insistió el mayor elevando algo el tono intentando convencerlo, aunque parecía que iba no iba a ser tarea fácil. El pequeño podía ser muy tozudo cuando se lo proponía.

- ¿Cómo que "y"? Ese es el principal motivo por el que no lo hago. - vio la duda en los pequeños ojos del mayor, suspiró y tomó aire para explicarle. Aunque para él era bastante obvio. - Hace poco que cortó con su novio, así que todavía alberga sentimientos por su ex. - Yabu comprendió ahora el por qué Chinen tenía miedo a confesarse.

- ¿Tú ves que aún sientan lo mismo el uno por el otro? - le preguntó haciéndole mirar hacia Yamada y Daiki. En mala hora hizo eso,ya que ambos se estaban abrazando y haciéndose cosquillas. Chinen miró la escena con ojos dolidos, ¿realmente lo habían dejado? Esos comportamientos le hacían pensar que era mentira, que simplemente se lo habían dicho a los miembros para que no sospechasen nada. Y ese dilema le traía de cabeza esos últimos días. Seguramente su atracción por Daiki aumentaba a cada día que pasaba.

- Mmm... ¿Repite la pregunta, por favor? Es que no te he oído bien. - puso un dedo en su oreja simulando el no haberle escuchado. Claramente era una pregunta retórica, pues el tono de ironía se podía notar fácilmente. Yabu sonrió, sabía que Chinen tenía ese humor tan... suyo.

- Vamos, esos son pequeños detalles. - insistía el mayor intentando hacerle entrar en razón, pero no, Chinen seguía en sus trece de no querer confesarse. Aunque podía entender ese temor. Él mismo lo había sentido cuando decidió confesar sus sentimientos a Hikaru.

- Pequeños detalles dices... - susurró el menor lo suficientemente alto para que Kota lo escuchase. El líder suspiró cansado, llevaba días así, tratando de convencer a Yuri de que se confesase, pero cuanto más insistía más retrocedía el menor. No comprendía el por qué no quería confesarse, comprendía el temor, pero no el por qué no quería confesarse.

El menor se levantó algo enfadado, no le gustaba mantener ese tipo de conversaciones y menos si tenía delante a los causantes de su dolor. Sí, causantes, porque Yamada, aunque no se diese cuenta, también le hacía sufrir. Porque no solamente Daiki estaba haciendo cosquillas a Ryosuke, sino que él también se las hacía a Arioka.

Se dirigió hacia la puerta de la sala de ensayo con la intención de marcharse ya, pues ya habían acabado el Johnny's World de ese día, así que no tenía nada más que hacer ahí. Cogió su mochila que estaba junto a las demás y miró por última vez la escena de ellos dos riéndose, abortos a todo, y salió de la sala bajo la atenta mirada de Kota.

Cerró la puerta suavemente detrás de él. Caminó un poco, pero no mucho, se apoyó en la pared que había a un lado de la puerta. Y posó su frente en ella, necesitaba tranquilizarse, pensar las cosas con mente fría. No podía dejar que sus sentimientos predominasen sobre él, no, eso no podía ser. Respiró varias veces para así tranquilizarse.

"Ni cuenta se ha dado de que me he marchado." pensó algo decaído Chinen. Lo peor venía ahora, cuando se martirizaba, cuando se quejaba de lo injusta que era la vida, de lo cobarde que era... de todo en general. ¿Por qué tenía que ser así? ¿Por qué no podía ser él quien estuviese ahí dentro haciendo cosquillas a Daiki? ¿Por qué Ryosuke tenía que ser su novio? ¿Por qué no se había fijado en él? ¿Por qué...?

Sintió como las frías lágrimas se escapaban de sus ojos y corrían libres por sus blanquecinas mejillas.

Despegó su frente de la pared y subió la mano que tenía libre hacia una de sus mejillas para verificar si estaba llorando. Y, en efecto, lo estaba haciendo. Aún después de todas las lágrimas derramadas, aún después de todas las noches que se dormía llorando... todavía seguía teniendo lágrimas que derramar.

¿Qué estaba haciendo Daiki con él? ¿Qué había pasado con aquél chico fuerte que había superado la "expulsión" de Ryutaro? ¿Qué había pasado con el chico creído y consentido? ¿Qué había pasado con el chico que siempre sonreía y estaba alegre todos los días? ¿Dónde estaba ahora? Se estaba comenzando a hartar de siempre salir llorando él, ya le había pasado lo mismo con Ryutaro...

