[Serial] Only you. [Capítulo 5]

¡Doumoo! Aquí dejo el capítulo cinco de este serial que tanto me gusta. A decir verdad, hace muuuucho que lo tengo hecho, pero como me propuse que hasta que no acabe el capítulo que esté escribiendo en ese momento no publico el que corresponde... pues hasta que no acabé el capítulo siete no lo publiqué xD Nada más que tenga el ocho, publicaré el seis y así... es un poco lioso, pero es una forma de que no se me acumulen las continuaciones de este serial.

Bueno, este cap tiene poco de las otras parejas, simplemente es la decisión de Yamada respecto a la propuesta de Yuto de salir con él. ¿Qué creéis que le habrá dicho? ¡Tenéis que leerlo para saberlo! xD

¡Espero que os guste~! :3

Capítulo 5

- ¿Qué acabas de decir? - preguntó confuso Yamada. Seguía sin comprender la propuesta de Yuto, aún no terminaba de asimilar lo que acababa de pasar. No quería sacar las cosas fuera de contexto, seguramente que Yuto le estaba poniendo a prueba para saber si seguía enamorado de Daiki.

- Pues eso, que si yo te pido de salir qué me dirías. - repitió mirándole sonriente. Yamada mantenía la cara descompuesta por la sorpresa de esa propuesta. - ¿No acabas de decir que no se te ha presentado la ocasión? - preguntó aún sonriente Yuto. Yamada empezaba a no creerse que lo decía en serio, la sonrisa de Yuto le hacía pensar que había sido un simple comentario.

- Bueno, tampoco es para que tú me lo pidas. Sé que como amigo te sientes obligado a ponerme a prueba, pero no creo... que sea adecuado. - bajó la mirada dubitativo. No sabía por qué, pero no le podía decir que no mirándole a los ojos. Era débil ante la mirada de Yuto, le hacía sentir pequeño ante semejante gigante.

- Yama-chan, lo estoy diciendo muy en serio. - informó Nakajima borrando la sonrisa de su rostro. Ahora parecía que Yamada no le tomaba en serio, le molestaba eso, porque le hacía entender que no le veía como un hombre, que pensaba en él de forma fraternal, como un hermano. - No me des la respuesta ahora, tómate tu tiempo y piensa que es lo mejor para ti. Si seguir enamorado de Daiki o darte la oportunidad de volver a amar. - caminó hacia el más bajo y depositó un cálido beso en su frente en forma de despedida. Para después girar sobre sus talones y dirigirse hacia su casa para acabar el día.

Yamada levantó la cabeza rápidamente al escuchar las palabras de Yuto. - ¡Qué no estoy enamorado de Daiki, pesado! - exclamó enfadado. Le molestaba que siguiese insistiendo en que estaba enamorado de Daiki cuando era mentira. Miró como Yuto levantó una mano, aún de espaldas a él, en forma de despedida e indiferencia.

Yamada resopló mientras miraba su ancha espalda caminar en dirección contraria a él. Yuto había crecido bastante, cuando ambos jugaban juntos de pequeños eran de la misma estatura pero ahora... Yuto le sacaba como dos cabezas. Había crecido y ni si quiera había recaído en el cambio del menor. Yuto ahora hacía pesas en su casa y había conseguido coger volumen y él ni si quiera se había dado cuenta.

- Se ha echo un hombre... - susurró totalmente embobado mirando aún la espalda del menor caminar en la lejanía de la calle. Su mirada entre-cerrada examinaba detalladamente su cuerpo, aunque no podía ver mucho.

- ¿Quién se ha echo un hombre, nii-chan? - preguntó una voz algo chillona detrás de él y cerca de su oído. Esa voz le hizo sobresaltarse y dar un salto mientras se daba la vuelta para comprobar quién era. Aunque ese "nii-chan", solo había una persona en el mundo que lo utilizaba.

- Oh, Megu, ¿qué haces aquí fuera? - le preguntó mirándole algo mal por haberle asustado. Podía haberle saludado como las personas normales y no apropósito para asustarle.

