martes, 5 de junio de 2012

Lo que hacen los amigos. [Ariyama]


 Yei, yei, yei , yei,!!!!! Aquí les traigo una de mis historias que he dicho que traería! >.< La verdad que esta me gustó como quedó la verdad... ^^
Lo bueno de esta historia que... todas y cada una de vosotras salís en ella!! Hombre, no he puesto nombre ni nada... pero está claro que sois vosotras. Ya lo entenderéis cuando lo leáis! 
ESPERO QUE OS GUSTE! >.<















 Título: Lo que hacen los amigos.
Género: Romance, Comedia (al final)
Pareja: Ariyama. Yamachii (mención) Okajima (mención)
Extensión: One-shot, algo largo.
Comentario de la autora: Bueno pues va dedicado a todas las amantes del ARiyama, a todas y cada una de ellas. Porque sé que les gustará este fic. 
Solamente DISFRUTENLO! ^^














Arioka Daiki se alistaba para ir a su trabajo de todos los días. Bueno, no se podía negar, puesto que tenía un trabajo que algunos seguramente envidiarían. Trabajaba en el mundo del espectáculo; era cantante, actor, modelo, presentador… sinceramente servía para todo. Pero se dedicaba más expresamente al mundo de la música, sin ir más lejos era integrante de un grupo. Hey! Say! JUMP!, se llama.

No podía quejarse ¿verdad? Su vida era perfecta, era un idol, tenía a todas las mujeres a sus pies, tenía dinero, felicidad, una familia que le quiere, estupendos amigos, una buena profesión, en fin… una buena vida. Sinceramente todo lo que la mayoría de los hombres pedían, él lo tenía. Aunque no era uno de los miembros más populares del grupo, era fundamental, pero no solo él, todos los integrantes de JUMP eran fundamentales.

La suerte que tenía, que la fama no se le había subido a la cabeza. Esto ya había sucedido varias veces, no a él, llevaba demasiado en esa profesión que ya no tenía por qué sentirse superior.

La suerte en el trabajo le sonreía, pues recientemente había acabado de finalizar unos conciertos y en tour por todo el país le esperaba en invierno, además de que sacarían un álbum. No podía estar más satisfecho. Aunque tenía la agenda muy apretada y su tiempo libre era limitado, no tenía de qué quejarse, pues él había decidido eso y le gustaba la profesión.

La suerte con la familia no podía ser mejor. Recientemente su tío se había curado de cáncer y por suerte o desgracia, esto había unido más a su familia. Incluso su madre se llevaba bien con su abuela paterna, ¿dónde se había visto que nuera y suegra se llevasen bien? Tal parecía que sí podían llegar a llevarse bien.

Todo en su vida era perfecto… salvo en el amor. No sabía por qué pero en temas románticos no había quién levantase cabeza. Ya habían tratado de ayudarle, se había leído libros de ayuda… pero nada servía. Había perdido la esperanza, asique se dedicó al trabajo.

- Oh, Arioka-san, Konnichiwa. – saludó la recepcionista de la empresa para la que trabajaba, la empresa Johnny Entertainment, él era lo que se denominaba popularmente como un “Johnny” por pertenecer a esa empresa.

- Ah. – exclamó sorprendido, ¿cuándo había llegado a la empresa? Estaba tan absorto en sus pensamientos, recordando su vida, que no se había dado cuenta de por dónde caminaba. Por suerte no había ocurrido ninguna desgracia. – Ohayo gosaimasu. – saludó inclinando levemente la cabeza y sonriendo como siempre lo hacía, radiantemente. Haciendo que un sonrojo surcase el rostro de la recepcionista que asintió apenada.

Caminó hacia el elevador y pulsó su planta, con la musiquita de fondo subió hasta dicha planta. Salió del ascensor y tomó el pasillo de la izquierda, para ir a los vestuarios y dejar su maleta de deporte, donde estaba la ropa que se pondría después.

Entró en los vestuarios y se sorprendió de ver al líder de Hey! Say! 7, o sea, Yamada. Daiki se sorprendió ya que no esperaba encontrarse a nadie, había llegado media hora antes.