- Parece que no aprendo... - susurró algo irónico. Era lo que le quedaba, mirar hacia adelante y hacerle frente a la realidad. Y la realidad era que Daiki no tenía ojos para él, los tenía bastante ocupados en Ryosuke. Pero no podía culpar-le, ellos habían sido buenos amigos desde el principio.

Se limpió las lágrimas y caminó por el pasillo para salir de una buena vez de la empresa. El fresco aire le sacudió la cara, haciendo que sus mejillas aún húmedas se enfriasen rápidamente. Caminaba distraído por la calle, sin percatarse del frío que comenzaba a calar-le por dentro de la chaqueta. Tenía la mente bastante ocupada en martirizarse con Daiki.

Tenía que reconocer eso se lo había buscado él mismo, pues desde que supo que Daiki y Yamada habían roto se había acercado al mayor. Eran buenos amigos, y Daiki se lo contaba todo, por eso quiso estar para Daiki cuando rompió con Ryosuke. A Daiki le sentó bastante mal la ruptura, aunque no le quiso contar el motivo de la ruptura, no le dio más vueltas. En ese tiempo se dio cuenta de lo tierno que podía llegar a ser el mayor, era la primera vez que veía llorar por amor a alguien que no fuese él. Eso le hizo comprender más sobre Arioka, conocerle, compartir sentimientos, sonrisas... pero todo eso le llevó a su situación actual.

Sin darse cuenta ya había llegado a su parada de autobús, ahora le quedaba esperar a dicho automóvil. Se sentó en la marquesina a esperar. Recién ahora se estaba dando cuenta del frío que hacía. Se abrazó a sí mismo para así darse calor, o por lo menos que le llegase menos frío. Pero de nada servía, el frío seguía penetrando su ropa llegando hasta su piel poniéndola de gallina.

Sintió algo cálido caer sobre sus hombros, tapando sus brazos, esa calidez venía de una chaqueta que alguien acababa de depositar encima de sus hombros. Rápidamente levantó la mirada para ver quién había sido el que le había dejado la chaqueta. Su sorpresa fue evidente a ver ahí al dueño de sus pensamientos. Al mismo por el que había llorado momentos antes. La ilusión se hizo notar por dentro de su cuerpo, y acto seguido se regañó internamente por comportarse así. Tenía muy claro que tenía que olvidarse de Daiki, pues no le hacía bien.

- ¿Qué haces aquí? Esta no es tu parada. -habló bajo porque aún no se recomponía de la sorpresa que suponía verle ahí delante de él sonriéndole alegremente, haciendo que en su estómago un remolino de sensaciones se pronunciase.

- Pues nada, simplemente me apetecía caminar un poco. - contestó con su dulce voz sentándose a un lado de él. Chinen seguía mirándole, aún no cabía de la sorpresa. Ahora mismo no le venía bien verle y compartir momentos los dos solos. "Oh, vamos, ¿a quién quieres engañar? Sabes perfectamente que estabas deseando pasar tiempo con él." se riñó mentalmente ante lo evidente.

- Dai-chan, ¿no tienes frío? Toma la chaqueta. - le dolía quitarse la chaqueta, ya que de ella provenía un olor muy dulce que desprendía Daiki. Amaba ese olor, pero lo correcto era no mostrar sus sentimientos, aunque le doliese en lo más hondo de su ser. Arioka detuvo su acción poniendo su mano encima de la de Chinen, el menor sintió una corriente eléctrica a consecuencia de ese acto, levantó la mirada hacia la tierna de Daiki.

- No, quédate-la. No tengo frío. - y sonrió cálidamente. Ante esa sonrisa Chinen no pudo hacer nada, era su debilidad y todas las defensas se le rompían cada vez que la veía. No muy conforme acomodó mejor la chaqueta, mientras desvió la mirada, estaba comenzando a sentirse nervioso.

- Veo que te llevas mejor con Yamada. - Chinen mostró la sonrisa falsa que había ensayado para estas ocasiones. La verdad es que estaba bien ensayada, no se distinguía de las otras y eso lo agradecía.