- He visto a Yuto-chan y quería saludarle. Pero en cuanto me vio se despidió de ti y se marchó. - se cruzó de brazos aparentando molestia, a pesar de que Megu era un año menor que él, seguía comportándose infantil. No le extrañaba, había crecido siendo la reina de la casa. - Moo~, yo quería saludarle. - se quejó de nuevo con un puchero. Yamada sonrió tiernamente, no podía negar que la pequeña diablilla era muy tierna.

- Anda, entremos, aquí hace frío. - habló tierno mientras atravesaba la parcela de su casa, escuchaba a su hermana resoplar detrás de él. No comprendía la molestia de su hermana, así que le preguntó. - ¿Por qué estás tan molesta? - su confusión era notable. La pequeña sonrió alegre.

- ¡Es normal que me moleste cuando no he podido saludar al chico que me gusta! - exclamó totalmente ajena al la bomba que acababa de explotar dentro de Yamada. ¿A su hermana le gustaba Yuto? ¿El mismo chico que hacía solo unos minutos le pidió ser novios? ¡Eso sí que era inesperado! No tenía ni idea de los sentimientos que su hermana aguardaba por Nakajima.

- ¡¿Te gusta Yuto?! - preguntó elevando el tono de voz ante la sorpresa. Megu sonrió alegre, sabía de sobra la reacción que iba a tener su hermano. Pues había mantenido en silencio sus sentimientos hacia su amigo de la infancia. Solamente su amiga más cercana lo sabía.

- Bueno, me gusta desde hace un año. No sabía que la "admiración" que sentía por él, era amor. - enfatizó la palabra admiración haciendo las comillas con sus dedos. Yamada seguía en su asombro, de verdad que era inesperado. Ahora no sabía que hacer... Bueno, sabía que le iba a decir a Yuto que no, ¿verdad? "¡Vaya, ya estoy dudando!" pensó algo confuso Ryosuke.

- Ay. - suspiró mientras abría la puerta de su casa y entraban ambos hacia el interior de la casa, donde los esperaba el agradable calor que los calentaría. - Cosas de chicas... - susurró algo cansado. Ese día había sido perfecto, pero la "confesión" de Yuto le había descolocado por completo.

Subía las escaleras pensativo, Yuto le levantaría dolor de cabeza esa noche. Tenía que pensar en lo que había sucedido, aunque tenía la respuesta clara, tenía que pensar en la propuesta. Entró en su habitación aún cabizbajo y pensativo, Yuto había conseguido no poder quitárselo de la mente. Se echó encima de la cama mientras suspiraba y se fijó en el techo completamente blanco.

Sintió vibrar algo encima de su mesita, estiró su brazo, ya que estaba al lado de la cama. Era su móvil el que se movía, lo miró algo aburrido y sonrió al ver que era Yuto el que le mandaba un mensaje. Lo abrió sonriente, no solía recibir mensajes muy a menudo de él, así que le hacía feliz que le mandase uno.

"¿Qué? ¿no puedo salir de tu mente, verdad? ^_^"

- Tsk. - chasqueó la lengua alegre. - Pero qué creído que es... - susurró sonriente, mientras le respondía al mensaje.

"Exacto, ¿ese era tu propósito, no? Pues lo has conseguido."

Le dio a la tecla de enviar. Estaba algo nervioso, pues le acababa de reconocer que no podía sacarle de la mente. Eso le hacía sentir vulnerable, Yuto podía hacerle sentir intranquilo y también ansioso. Pues estaba ansioso a la espera de la respuesta del menor. Cuando su móvil vibró entre sus manos esbozó una sonrisa de oreja a oreja.

"Me haces muy feliz, Yama-chan. Yo tampoco te puedo sacar de mi mente."