- Oh, Yama-chan, Ohayo. – saludó sonriéndole y dirigiéndose a los bancos que rodeaban la pared. Abrió su taquilla y metió allí sus pertenencias más valiosas, como el móvil, las llaves, el reloj… y de esas cosas que fácilmente se pueden perder. La maleta simplemente la dejó en el banco, debajo de su taquilla, para que se supiese que era suya. Lo mismo había hecho Ryosuke que se encontraba en su lugar del banco, al parecer cambiando el calzado a zapatillas de deporte.

- Ohayo, Dai-chan. – y sonrió “idolmente” como solía hacerlo delante de las cámaras, la sonrisa que esos arrancaba los “Kya~” de las fans.

- ¿Siempre vienes tan temprano? – le preguntó el mayor mientras se daba la vuelta, hasta ahora había estado de espalda, se sentó el banco mirando como Yamada cambiaba el calzado.

- Sí. – levantó el rostro, que se encontraba mirando al suelo y sonrió divertido. – Solamente que tú vienes tan tarde que ni siquiera lo notas. – y bajó la mirada de nuevo para atarse los cordones de la zapatilla.

- Hai, hai… entiendo, no volveré a llegar tarde. – se disculpó el mayor divertido. Sabía de sobra que Yamada no le estaba riñendo, sabía perfectamente cuando el menor le reñía o no. Eran lo suficientemente cercanos como para conocerse a fondo.

- ¡Eso espero! – declaró enérgico el menor que había acabado de calzarse. Se irguió y se quedó mirando a Daiki que mantenía la mirada perdida, su mente había volado a otro lugar. Había vagado al comienzo de esa gran amistad que mantenía con Ryosuke. La verdad sí que eran buenos amigos, ambos lo habían reconocido en varias entrevistas, casi podían llegar a considerarse como hermanos. Se lo contaban todo y se pedían consejo mutuamente. Daiki lo sabía todo de Yamada, al igual que Ryosuke lo sabía todo de él.

- ¿Dai-chan? – le preguntó preocupado el menor acercando su rostro al de Daiki. Ryosuke se preocupó cuando el mayor había quedado ausente y no le respondía cuando le llamaba. Daiki por el susto que había llevado al ver el rostro de Yamada tan cerca, dio un brinco hacia atrás, poniendo una pequeña distancia entre ellos.

- ¿Qué pasa? – le preguntó algo tímido. La cercanía del rostro le había tomado por sorpresa, no se lo esperaba para nada. Tal fue el susto que el corazón se le aceleró.

- Te habías quedado ausente, mirando a la nada. – explicó Ryosuke sonriéndole alegremente, como solía hacerlo, sonrisa que hizo que las pulsaciones aumentasen. Daiki se extrañó, ¿qué estaba sintiendo? Nada, absolutamente nada, pues esto no era nuevo. No era la primera vez que sentía esto estando cerca de Yamada. Pero éste no le convenía, el menor estaba envuelto en una serie de cosas que a él no le gustaban. Además, si se acercaba demasiado a Yamada saldría perjudicado, eso lo sabía de sobra.

- ¡Otra vez! ¡Te has quedado ausente, otra vez! – regañó el menor haciendo un puchero porque no le hacía caso. Daiki sonrió, había veces en las cuales Yamada tenía facetas infantiles, cosa que le resultaba muy tierna. Sin darse cuenta, sonrió tiernamente. – ¿Nani? – preguntó algo incomodado el menor, pues la sonrisa no le incomodaba algo. – ¿Por qué sonríes así? – le preguntó algo receloso.

- Porque eres muy tierno, Yama-chan. – e intensificó la sonrisa mientras le revolvía el cabello, haciendo que Yamada se sonrojase tiernamente. Daiki ensanchó la sonrisa al ver el pequeño sonrojo en las tiernas mejillas del menor. – Y cuando te sonrojas aún más. – finalizó con la misma sonrisa.