- Sí, menos mal. - afirmó totalmente complacido. Ese día lo había pasado muy bien con su antiguo novio, la verdad no pensaba que iban a acabar así. Después de lo que le hizo a Yamada... era normal que no quisiese volver a hablar con él. Pero Yamada mostró ser un auténtico adulto cuando al día siguiente le sonrió y le habló normal.

- Me alegro. - susurró Chinen algo entristecido y cabizbajo. Aunque sabía que tenía que olvidarse de Daiki le dolía escuchar eso, porque eso sólo le confirmaba que no tenía ninguna esperanza, que Daiki aún mantenía los mismos sentimientos por Yamada que al principio.

- No pensaba que volviésemos a hablarnos. - continuó hablando. Daiki se sorprendió cuando le dijo eso, pues a Chinen no le había contado el por qué habían cortado, bueno, ninguno de los miembros lo sabían. Miró de reojo al menor, suspiró tranquilo al verlo absorto en sus pensamientos, eso quería decir que Chinen no le iba a preguntar sobre eso.

- ¿Y por qué no ibais a volver a hablaros? - le preguntó Chinen mirándole directamente a los ojos, incomodando al mayor que apartó la mirada nervioso. Desde hacía tiempo que esa mirada le intimidaba y le hacía sentir cosas "extrañas". Revolucionaba su interior cada vez que Yuri le miraba intensamente y no le gustaba esa sensación.

- Bueno, porque... - no sabía si decírselo. Porque era algo realmente importante, sabía que si le contaba aunque fuese un poco tendría que contarle todo y no quería. No por nada en especial, simplemente... no podía. De verdad que no podía.

- Tranquilo, no tienes que decírmelo. - y sonrió tristemente. Ahora ya... no podía ni ser de confianza para Daiki. ¿A esos extremos habían llegado? ¿Cuándo se había enfriado la relación? Se sentía triste, cuando el chico que te gusta no confía en ti para contarte algo importante era realmente duro. Pero tenía que seguir adelante, se lo había prometido a sí mismo; le olvidaría.

- No es que no quiera contártelo. Simplemente... no creo que lo compartas. - Daiki había notado la mirada entristecida de Chinen. Sabía que la confianza era algo muy importante para el pequeño, que le gustaba estar enterado de todo. No le gustaba ver esa mirada en el rostro del menor, pero no podía contárselo.

- Tranquilo, no necesitas forzarte. - y le sonrió falsamente. Daiki bajó la mirada entristecido y algo enfadado consigo mismo por no ser lo suficientemente valiente para contarle lo que había sucedido. No le gustaba ver la hermosa y enérgica sonrisa de Chinen apocada por una triste. No, no quería verla más.

- Borra esa sonrisa, por favor. Me mata verte con ella. - susurró pensando que Chinen no le había escuchado, pero estaba confundido. El menor le había escuchado perfectamente. No cabía del asombro, ¿de verdad había dicho eso? Sabía que no era nada del otro mundo, pero estaba feliz de ser importante para el mayor.

- Y a mí tampoco me gusta verte llorar como lo hiciste. - contestó Chinen completamente serio mientras apretaba la chaqueta que aún estaba sobre sus hombros. Era lo cierto, el día que vio a Daiki derrumbado llorando en su regazo porque había echo llorar a Yamada, se le cayó el alma a los pies. Desde ese día se había prometido a sí mismo el no volver a ver a Daiki llorar. - Y si no me dices el motivo por el cuál llorabas no podré ayudarte y me sentiré... - no pudo continuar porque de sólo imaginárselo la angustia oprimía su pecho.

Daiki elevó la mirada que hasta ahora había estado en el suelo, se sorprendió de escuchar eso de Chinen. Con eso le demostraba que le quería como amigo, que podía confiar en él que no le iba a juzgar. Suspiró, sí, le contaría el por qué Yamada le había dejado.

- Verás... - comenzó, no sabía cómo lo diría pero tenía que decírselo. No podía fallar a la amistad de Chinen, además se merecía saberlo, tenía que saber el por qué había estado tan mal. - Yamada... se enteró de que... - tomó aire inflando su pecho y lo expulsó para relajarse. - De que me gusta otra persona. - finalizó con algo de temor a lo que Chinen le pudiese decir, parecía estricto en estos casos.