Se irguió ante la sorpresa de leer esa última frase. Miró la pantalla completamente sorprendido, ¿no le podía sacar de la mente? Era lo más hermoso que le habían dicho en esos tres años. Pensando en eso... se acordó de Daiki. ¿Por qué se sentía mal? Ya no tenían nada, no tenía por qué guardarle fidelidad, no eran pareja. Lo habían dejado el día anterior a que se mudase. Bueno, tampoco era que fuese a empezar una relación con Yuto. Pero realmente se sentía completamente feliz cuando Yuto le decía eso.

- Mejor me doy prisa y le contesto. - susurró para sí mismo, tratando de despejar su mente.

"Baka, vas a hacer que se me salten los colores."

No sabía qué decirle, pues Yuto comenzaba a hacerle sentir incómodo, no en el mal sentido, sino por las revelaciones que hacía. Lograba incomodarle, hacerle sonrojarse. No estaba acostumbrado a que le recitasen amor.

No sabía qué decirle, pues Yuto comenzaba a hacerle sentir incómodo, no en el mal sentido, sino por las revelaciones que hacía. Lograba incomodarle, hacerle sonrojarse. No estaba acostumbrado a que le predicasen amor.

Siguieron mandándose mensajes lo que quedaba de noche. Ryosuke volvió a sentirse querido, a saber que era especial para alguien más, que alguien más le necesitaba... hacía tiempo que no sentía esa emoción, ese cariño. Yuto le había abierto los ojos, le había echo darse cuenta de que no podía seguir así, tenía que hacerse a la idea de que si Daiki aún no había vuelto, probablemente no lo haría. O no volvería durante mucho tiempo.

Ahora, estaba dudando la respuesta que darle. Tenía claro lo que le iba a decir, pues sus sentimientos por Nakajima no eran los mismos que sentía Yuto por él...

Y se durmió pesando todo eso.



El día siguiente pasó sin sobre saltos, es lo que tiene los Domingos... que no te ocurre nada interesante. Aunque lo que le hacía diferente a los demás domingos era que se había estado mandando mensajes con Yuto.

Era lunes, y con ello tenía que levantarse más temprano para ir al instituto. Donde vería a Yuto, sólo de pensar en eso hacía que la sangre le subiese hasta las mejillas, coloreándolas de rojo. Le daba vergüenza encontrarse cara a cara con él después de todo lo que habían hablado y lo que le había dicho, era algo vergonzoso.

Después de desayunar se apresuró a salir, tendría que apurarse o llegaría tarde a clase. Corrió todo lo que pudo para que no le dejasen fuera. Pudo llegar a tiempo, entró en clase y allí lo esperaban sonrientes sus tres amigos junto con el resto de sus compañeros. Se puso nervioso cuando cruzó miradas con Yuto, que le sonreía.

Las tres primeras horas pasaron bastante rápido y se le hicieron divertidas, como siempre. Solamente quedaban seis días para la tan esperada reunión de los antiguos amigos. Cada vez que pensaba que volvería a verlos... se emocionaba aún más.

Caminaron hacia la azotea para comer el almuerzo. Hablaban de trivialidades, de los exámenes que tendrían... Yamada aún no había cruzado palabra con Yuto, iba contra su naturaleza, podía llegar a ser muy tímido cuando se requería.

Ayer estuvo todo el día pensando que buena respuesta darle. Al final Yuto tenía razón, no podía sacarlo de su mente. Pero, ¿qué le pasaba? ¿Por qué pensaba tanto la respuesta? ¡Sabía que le iba a decir que no! ¿O no? Ahora no lo tenía tan claro, ¿por qué había cambiado tan de repente? ¿Por qué el sábado lo tenía tan claro y ahora no? ¿Sería por los mensajes? La verdad es que se había sentido muy bien escribiéndose con él, ¿por qué no darle una oportunidad a Yuto? ¿Qué perdía con eso? Bueno, podía repercutir en la amistad de ellos y en la estructura del grupo. Seguramente que Keito y Chinen se sorprenderían bastante.

- ¿Yama-chan? - escuchó decir a alguien. Miró a la persona que le estaba hablando, era Chinen. También le había pasado una mano por delante de los ojos para ver si reaccionaba. Sonrió.