- Baka. – cariñosamente le insultó. Los comentarios de Daiki a veces eran demasiado directos y sinceros. Cosa que le incomodaba, pero no sólo a Yamada, sino al grupo entero. Y como si los hubiese llamado varios de sus compañeros de BEST; Inoo y Hikaru.

- ¡Dai-chan! – saludó enérgicamente Inoo mientras corría a abrazarlo, ellos dos también se llevaban bastante bien. En la sub-unidad BEST Inoo era su mejor amigo, se llevaba bien con todos, pero con Inoo mejor, aunque no se comparaba con la amistad que tenían Yamada y Daiki.

- Hai, hai. – contestó difícilmente ya que Inoo le había pillado por sorpresa, además de que le estaba abrazando fuertemente, lo que le dificultaba más el habla. Instintivamente miró a Yamada pero este se encontraba hablando alegremente con Hikaru.

- ¿Qué tal has estado, Dai-chan? – le preguntó con su energía de siempre, además acompañado con su característica sonrisa. Daiki sonrió también, la alegría de Kei era contagiosa. Inoo le soltó del abrazo y ambos se sentaron en la banca, mientras Inoo posaba su mochila en ella.

- Bien, como siempre. ¿Y tú, Inoo-chan? – a pesar de la confianza que se tenían aún no le llamaba por el apellido, lo mismo le pasaba con Yamada, no le salía llamarlos por el nombre, aunque éstos le llamasen por el suyo. Bueno, todo el mundo lo llamaba así.

- ¡Estupendo! ¡He conocido a una chica fantástica! – parecía feliz de conocer a esa chica, Daiki sonrió contento. Pues Inoo acababa de salir de una mala relación con su anterior novia, compañera de la universidad, asique esa era una buena noticia.

- ¡Qué bien! – sonrió contento. – Eso quiere decir que ya tienes superada a Akemi-chan. - y continuó con la sonrisa. Inoo también sonrió, pues Daiki tenía toda la razón, Akemi ya era cosa del pasado.

- ¡Pues claro, amigo! ¡No pienso estar deprimido para toda la vida! – levantó los puños al aire, totalmente enérgico y con las fuerzas renovadas, fuerzas que el último mes Inoo había perdido por el asunto de Akemi.

- Me alegro. – con el corazón respondió, realmente se alegraba de que Kei encontrase de nuevo el amor, pues él se merecía eso y mucho más. Era muy buen chico como para tener que andar deprimido por una infidelidad.

- Ah, por cierto. – recordó el mayor mientras se descalzaba para ponerse el pantalón del chándal que traía en la mochila. Daiki lo miró confuso después de quitarse la camiseta. – Una amiga de Sayako-chan, la chica que conocí, es una gran fan tuya. – Daiki intuía por dónde iba la conversación. Le miró inquisitoriamente dándole a entender que no diese rodeos, que fuese directamente al grano. – Pues le he dicho que te la presentaría. – Inoo temía la respuesta del menor, aunque éste solía ser muy correcto y amable, pero cuando quería podía ser muy impulsivo y malhumorado.

- Inoo-chaan… - se quejó el menor mientras se ponía la camiseta de deporte. Inoo ya se había puesto el chándal, ahora se estaba calzando. – ¿Por qué prometes cosas sin consultármelo? – riñó el menor mientras se quitaba los pantalones para ponerse un chándal él también.

- Moo~, es muy linda ¡ya verás! – intentó convencerlo, sabía que Daiki no se negaría, pues no le haría quedar mal delante de una fan. Pero a Inoo, de la reprimenda, no le libraba nadie.

- ¡Me da igual como sea, antes tienes que consultarme! – se quejó el menor mientras se levantaba para subirse el pantalón. Inoo bufó molesto, ahora le llegaría el sermón y no tenía ganas de aguantarlo asique antes de que se pusiese a hablar, se anticipó.

- Ne, ne. – llamó a Daiki que estaba concentrado en colocar la ropa ordenadamente en la mochila. El menor no se giró a mirarle, pero le hizo un sonido con la garganta, dándole a entender que estaba atento a lo que le decía. – Entonces, ¿te apuntas o no? – puso un tono de voz angelical para que éste le acompañase. Daiki se giró a mirarle, pues ya había acabado de ordenar todo e iba a contestarle, pero alguien se le adelantó.