- ¿C-Cómo? - tartamudeó de la sorpresa, ¿Daiki se había enamorado de otra persona? ¿Quiere decir que no le gustaba Yamada? Bueno, total, seguía sin tener posibilidades con Daiki.

- Mmm... pues no sé cómo se enteró... pero se acabó enterando. Yo le quería mucho, de verdad que sí, me hacía muy feliz, me comprendía, me consentía... pero no sé... yo creo que más que me consientan a mí... me gusta consentir. - Daiki elevó la mirada para fijarla en los ojos negros de Chinen. Este pestañeó varias veces mirando al mayor. Seguía sin caber del asombro de lo que le estaba contando.

Daiki le miraba intensamente, como tratando de decirle algo, pero no sabía el qué. Y tampoco le dio muchas vueltas, pues la pregunta ¿Quién le gusta? se repetía innumerables veces en su mente, la duda le carcomía por dentro, quería saberlo, necesitaba saberlo. Pero no quería forzar a Daiki a decírselo.

- ¿Y quién es el afortunado ahora? - le preguntó dándole un codazo en forma picaresca, ocultando sus sentimientos y las ganas que tenía de oír quién era el que le gustaba. Aunque sabía que no tenía ninguna oportunidad... pero aún quería saberlo.

- Mm... - Daiki dudaba de si decírselo, pues no sabría qué opinaría Chinen sobre eso. Aunque seguramente le resultaría extraño la persona que le gustaba...

- ¿Eh? ¿Qué pasa? ¿Le conozco? - preguntó ansioso mientras le miraba fijamente. Daiki apartó la mirada, no era capaz a sostenerle la mirada. Eso le confirmó a Chinen que conocía a la persona que le gustaba a Daiki. No sabía si eso era algo bueno o algo malo, no sabía si quería conocer a la persona o que fuese alguien desconocido para así no sufrir tanto. - ¡¿Lo conozco?! - exclamó sorprendido mirando a Daiki. Éste asintió tímidamente mirando hacia otro sitio la mirada de Chinen causaba un fuerte sentimiento sobre él.

- Oh, venga, no me hagas adivinarlo como cuando éramos pequeños. Que ya tenemos una edad... - suspiró cansado el menor. No quería  jugar a las adivinanzas, quería saberlo de una buena vez para así decir-le de una buena vez adiós a Daiki.

Se miraron durante unos instantes a los que Daiki sucumbió, decidió decírselo y acabar con esa estupidez de una buena vez. Si seguían así no llevaría a ninguna parte.

- Tú, eres tú de quién me he enamorado. - habló claramente y sin titubeos. No le gustaba dar vueltas al mismo asunto así que se lo dijo. Sonrió al ver la cara de incredulidad del menor. - Si te lo he dicho a sido porque has insistido... - susurró apartando la mirada.

- Daiki... - susurró Chinen el nombre del mayor. Este volvió a dirigir su mirada hacia el menor. Algo confundido por el reciente llamamiento del menor.

Justo cuando giró su rostro Chinen depositó un pequeño y  tímido beso en los carnosos labios del mayor. Éste se quedó estático ante lo que pasaba, no reaccionó. No creía lo que pasaba, ¿Chinen le estaba besando? Cuando iba a corresponder el beso el menor se alejó sonriente. Sabía que Daiki no se esperaba ese movimiento así que no le extrañó que no le correspondiese al beso.

- Te juro que estuve a punto de rendirme contigo. - susurró cerca del rostro del mayor. Éste le seguía mirando incrédulo ante lo que pasaba. Chinen volvió a sonreír – Te quiero, baka. - susurró antes de volver a juntar sus labios con los de Daiki. Pero a este besó si correspondió.


*Fin*

Como se esperaba no he podido aguantarme el añadirle partes Ariyama. Pero es que es lo que yo veo, que antes Daiki se pegaba más a Yamada y ahora los veo como más fríos entre ellos. ¡Pero el Ariyama es invencible! jajajajaja bueno, dejando esto de lado.
Mm.... creo que el motivo por el cual lo dejaron ha quedado un poco confuso... Me refería a que mientras Yama y Dai estuvieron saliendo,  Daiki se enamoró de Chinen y que Yamada se enteró.

 Espero que os haya gustado..

