miércoles, 20 de marzo de 2013

[Oneshot] Lluvia. [TaDaiki]

Hola~! Mucho tiempo sin pasarme por aquí... u_u lo siento... pero aquí traigo una pequeña historia. Sí, pequeña, sé que he puesto one-shot, pero es que está entre el drabble y el one-shot, así que se queda en one-shot cortito, porque drabble... no sé... xD Yo lo dejo donde está por si acaso.. xD

Espero que les guste ~_~




Pareja: TaDaiki [Takaki Yuya&Arioka Daki]
Extensión: Oneshot corto... (demasiado creo yo xD)
Género: Triste... 
Inspiración: Aburrimiento en clase xD
Autor: Mimi-chan



*Capítulo único.*


¿Por qué tenía que pasar-le esto a él? No entendía qué había echo para merecer semejante castigo, era un dolor punzante, devastador y agotador. Agotador porque estaba cansado de siempre salir perjudicado él, de siempre tener que acabar triste. Era un dolor intenso y sofocante, de esos dolores que te corta la respiración por un leve momento, igual que cuando te das con el dedo pequeño del pie en un mueble. Pero mucho, mucho más tortuoso. Pues este dolor lo venía arrastrando de hace algún tiempo y todo ocasionado por la misma persona. ¿Cómo un dolor tan intenso podía venir de la persona que tanto amaba? ¿Cómo era que el ser que más amaba le hacía sufrir de esta manera? ¿Era lógico?  Porque no entendía que la persona que le podía hacer feliz con una sola mirada, le hacía sentir una fuerte angustia hasta el punto de costarle respirar.

Detuvo el correr y miró en todas direcciones para saber dónde estaba. Era un parque abandonado, de esos que hacía tiempo que no oían las risas alegres y vivaces de los niños, de esos que hacía tiempo nadie quería. Buscó un banco, el más apartado para sentarse solo, sin estar a la vista de nadie. Aunque era absurdo, porque a ese parque hacía tiempo que no iba nadie, solamente los drogadictos o las parejas que buscaban un rincón en el cual tener sexo.

Miró la Luna llena en lo alto de esa oscuridad, ¿cómo lo hacía para estar sola allí en lo alto, sin importarle nada, brillando como ella sola sabía? ¿Cómo era capaz? Él también quería poder brillar sin necesitar al mayor, quería poder buscar su propia felicidad y dejar de depender de los demás. Soltó un suspiro irónico, no podía, porque incluso la Luna necesitaba al Sol para poder brillar. No había ser que pudiese ser feliz si esa felicidad no dependía de los demás, no puedes pasártelo bien si estás tú solo y no puedes ser feliz si esa felicidad no es ocasionada por alguien más. 

Las nubes negras, que en ese momento no se veían dado que era de noche, dejaron caer el peso que llevaban acumulando días. Ese peso caía en forma de lluvia, fuerte, decidida, ruidosa e imparable. No había nada que se interpusiese entre las gotas y el pavimento, nada, absolutamente nada, ese era su destino. Su corazón imitó a las densas nubes y dejó salir el peso que acarreaba desde hacía varias semanas. Y lo permitió, lloró desconsolado y desamparado. Bajó la mirada para así cubrir un poco su rostro, a pesar de estar solo sentía vergüenza de que le viesen llorar, cubrió el rostro con las manos para mayor protección y seguridad.

Estuvo largo tiempo así, llorando, cubriendo su rostro, dejando salir todo lo que su corazón no aguantaba. No le importaba el frío que comenzaba a penetrar en sus huesos, no le importaba la helada lluvia que caía sobre su cuerpo, no le importaba absolutamente nada. Solamente quería ese instante para poder desahogarse, dejarse llevar por lo que sentía. Contuvo la respiración cuando sintió unos pasos chapotear en los cúmulos de agua que se formaban en el suelo, mas no descubrió su rostro ni tampoco dejó de llorar. 

- Daiki, no puedes seguir así.

Habló una voz delante de él cuando se detuvieron los pasos. Daiki se relajó, era su mejor amigo, el que sabía todo de su situación sentimental, el que le aconsejaba y cuidaba, pero que también reñía. El pequeño no hizo nada, simplemente siguió llorando, no podía parar de hacerlo.

- Lo sabías todo desde un principio, él te puso en aviso. 

Continuó hablando el recién llegado. El menor abrió los ojos aún con las manos cubriéndole la cara, era cierto, Inoo le había avisado desde un inicio, le había dicho "Daiki, esto no es nada serio, espero que no te hagas ilusiones". ¡¿Pero cómo no hacérselas cuando todas las noches tenían sexo?! Todas las noches intercambiaban fluidos, y él también pensaba que intercambiaban sentimientos, pero había estado muy equivocado, porque cuando todas las noches lo hacía con él, todas tardes lo hacía con Yabu. Y desgraciadamente, el corazón del moreno ya tenía dueño, y ése no era él.

- Comprendo como te debes sentir, pero debes entender que ya no habrá nada entre vosotros. 