- No estamos aquí para hablar de ligues, Inoo-chan, Dai-chan. – llamó la atención Yamada que estaba enfrente de ellos con las manos en la cadera en forma de jarra, como una mamá enfadada que pilla a sus hijos haciendo alguna trastada. En la cara de Ryosuke se podía notar lo disconforme que estaba con ese asunto, cosa que sorprendió a Daiki, pero a Inoo solamente le hizo sonreír.

- ¿Quieres venir con nosotros? Seguramente que Sayako-chan tiene alguna amiga que sea fan tuya. – y sonrió pícaramente, pues sabía claramente que Yamada no era ese tipo de chicos. Solamente quería picarle un poco, lo pasaba fenomenal viendo los pucheros que Ryosuke hacía cuando se metía con él.

- Eso, Yama-chan, cuantos más mejor. Porque a mí me va a resultar incómodo ir solo con esa chica, mientras Inoo-chan se besuquea. – lo miró de reojo, fulminándole, pues no le quedaba de otra que aceptar lo que Inoo le había propuesto.

- Ah, gomen. Pero he quedado. – esas palabras hicieron que Daiki se preocupase y le entrase la curiosidad, pues no sabía nada de ese asunto, es más, Ryosuke no le había comentado nada. Cuando normalmente es el menor el que se acerca para decirle cuando queda con alguien. – Voy a ir hasta casa de Chinen, que me tiene que contar algo, según me ha dicho. – esas palabras le dolieron a Daiki. Puede que se estuviera sintiendo celoso, pues lo había dejado de lado para ir con Chinen. Pero lo peor era el tono con el que Yamada lo había dicho, pues parecía que se lo estaba echando en cara a Daiki. No entendía absolutamente nada.

- Ah, por eso estáis tan juntitos últimamente. – la sonrisa de Inoo se ensanchaba por momentos, mostrando una sonrisa retorcida. Daiki seguía sin cogerle la pista a la conversación, pero lo que sí había entendido es que; Inoo estaba dando a entender de que Yamada y Chinen tenían algo. Aunque Kei tenía razón, últimamente habían estado más cerca de lo normal. Pero no era por lo que Inoo pensaba, bueno… en parte sí. Daiki sabía toda la historia entre ellos dos.

- Inoo-chan, si no puede venir no podemos hacer nada. – trató de convencer Daiki, ya que la conversación se estaba tornando algo… rara. Ya que Inoo estaba hurgando en la intimidad del menor.

- Bueno, pues entonces apáñatelas para que la amiga de Sayako-chan no se aburra. – Inoo lo miró sonriendo. Daiki asintió, no quería ir, pero no podía hacer que Inoo quedase mal ante esa chica. – Bueno… siempre puedes insinuarte. – Inoo levantó las cejas varias veces rápidamente. Daiki se sonrojó eso era algo muy vergonzoso para su persona.

- ¡No! – Yamada había interrumpido otra vez la conversación, sorprendiéndolos. Inclusive se sorprendió él también, pues era una reacción que no se esperaba.

- ¿Pasa algo? – preguntó preocupado Arioka, la reacción además de sorpresa le había preocupado. Ya que había elevado el tono de voz, también Hikaru se había girado a mirarles, sorprendido por el grito de Yamada.

- Es que me he acordado de que… - hizo una pausa tratando de pensar en algo rápidamente. – No he traído el champú. – Daiki sonrió tiernamente, se notaba que Yamada estaba incómodo, seguramente por tener que pedirles el champú. En cambio, para Kei eso sonaba a excusa barata. Sonrió traviesamente, pondría a Yamada en una situación incómoda, pero Daiki se le adelantó.

- No pasa nada, si no lo tienes, yo te lo dejo. – y sonrió alegre de poder ser útil y más si era ayudando a Yamada. Por todos en el grupo era conocida la protección que Daiki tenía con Yamada, aunque a veces se cambiaban los papeles. Se protegían mutuamente, aunque Ryosuke protegía más a Daiki, aún siendo el menor.