Mimi-chan desta~!

domingo, 2 de diciembre de 2012

Only you. [Mini-seria]

Iba siendo hora de publicar este fic que ya tengo adelantado hasta el cap 5.  Es un fic nuevo, sí, me embarcaré en otro fic serial, pero este será mini-serial, no tengo pensado alargarlo tanto como los demás. Espero que no se hayan cansado de mi blog, por estar siempre vacío.
También estoy trabajando ya en el fic Hetero, así que no os preocupéis, en cuanto lo tenga algo adelantado lo publico. Solo pido algo de paciencia, sigo sin tener tiempo para nada... u.u'
Muchísimas gracias por el apoyo recibido, espero que esta historia os guste.




Título: Only you.
Extensión: mini-serial.
Género: Shounen-ai, drama, lemmon. 
Parejas: Ariyama, Yamajima (algo), Yabuhika, Takano, Chiitaro, Okajima.
Autora: Mimi-chan
Nota de la autora: Sí, es un mini-serial Airyama, la verdad es que es mi pareja favorita y siempre me rondan seriales sobre ellos dos. Pero nunca encontraba una historia buena. He plasmado esta última idea que me surgió de ellos y espero que les guste como está quedando. A mi la verdad es que la historia me está enganchando. Aunque puede que al principio sea algo aburrida, pronto irá cogiendo algo de vidilla. xD
Resumen: Daiki se marcha dejando debastado a Yamada, pero le promete que vuelve. Han pasado tres años, ¿seguirá creyendo en esa promesa? ¿Encontrará el amor de nuevo? ¿Volverá a creer en el amor?


- blablabla. - hablan
- blablabla. - recuerdos o flash back.
"blablabla" pensamientos.



Capítulo 1





- Lo siento Ryosuke, ya lo han decidido. - susurró algo arrepentido el mayor de los dos.  El nombrado bajó la mirada entristecido, tener que despegarse de una parte de su vida era algo increíblemente doloroso. Un dolor nunca experimentado antes, algo que no quería que nadie experimentase en su vida. Una lágrima rodó por su solitaria mejilla.  ¿Cómo retener las lágrimas? Era algo imposible, realmente irrefrenable. No sabía cómo expresar toda esa tristeza sin tener que llorar.

- No quiero que te vayas. - susurró mientras suspiraba varias veces a causa del llanto. No sabía como reprimir toda esa tristeza que sentía, quería que se quedase a su lado y seguir disfrutando de esa felicidad que habían compartido hasta ahora. Pero parecía que todo tenía un final, que nada dura para siempre. Eran la clase de pensamientos que rondaban por la mente del menor.

- Yo tampoco quiero irme, pero no puedo hacer otra cosa. - susurró acercándose al pequeño y acariciarle la mejilla levantando su rostro en el acto. Haciendo que sus ojos se encontrasen. En ambos pares de ojos se encontraba el mismo sentimiento, sentimiento de tristeza, amor y esperanza. Ambos dos querían que su historia de amor no acabase nunca. Pero parecía inevitable, no podían luchar contra las circunstancias. Todo tenía un porqué. 

- Prométeme que volverás, Daiki. - casi rogó el menor poniendo su mano encima de la del mayor, cerrando los ojos para disfrutar el contacto. Los abrió para fijarse en la mirada del mayor. Sus ojos estaban aguados, entristecidos. Yamada abrió los ojos sorprendido, ahora comprendía. No era el único que sufría con la partida, Daiki también lo pasaría mal. Por supuesto que sí, ambos se amaban y ambos sufrirían. - Prométeme-lo. - pidió de nuevo el menor.

- No te lo prometo. - dijo mirándole directamente a los ojos. Ryosuke abrió los ojos mientras más lágrimas salían de estos, Daiki miraba cada una sabiendo que la causa de ellas era su partida. - Te lo juro. Juro que volveré. - susurró cerca de su rostro. El menor sonrió, sabía que su novio cumpliría su promesa, tenía fe ciega en él. 

Fueron acercando sus rostros hasta juntar sus labios en un cálido beso que no sabía a despedida. No era un adiós, era un "hasta luego". Nada de despedidas amargas sabiendo que se volverían a ver. Pero aún así... dolía, dolía mucho. No querían despedirse, porque sabían que a partir de mañana no se volverían a ver como mínimo en un año. Y eso era lo que les mataba por dentro, no poder verse en más de dos años era mucho tiempo. Pero aguantarían, porque sabían que no era para siempre...