- ¿Sí? - preguntó manteniendo la sonrisa. Chinen le miró extrañado, últimamente estaba muy ausente le estaba empezando a preocupar. Ryosuke giró la mirada de Chinen al resto de sus amigos, también estaban preocupados. Su mirada de cruzó con la Yuto y los nervios afloraron desde su estómago. Haciéndole bajar la mirada nervioso. El alto sonrió ante la reacción de Yamada.

- Te has quedado parado en medio del pasillo. ¿Estás bien? - le preguntó Keito haciendo que Yamada elevase la mirada para dirigirla a él. Asintió con la cabeza, sonriendo. Estaba nervioso y las sensaciones que acababa de tener le habían confundido, hasta el punto de dejarle sin habla.

- Sí, no me pasa nada. - respondió sonriendo para tranquilizar al grupo. Los demás también sonrieron y siguieron caminando hacia la azotea.

Salían los cuatro en grupo hablando, parecía que Yamada se había acostumbrado a hablar con Yuto a pesar de la conversación que tenían pendiente, tenía que darle la respuesta cuanto antes, no quería que el menor sufriese una espera innecesaria. Lo mejor sería decirle que no, para no estropear la amistad que tenían en común, y tampoco la del resto del grupo. Aunque una vez que le rechazase la amistad se quebraría un poco, pero podría arreglarse. Lo peor sería que la relación acabase mal y no hubiese solución posible a la amistad.

Yuto se ofreció a acompañar a Ryosuke como el sábado anterior, la verdad es que siempre solían ir así. Aunque ahora sería un poco incómodo, también era una oportunidad para darle la respuesta a Yuto. El menor miraba a Yamada absorto, con una mirada seria dirgida a la nada, sabía en qué estaba pensando. Seguramente pensaba en darle la respuesta y una parte de él sabía cuál era esa respuesta. Pero no quería oírla, no sin antes demostrarle todo lo que podía ofrecerle, no sin antes haberlo intentando con todas sus ganas.

Yamada abrió la boca para comenzar la conversación, pero se le adelantó Yuto sorprendiéndole. Dirigió una mirada hacia el menor, quería saber qué tenía que decir.

- No quiero que me rechaces sin antes haberlo intentado. - habló decidido Nakajima frenando su andar, haciendo que le mayor le imitase. Yamada le miraba confundido, ¿cómo supo Yuto lo que le iba a decir? ¿Tan transparente podía llegar a ser? Tampoco entendía lo que el menor quería decir.

- Yuto, sabes que esto no va a ninguna parte. - intentó convencer al menor que seguía decidido a continuar con esto. El menor miraba al suelo algo entristecido, le dolía que Yamada no quisiese salir con él, pero no se daría por vencido, le demostraría que le puede dar muchas más cosas de las que le dio Daiki.

- Yo sí creo que valla a alguna parte, ¿por qué no lo intentamos? - miró decidido al mayor sorprendiéndole, esa determinación hizo que flaqueasen sus fuerzas, su decisión estaba perdiendo fuerza en su mente. - ¿Por qué no te das una oportunidad de disfrutar de una relación? Estoy seguro que te puedo dar mucho más de lo que te dio Daiki en su día. Te puedo hacer el doble de feliz que él. Haré que te olvides de él en menos de una semana. - su determinación sorprendía a Yamada. ¿Por qué estaba tan seguro de eso? Bueno, en cierta parte porque ya no quería a Daiki.

- No te tienes que compararte a Daiki para convencerme. A Daiki lo tengo más que superado, no tienes que hacer nada para eso. - hizo una pausa para convencer a Nakajima de que Daiki estaba más que olvidado, ya que seguía insistiendo de que seguía amando al mayor. - Lo que no quiero es que salgas sufriendo porque no te pueda corresponder, ahora no estoy listo para una nueva relación. - finalizó mirando fijamente al menor que le mantenía la mirada. Esa conversación se estaba tornando muy seria, más de lo que él esperaba.