- Eso, Yama-chan, no pasa nada. – Inoo sonrió de medio lado al ver la mirada que Ryosuke le mandaba. Le encantaba poner a la gente en situaciones incómodas.

- ¡Ohayo~! – saludó enérgicamente Chinen al entrar por la puerta del vestuario. Venía acompañado de los demás integrantes que faltaban; Yuto, Keito, Yabu y Takaki. Todos se saludaron entre sí y los recién llegados se dispusieron a cambiarse de ropa a una más cómoda para el ensayo.

Al entrar Chinen, Daiki se dio cuenta de que Yamada corrió al encuentro del menor, cosa que le extrañó. También le molestó, aunque en menor medida. Sabía lo que había entre ellos, no era que tuviesen una relación de amor, solamente… se veían cuando lo necesitaban. Pero eso no le molestaba, pues no podía hacer nada para evitarlo. Lo que le molestaba era que desde unas semanas hacia acá, el menor había estado más distante con él, no habían perdido la relación de amistad pero sí se habían distanciado. Pero el que tenía el problema era Ryosuke, pues era el que se había distanciado, pero Daiki sabía que si le preguntaba Ryosuke evadiría el tema, asique para ahorrar tiempo… evitaba sacar el tema.

- ¿Dai-chan? – escuchó la voz de Yabu que le llamaba. El menor se giró para mirarlo confuso, pues no había escuchado lo que había dicho el líder. Yabu sonrió cariñosamente y le revolvió el cabello como a un niño pequeño. – Estás como ausente. – después de decir eso se levantó para subirse el pantalón holgado que usaba para los ensayos.

- Puede que un poco sí. – admitió en un tono de voz bajo, no demasiado bajo para que Kota pudiese oírle. Yabu le miró mientras volvía a sonreír alegremente, aunque no era nada nuevo que Daiki se quedase absorto mirando a la nada.

- Tienes que estar concentrado para practicar las nuevas canciones. – “reprendió” el mayor, en esos momentos era cuando tenía que dejar de lado la amabilidad para comportarse como lo que era, el líder.

- Sí, lo siento. – Daiki bajó la mirada apenado, no le gustaba que le riñesen y menos cuando él tenía el 100% de la culpa. Sintió como le abrazaban por los hombros fuertemente, supuso quién era asique sonrió contento.

- ¡No lo riñas, Yabu-chan! – defendió Inoo a su camarada. Yabu volvió a sonreír, la verdad era que siempre sonreía, pocas veces se le podía ver enfadado, bueno, solamente cuando practicaban se solía enfadar con facilidad. Daiki también sonrió alegre, Inoo siempre estaba protegiéndole, y siempre le estaría agradecido por eso.

- No lo estoy riñendo. – se defendió. Era verdad no lo estaba riñendo, solamente quería que Daiki estuviese despejado para que se aprendiese los bailes. Estando pensativo no conseguiría nada.

- Arigatou, Inoo-chan. – el mayor deshizo el abrazo y Daiki le sonrió radiantemente a lo cual Kei le devolvió la sonrisa. Inoo le revolvió el cabello a Arioka mientras ambos seguían sonriendo, la verdad es que eran muy buenos amigos.

- Ne, Yabu. – interrumpió el ambiente Hikaru que se había acercado para hablar con ellos, poco a poco todos los BEST se estaban juntando… - ¿Ya te ha dado el mánager las actividades de hoy? – le preguntó mientras le daba una palmada en el hombro en forma de saludo.

- Sí, ya me las ha dado. – le sonrió mientras doblaba sus pantalones y los guardaba ordenadamente en la mochila de deporte. Los otros tres miraban cómo lo hacía, no era que lo hiciese de forma extrañan, sino… que no había nada más interesante que mirar.

- ¿Y qué vamos a hacer? – le preguntó Hikaru otra vez dado que el mayor no lo había dicho. Hikaru tenía curiosidad, hacía tiempo que no hacían nada nuevo… se estaba empezando a aburrir en los ensayos. Gracias a dios tenía un dorama en el que participaba sino… sus tardes serían aburridísimas.