*bip, bip, bip*

Amanecía en la casa Yamada, y con ello los despertadores de las distintas habitaciones sonaban. Y por supuesto, en la habitación del hijo varón no era excepción. 

- Venga, dormilón, hora de levantarse. - su hermana mayor hacía acto de presencia al otro lado de la puerta. El mediano de los hermanos se desperezó en el medio de la cama soltando un gemido al hacerlo. Se sentó en el medio de la cama aún con los ojos a medio abrir. 

"Otra vez el mismo sueño..." pensó aún somnoliento Yamada mientras miraba sus piernas tapadas por la sábana. No terminaba de despertar, pero el sueño lo recordaba muy bien. Desde hacía varias semanas se le repetía todas las noches, empezaba a estar cansado, siempre recordando ese suceso que había sucedido hacía ya tres años donde lo pasaba tan mal. ¿Por qué los momentos felices vividos con Daiki no los recordaba? Quiero decir, él los recordaba perfectamente, pero por qué en vez de soñar ese momento tormentoso, no soñaba las tardes que pasaban juntos en casa los dos solos, o el día en que se conocieron... pero no, tenía que soñar el día en que se separaron.

- ¡Nii-chan! ¡Venga, levántate! -  ahora era su hermana pequeña la que tocaba la puerta para despertarlo. Rodó su vista por su habitación en busca del despertador para ver la hora que era. 

- ¡Ah! ¡Son casi las ocho! - exclamó levantándose rápidamente de la cama y dirigiéndose hacia su armario para sacar el uniforme de su instituto. Se metió a la ducha y salió rapidísimo para cambiarse a la velocidad de la luz; y sin desayunar salió de su casa corriendo en dirección a su instituto. Por suerte no le quedaba muy lejos.

*************

La jornada escolar ya había acabado, Yamada salía junto al resto de sus compañeros de clase. Charlaba con ellos de lo que iban a hacer esa tarde. 

- Ne, Yama-chan. ¿Qué te apetece hacer hoy? - habló un chico realmente alto, o por lo menos era el más alto de los cuatro chicos que caminaban en dirección a la salida del instituto. - ¿Qué te parece si vamos a la sala de juegos? - preguntó sonriente el mismo chico. Su sonrisa era enérgica y transmitía mucha paz en Yamada. Siempre se sentía tranquilo cuando estaba cerca de él, era algo que solamente el alto podía conseguir. 

- Oh Yuto, me parece buena idea. - expresó totalmente feliz. Solamente le bastaba ver la sonrisa de Yuto para sonreír él también, incluso podía llegar a disipar todo el malestar con solo verle sonreír. Eso llegaba a asustarlo, pues no era capaz de controlarse. Siempre dependía de Yuto para calmarse, siempre que se sentía ansioso o triste; recurría a él para calmarse. - ¿Qué os parece a vosotros? - preguntó a los otros dos chicos que estaban hablando entre ellos. Ambos chicos miraron al que les había interrumpido.

- ¡Me apunto! - habló enérgicamente el más bajo de todos. Su sonrisa tenía cierta picardía en el rostro. Eso puso nervioso a Yamada. Cuando Yuto tenía el poder de calmarlo bajo cualquier situación, Chinen tenía el poder de alterarlo a la más mínima acción. No entendía por qué Yuri creaba eso en él, seguramente era porque Ryosuke siempre estaba pendiente de él, al tanto de que Chinen no se encontrase decaído. Siempre le protegía, pasase lo que pasase.

- Yo también. - habló calmado el cuarto intrigante de ese grupo de amigos. Yamada sonrió contento, hoy, por fin, estarían los cuatro juntos. Hacía bastante tiempo que no salían todos juntos. Cada uno tenía ciertas cosas que hacer. Además, siempre que Keito se apuntaba lo pasaba el doble de bien. Porque Keito realmente le comprendía, compartían muchos intereses comunes. Y por eso le encantaba quedar con él, podían recorrerse todas las cafeterías de Tokyo en una sola tarde y eso le gustaba. 

- ¡Pues decidido!  ¡Hoy lo vamos a pasar en grande! - exclamó Yuto enérgicamente, automáticamente contagiándole la energía a Yamada. El resto del grupo también sonrió. 