A Daiki esas palabras le helaron el cuerpo, incluso más que la propia lluvia fría. Destapó su rostro mostrando una atónita mirada, dejando aer sus brazos sobre sus piernas, derrotado. Lo que Takaki decía era cierto, ya no habría nada entre ellos, pasaría de verle todos las noches a solo dirigirse un pequeño "hola y adiós" como saludo. Eso le aterraba aún más que sentirse desdichado todo este tiempo. Miró al mayor que estaba postrado delante de él vistiendo una gabardina negra junto con el paraguas del mismo color. ¿Realmente él comprendía su dolor? ¿O eran simples palabras vacías para reconfortarle? 

- Tu no lo entiendes, ¡no puedo darme por vencido así como así! 

Daiki se exaltó, se sentía perdido, tenía miedo a dejar ir a Inoo, no quería perderlo y eso le aterraba. Se sentía vacío al saber que nunca más podría compartir recuerdos con el mayor, que no volverían a hablarse como antes. No, ¡definitivamente no quería eso! Empezó a negar frenético, negándose a aceptar la realidad. Takaki al ver la histeria e inconformidad del menor se acercó hasta él y le sujetó las manos en un intento por brindarle tranquilidad, y para que el menor fijase su atención en él. Dejando caer el paraguas negro al suelo, haciendo un metálico ruido, provocando que él también se empapase.

- Te entiendo, pero es lo mejor. Créeme, no te lo diría si no fuese lo correcto. 

Trató de tranquilizar el castaño pero no lo consiguió, simplemente notó como de los aguados y desesperados ojos del menor brotaban más lágrimas, rabiosas e impotentes al darse cuenta de la relidad. Daiki volvió a negar varias veces con la cabeza, absteniéndose de aceptar la realidad. 

- ¡No, no! ¡Tengo que estar con él! ¡Simplemente con él puedo seguir! ¡No lo entiendes!

Daiki lloraba desconsolado, mirando fijamente al mayor que abrió los ojos estupefacto, sin comprender esa necesidad del pequeño por seguir en la compañía de Inoo. Era algo que nunca había visto, pero que lo había sentido muchísimas veces, él mismo estaba en la situación de Arioka. Ahora mismo, lo estaba sintiendo. Ese miedo a dejar ir a una persona cuando no lo has dado todo... era lo que sentía en ese momento. Por eso le estaba diciendo todo eso, porque quería que Daiki volviese a brillar, que se diese cuenta que no necesitaba de la compañía de Inoo para resplandecer.

- ¡Claro que lo entiendo! ¡Sé lo que estás sintiendo! - suspiró para tratar de tranquilizarse, había perdido los papeles y le había levantado el tono al moreno que le miraba sorprendido. - Tienes miedo de perder a la persona que amas, ¿pero qué puedes hacer cuando esa persona no te corresponde? Si te quedas a su lado, solamente sufrirás tú y no dejarás tranquilo a la persona que quieres. Lo mejor para los dos, es que os deis algo de tiempo, porque ni Inoo te va a corresponder, ni tú te vas a poder desprender de él, como sigas así -.

Daiki abrió asombrado los ojos, esas palabras en su mente retumbaban una y otra vez. Takaki tenía razón, ahora todo cobraba sentido, alejarse y dejar ir a Kei era lo mejor que podía hacer, si se quedaba a su lado solamente le molestaría y él no quería eso. Puede, que distanciándose consiguiese olvidarse de él, y así tal vez, poder ser feliz. 

El pequeño se arrojó a los brazos del castaño que le recibió encantado. Sintió como las lágrimas calientes de Daiki penetraban su, ya empapada, ropa. Se aferraba fuertemente a su espalda, rellenando sus puños con la tela de la gabardina. Yuya simplemente rodeó los hombros del menor y lo apegó aún más a su cuerpo. 

- Ven, vamos a mi casa. Hoy te puedes quedar a dormir, nos daremos un baño caliente y dormiremos relajados. 

Acarició la cabellera húmeda del pequeño mientras este asentía, hundiendo su rostro en el pecho del alto que sonreía tierno. Ahora, solamente quedaba que Arioka se olvidase de Inoo y así, poder intentarlo él con el pequeño.



*Fin*


Espero que les haya gustado~! >.<
Mimi-chan desta~!



1 comentario:

  1. Awwww!!!!!!!1 nYAAAH!! oNEEEE QUE TERNURA DE FIIIIIC !!
    Me encanto encanto encantoooo !!!!!

    Takaki tan tiernooo Omoooooo Me encantooo¡¡¡¡
    Siempre cuidando a Dai con su relacion con el baka de Inoo y él en verdad enamorado de dai-chan <3 <3

    Espero que el chibi de Dai-chan se de cuenta >////< Takaki se ve mucho mejor que Inoo que solo lo utilizaba ¬¬ y encima Dai sabia k estaba con Yabu O.O

    En verdad hermoso onee¡¡¡ Escribes demasiado hermosoooo!!!!
    En serio pareciera k estoy leyendo un libro >//<
    .......Quiero contiiiiiiiiiiii !
    Kyaaaah!! Demasiado buen fic¡¡¡ Necesitsa contiiii
    Esta reketesupermegaincrehermoosooooo¡¡
    TU forma de relatar es máxima !! Me lo imagibne tal cual bajo la lluvia >/<
    Te reamo Oneee¡¡¡ Eres increible !!! Me encantoooo¡¡
    Muchas grasias por la etiqueta¡¡¡ No se k hubiera hecho perdiendome este hermso fic ;O;
    Te requiero¡¡¡
    Hwermoso blogguiii <3 <3 <3

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