- Sí, comenzaremos a repasar las nuevas canciones del álbum. – explicó mientras cerraba la cremallera haciendo un sonido metálico con ella. Daiki e Inoo escuchaban atentamente, pues también les interesaba. – Pero bueno, eso lo explicaré después, cuando estemos todos en la sala. – y se giró para mirar a Hikaru y sonreírle. Hikaru le devolvió la sonrisa y los cuatro se pusieron a hablar de cosas triviales, no tardó en unírseles Nakajima, que se sentaba al lado de Kei (su taquilla estaba al lado de la de Kei)





Ya habían acabado de ensayar, todos acabaron sudados. Había algunos que preferían ducharse en casa, otros en cambio lo hacían en la empresa. La práctica había acabado antes de lo previsto. Pues la sala la tendrían que utilizar Sexy Zone porque la de ellos estaba en reparación.

Takaki, Keito y Yuto eran lo que no se duchaban en la empresa asique salieron antes, aunque seguramente los esperarían en la cafetería de siempre. Los que quedaron se dispusieron a ducharse.

Todos pasaron a las duchas. Las duchas y el vestuario estaban separados por una puerta. Así habría más intimidad, y las duchas eran individuales. Estaban divididas, cinco en una pared y otras cinco en la otra. Las habían hecho especialmente para Hey! Say! JUMP! Los 7 que quedaban que solamente eran Yamada y Chinen se dirigieron a su lado de las duchas. Y el resto de BEST se dirigió a las suyas.

- ¡Ah! ¡Qué fría! – se quejó Chinen nada más que abrió el agua. Pero notó que ésta no calentaba. – ¡No calienta! – se quejó de nuevo. A algunos les hizo gracia en la forma en que se había quejado el más pequeño de todos. - ¡Yama-chan~! – llamó Chinen, el nombrado respondió con un “¿Nani?” – Déjame ducharme contigo~ - melosamente le pidió. Ese tono hizo que Daiki, que lo había escuchado todo al igual que todos los demás, pusiese mala cara. “¿No lo irán a hacer en la empresa no?” Se preguntó confuso Daiki. La relación de Yamada y Chinen era lo que se denominaba “sexo esporádico” sexo sin relación seria, ni sentimientos, ni preocupaciones… solamente para pasar un buen rato.

Daiki escuchó como Yamada accedía a lo que Chinen le pedía, asique… Daiki se supuso lo peor. Pero fue sacado de sus pensamientos cuando sintió que alguien lo abrazaba por detrás.

- ¡Ah! – gritó sorprendido el menor de los BEST. Se giró rápidamente para saber quién había sido y suspiró aliviado al ver que era Inoo, aunque mantenía la tensión en el cuerpo por el susto que había llevado. - ¡Inoo-chan! – gritó haciendo que los demás se enterasen de que Inoo había entrado en su ducha. – ¿Qué haces aquí? - le preguntó bajando el tono de, a un voz a un tono normal.

- ¿No tenías que prestarle el champú a Yama-chan? – le preguntó desviando el tema. Claramente Inoo tenía intenciones ocultas… él más o menos intuía lo que pasaba entre Yamada y Chinen y también intuía lo que estarían haciendo ahora mismo, es más todos deberían saberlo. Pero como las duchas tenían puertas, para guardar la privacidad, no se sabía a ciencia cierta.

- Ah, es verdad. – recordó Daiki olvidando completamente el tema del por qué había entrado Inoo. - ¡Yama-chan! – elevó el tono de voz para que el menor le escuchase, ya que con el ruido de las duchas no se escuchaba muy bien. No obtuvo respuesta asique probó a llamarle otra vez. - ¡Yama-chan! – esta vez le llamó un poco más fuerte.

- ¿N-Nani? - ¿Yamada había tartamudeado? Además la voz parecía algo… ronca. Daiki ya se suponía lo peor, miró a Inoo y vio que este sonreía traviesamente, seguramente que estaba pensando lo mismo que él. A Daiki le dolía la relación que tenían ellos dos, pues él amaba a Ryosuke. Pero parecía no ser correspondido… bueno, realmente no lo sabía pero por lo que Yamada le había contado… podía ser que le gustase Chinen.