Ryosuke los miró a todos contento de poder estar como antes, de poder disfrutar de sus grandes amigos una tarde entera, como en los viejos tiempos, cuando eran diez. Ahora solo quedaban cuatro de todo el grupo que habían sido, todos se habían dispersado. Bueno, no del todo, todos vivían en el mismo distrito de Tokyo, pero ahora cada uno iba por su lado, cada uno iba a una universidad diferente, o a un instituto diferente, o trabajaban, o se habían mudado... Eso era lo que había echo... Daiki. Ahora cada cuál tenía su grupo de amigos, sus complicaciones, su felicidad, su... vida. Ya no estaban juntos.

- ¡Ryosuke! ¡Te toca! - llamó Chinen trayéndole al mundo real. Ya estaban en la sala de juegos, echando un billar y era su turno. ¿Cuándo habían llegado? ¿Cuánto tiempo había estado pensando? Y lo más importante, ¿a qué bolas iba? ¿A lisas o a rayadas? ¡No lo sabía! 

- Emm... ¿a qué vamos? - preguntó algo apenado, pues su distracción había sido intensa. También se sintió culpable, para una vez que estaban los cuatro juntos se distraía en sus pensamientos y no aprovechaba la oportunidad que se le brindaba. 

- Aún a nada, acabamos de empezar. - explicó Yuto calmadamente, no sabía en qué pensaba Yamada. Desde hacía unos días estaba algo distraído, había bajado el promedio de las notas y él solo decía "no he podido dormir bien". ¿Era realmente eso lo que le pasaba? ¿Había algo más profundo que esa excusa? Ese tema le traía preocupado, no comprendía el comportamiento de Ryosuke y él quería poder entederle, quería aconsejarle, quería estar ahí para cuando se sintiese mal. Pero Yamada no se conseguía abrir del todo y eso llegaba a molestarle levemente. 

- Ah, vale, perdón. - se disculpó por la falta de interés en el juego. Él había aceptado salir esa tarde y ni si quiera prestaba atención. Era realmente penoso y todo por ponerse a recordar viejos tiempos dónde todo era color de rosa, dónde había una felicidad que no iba a regresar, una felicidad que se había ido ya hacía tres años. Sacudió la cabeza para quitarse esos pensamientos y se centró en esa maravillosa tarde que le esperaba con sus más preciados amigos.


- ¡Waa! - gritó divertido y realmente contento Chinen. Había ganado a Yamada y a Yuto en el billar, no cabía de la dicha. Era la primera vez que les ganaba a ese juego. Porque de verdad que ese par era realmente bueno en el billar, por eso temía que perdiesen esta vez, ¡pero no! ¡Habían ganado! Chinen siempre había sido muy competitivo, siempre le había gustado ganar y desde que Yamada y Yuto se habían vuelto tan buenos en ese juego le había cogido manía al billar. Pero ahora, veía una pequeña esperanza en poder ganarles. - ¡Yey! - chocó las palmas de sus manos con las de Keito en un sonoro gesto.

- Ne, Yama-chan, ¿qué te ha pasado? - le preguntó algo decaído Yuto a su compañero de billar que miraba su palo algo distraído y enfadado. Yamada no entendía que le había pasado, normalmente ganaban. ¿Qué le pasaba? Realmente estaba distraído. - Oye, de verdad. ¿Qué pasa? - volvió a insistir Yuto al ver que Ryosuke no contestaba y se quedaba mirando su palo distraído.

- No sé. Siento que hayamos perdido. - susurró arrepentido y apenado. Por su culpa Yuto había perdido al billar, aunque sabía que a Nakajima no le importaba perder, menos mal que se había puesto con Yuto y no con Chinen, sino... la que le esperaba. Pero aún así, no podía dejar de sentirse mal, su distracción había perjudicado a otra persona. 

- Eso es lo de menos. Me preocupas más tú. Estás distraído, y no lo digo solo por lo de ahora, ¿ha pasado algo? ¿En casa o en algún otro lugar? - su preocupación era notoria en su tono de voz. Yamada levantó la vista que hasta ahora había estado en el palo y la fijó en la mirada marrón de Yuto, ¿realmente estaba tan preocupado? Yamada se sintió algo aliviado, pero el malestar continuaba, pues ahora Yuto estaba preocupado por él, por culpa de su distracción y de pensares innecesarios. 