- ¿A qué tienes miedo, Yama-chan? - preguntó manteniendo la mirada del nombrado. Intuía que el mayor tenía miedo a algo, pero no conseguía adivinar a qué. Tampoco le venían a la mente respuestas coherentes.

Yamada abrió los ojos, ¿cómo se pudo dar cuenta? ¿Tanto le conocía Yuto? ¿Por qué Yuto conseguía traspasar y llegar hasta su mente?

- Dímelo, tal vez así pueda entender el porqué me rechazas. - insistió el menor. Ryosuke barajaba las diferentes opciones, la más acertada era decirle a qué tenía miedo, pero no quería ser vulnerable ante el menor. No quería que supiese de sus debilidades, tal vez el orgullo estaba hablando por él. Tragó saliva y suspiró, se lo diría, tal vez a sí Yuto se daría por vencido.

- Tengo miedo a enamorarme de nuevo, porque sé que nada bueno sale de eso. Solo una vez llegué a amar de verdad y salí muy mal. Y no quiero que me vuelva a suceder. También tengo miedo a no poder corresponderte y a que tú tengas que sufrir todo lo que yo sufrí en su día. Porque es un dolor que no se lo deseo a nadie. No quiero que por culpa de yo no creer en el amor o no saber amar, tú salgas herido. Porque eso no me lo perdonaría. - finalizó el mayor entristecido. Recordando todo el dolor sufrido anteriormente, solo tenía esos dos temores. Por eso le decía que no, por temor a no poder corresponderle o por volver a enamorarse. Yuto comprendió ahora por qué Yamada no quería nada con él.

- Pero esos temores son normales. Eso es de lo que se trata el amor, de lo inseguro, de lo incierto... con el amor nunca estás seguro de nada. Nunca sabes qué va a pasar, a quién vas a amar, porque eso no se puede decidir. Solamente porque no sabes si me corresponderás no significa que valla a suceder. Porque puede que el día de mañana sí te llegue a gustar. Yo tampoco sabía que me iba a enamorar de ti y seguramente tu no sabrías que te ibas a enamorar de Daiki. Y ahora tampoco sabes si te llegarás a enamorar de mí. Así que no te preocupes por esos temores porque son normales. - cogió la mano de Yamada mientras le miraba tiernamente. Tratando de infundirle tranquilidad, quería hacerle ver que no perdían nada por intentarlo. Y si le seguía rechazando haría todo por enamorarle.

Yamada meditó las palabras que acababa de escuchar, Yuto tenía razón, era normal que sintiese esos temores. Con Daiki los sentía siempre, siempre tenía miedo a que se enamorase de otra persona. Y ahora le estaba pasando lo mismo.

- Solamente no quiero que sufras. - susurró mirándole a los ojos. Yuto sonrió cálidamente para tranquilizarle.

- Es imposible que sufra teniéndote a mi lado, Yamada. - habló confiado. Sabía que teniendo a Ryosuke a su lado podía ser feliz, luego haría que le amase, pero con solamente tenerle al lado sería feliz. Sabía de sobra que conseguiría que Yamada le amase. Puede que sonase muy confiado, pero no pararía hasta que eso sucediese. - Ya no te preocupes por mi. Te mereces esta oportunidad. - Yuto mantenía la sonrisa. Yamada sentía que Yuto tenía la razón, que merecía volver a amar, a volver a sentir ese cosquilleo en el estómago, sentirte amado y amar, saber que tienes a esa persona especial pendiente de ti.

- Vale, Yuto, vamos a intentarlo. - sentenció apretando la mano que todavía tenía cogida Yuto. Sonrió convencido de que eso era lo mejor. Se merecía volver a salir con alguien y sabía que podría llegar a querer a Yuto. El menor sonrió contento apretando él también la mano.

~Fin del cap. 5~

¡Espero que les haya gustado! En el próximo capítulo ya salen más parejas, y poco a poco la historia de las parejas irá saliendo.

Espero que les guste este serial! >.< A mí me encanta :3 Y eso que no hay mucho Ariyama... XD