- ¿Quieres el champú? – le preguntó una vez que salió de sus pensamientos. Daiki estaba entristecido e Inoo se dio cuenta, puso una mano en su hombro en signo de apoyo. Inoo medio sabía de los sentimientos del menor.

- Mm… - eso parecía… ¿un gemido? – N-No hace falta, me presta C-Chinen el suyo… - su voz seguía siendo ronca y su tartamudeo no se iba, como si le costase hablar. Daiki no contestó y prefirió ducharse rápidamente y salir lo antes posible de allí, no quería estar triste. No, y menos sabiendo que los demás se podrían preocupar.

Inoo optó por salir de la ducha. Tenía que hacer algo con esta situación. Intuía, no, sabía que Daiki tenía sentimientos especiales por Yamada. Y se podía decir que Yamada también por Arioka, pero tal parecía que el menor no se daba cuenta o no quería darse cuenta… Bueno, Ryosuke solamente necesitaría un pequeño empujoncito. Sonrió traviesamente mientras pensaba en la forma de que Yamada se diese cuenta. “sí, eso haré”.

Sintió como la puerta de al lado se abría, la puerta de la ducha de Daiki. “Espera un poco, lo tendrás contigo” y sonrió tiernamente mientras pensaba en la cara sonriente de Daiki. Le tenía mucho cariño al menor, era su mejor amigo dentro del grupo.







Ya todos se habían ido a sus casas, los últimos en salir de las duchas habían sido Yamada y Chinen “¿coincidencia? Para nada.” Esos eran los pensamientos de Inoo que había tardado más de lo normal a posta, para encontrarse con Yamada y tener la charla. Chinen salió diciendo que los esperaría en la cafetería junto con los demás.

- Ne, Yama-chan~ - llamó Inoo con tono inocente, o por lo menos intentándolo. Este miró hacia él pero volvió a dirigir su mirada a la mochila, en la cual guardaba la ropa de deporte junto con los utensilios de la ducha. Inoo se estaba peinando en el gran espejo que había al lado de las taquillas.

Iba a continuar hablando cuando algo rodó hasta sus pies, ese algo era de Ryosuke. Y para sorpresa, aunque no tanto ya que se lo intuía, era el champú del menor lo que había chocado con sus pies, recordó las palabras de Ryosuke “Es que me he acordado de que… No he traído el champú.” Si al principio le había parecido excusa… ahora era totalmente cierto que había mentido.

- Creo que esto es tuyo. – se agachó para cogerlo y se lo dio con una sonrisa un poco… falsa. Ya que el menor les había mentido… bueno, ahora ya tenía cómo empezar la conversación. Asique, se dio prisa y empezó con la charla. – Entonces… ¿has traído el champú? – le preguntó mientras dirigía la mirada al espejo para hacer como si se peinaba. Mirando de reojo al menor que guardaba pensativo e incómodo el champú en su neceser.

- Emh… sí, no lo sabía. – se rascó la nuca incómodo. “Bien, eso es lo que quiero” pensó Inoo sonriendo, quería ponerle incómodo, porque cuando uno está incómodo es capaz de decir cosas que mantenía ocultas, pero… él no lo haría tan fácil.

- ¿No lo sabías? – lo miró de reojo examinando la expresión que pondría. Tenía curiosidad por saber qué excusa se inventaría, pero… se lo quería poner un poco más difícil. – ¿No revisas tu maleta antes de venir? – y volvió su mirada al frente, comprobando el peinado.

- Claro que sí la reviso. – incómodo contestó, esa conversación era un poco extraña para el menor… no sabía a dónde quería llegar el mayor con tanta pregunta. – Solamente que no reviso lo que tengo metido dentro del neceser. – rodó la mirada para no encontrarse con los ojos negros de Inoo, que seguían examinándolo.