- No ha pasado nada. Solamente que... - iba a continuar hablando pero el más alto no se lo permitió. 

- "No has dormido bien". - continuó la frase que seguramente saldría por los labios de Ryosuke. Sonrió al notar la cara de sorpresa que portaba el mayor, sí, justamente iba a decir eso. Sonrió comprensiva-mente. - Llevas toda la semana diciendo esa excusa. Empiezo a no creérmela. - mantuvo la sonrisa, Yamada también sonrió. Yuto realmente era muy atento con él y se lo agradecía. Nakajima era una persona muy noble que se preocupaba antes de los demás que de él mismo. Aunque eso también podía ser un factor negativo. 

- Pero es la verdad. - contradijo el mayor. Realmente era la verdad, no era una excusa para nada, porque últimamente no había podido dormir bien a causa de ese suceso que se repetía por las noches torturándole, dificultándole el descansar. Era la pura verdad, solamente... había omitido el contenido del sueño, nada más. Sabía que si rebelaba el sueño Yuto, Chinen y Keito le reñirían por andar pensando en el pasado. 

- ¿Seguro? - preguntó Nakajima con una ceja elevada, examinándolo, realmente presentía que era una excusa de Yamada y que realmente no le quería decir el verdadero motivo por el cuál estaba tan distraído. Lo que le preocupaba era el echo de que no se lo quisiese contar, se lo contaban todo, ¿por qué esto no? - Siento que no me lo estás contando todo. - siguió examinando al más bajo consiguiendo que se pusiese nervioso. 

- Segurísimo. - se sentía mal por mentirle, aunque no era del todo mentira. Yuto sabía de la historia que Daiki y él habían tenido en el pasado, también sabía lo mal que lo había pasado con la partida del mayor, y por eso Yamada creía que Nakajima sentía algún tipo de rechazo por el mayor, por el daño que le había echo. También Chinen expresaba de vez en cuando que Arioka le caía.

- Vale, confiaré en ti. - sonrió despreocupado. Comprendía que Yamada no quería contarle el motivo de sus desvelos, pero no pasaba nada, pues lo averiguaría de todas formas. "Tiempo el tiempo" pensó totalmente convencido de que Yamada acabaría por contarle eso que no le dejaba dormir. 

- Chicos, ¿por qué no vamos a un McDonald? - preguntó sonriente Chinen. aún seguía dichoso por la victoria conseguida, y no era para menos, había destronado a los grandes "Yamajima" como los había apodado a la hora de jugar al billar, y eso había que celebrarlo de alguna manera. Keito también se sentía de esa forma, pues era la primera vez que ganaba al billar. 


Después de una entretenida tarde con sus amigos, Yamada volvía sonriente a casa. Y no era para menos, Yuto había conseguido calmarle esa pesadumbre que guardaba en su pecho, Chinen había conseguido sacarle unas risas y Keito le había transmitido la paz que sentía. Realmente necesitaba una tarde como esa, necesitaba despejar la mente. Llevaba una semana un poco tensa, ese sueño le hacía recordar los buenos tiempos con Daiki.

Llegó a la puerta de su casa con una sonrisa alegre. Ahora se daría un baño para despejar, haría la tarea, cenaría y se acostaría para al día siguiente ir al instituto totalmente cargado de energía. Aunque le daba algo de miedo dormirse porque eso conllevaba tener que recordar... y no quería. De verdad no quería, el quería olvidar, todo lo que había vivido, absolutamente todo. Sabía que era insensato, pues eran recuerdos felices, pero esos recuerdos felices ahora le torturaban fuertemente, tan fuerte que le daban ganas de llorar. El creía haber olvidado a Daiki, pero parecía... que no. Él sabía que ya no sentía nada por Daiki, pero últimamente todo estaba confuso, su corazón era un revoltijo de emociones. 

- Lo mejor será no pensar en nada. - susurró cuando hubo entrado en su habitación para deja la maleta encima de la cama y prepararse el baño para relajarse y poder despejar la mente para así, poder tener una noche en paz, aunque sabía que era en vano.



Fin del cap. 1



Espero que les haya gustado el primer capítulo. Sí, sé que está aburrido y que no tiene chicha, pero espero que en el pequeño resumen que puse al principio os convezca! >.< 
Muchas gracias por leer!
Si comentáis sabré si os gusta o no el fic! ^_^