- Sabes que por ese comentario la conversación con Dai-chan se quedó a medias ¿verdad? – sonrió de medio lado. Claramente era lo que Yamada quería, que Dai-chan dijese que no al encuentro con la chica fan.

- No… no lo sabía. – volvió a rodar la mirada, esta vez para que Inoo no lo pillase en la mentira. Sabía perfectamente que si interrumpía en ese momento Daiki no contestaría y no iría a la reunión.

- Oh… - se hizo el sorprendido. Inoo no tenía gana de crear un conflicto con el menor solamente quería ayudar a Daiki. Se acercó un poco al menor, pero no lo suficiente para no intimidarle, la intimidación venía después. – No lo sabías. – sonrió cínicamente. Inoo sabía perfectamente que Ryosuke podía ser muy retorcido cuando quería, al igual que él.

Inoo se sentó en el sitio de la banca el cual le correspondía mirando fijamente a Yamada que cada poco le miraba tímido. Ryosuke tenía que reconocer que le daba algo de miedo esa mirada, no era que se llevase mal con Inoo solamente… le ponía nervioso.

- Yama-chan. – interrumpió Kei los pensamientos del menor que se giró para mirarle, ya que estaba de espaldas al mayor. – Dai-chan no va a estar ahí para siempre, lo sabes ¿verdad? – la vista de Inoo estaba perdida, en ningún momento miró al menor.

Yamada se sorprendió, ¿cómo que Daiki no iba a estar ahí para siempre? ¡Claro que iba a estar! ¡Nadie conocía mejor a Daiki que él! ¡Nadie! ¡Absolutamente nadie! Era tozudo, pero era la verdad. Yamada podía reconocer, sin ser arrogante, que era el mejor amigo de Daiki.

- Sé lo que estarás pensando… - continuó Inoo al ver que no había respuesta por parte del menor “Buena señal… eso quiere decir que está pensando.” Pensó feliz Kei. – Que eres el mejor amigo de Dai-chan y esas cosas pero… ¿qué es Dai-chan para ti? Porque lo que eres para Dai-chan lo tienes muy claro. – hizo una pausa para examinar la expresión que en esos momentos invadía el rostro del menor; era una mezcla entre meditación y confusión. “Bien, eso es bueno” se felicitó a sí mismo.

Inoo se levantó y se dirigió a dónde estaba Yamada, que por la confusión se había dejado caer sobre la banca, meditando las palabras del mayor. Kei se acercó hasta quedar a escasos metros del menor.

- Sabes, alguien puede venir y quitártelo. Quien sabe… quizá alguien que aparezca de la nada… alguien insospechado… o quizá… seas tú el que lo aleje. – volvió a hacer una pausa mientras sonreía le encantaba ver esa expresión, pues eso significaba que Yamada estaba pensando seriamente en Daiki. Era un gran paso. – Puede que por ese alguien nuevo os alejéis y Daiki se olvide de ti y no volváis a estar como antes. – le tocó el hombro en forma de despedida y caminó hacia la salida con una sonrisa triunfante en el rostro, con la mochila colgada de un hombro. “Sí, eso era exactamente lo que le tenía que decir”

Y con la sonrisa triunfante salió de la empresa en dirección a la cafetería dónde los demás los esperaban. Pero seguramente Yamada no querría ir, pues ver en esos momentos a Daiki le traería más confusiones.



La velada pasó tranquila con un Daiki algo cabizbajo, cosa que preocupó a todos ya que era, a parte de Hikaru, el que ponía la diversión en las reuniones. Todos le preguntaron unas cuantas veces si le pasaba algo, pero él no respondía, no quería preocuparles. Inoo lo sabía muy bien, pero no podía decírselo a Daiki, puesto que lo negaría todo para no preocuparle.

Chinen y Yuto preguntaron varias veces por Yamada, Daiki también quería preguntar por él… pero estaba muy dolido. Arioka no entendía por qué se ponía así, si el ya lo sabía. Seguramente que hasta que no lo ves, o lo sientes, no te das cuenta de que realmente sucede.





Una semana había pasado desde todo lo ocurrido, Yamada había estado algo distante con Daiki. Cosa que le llevó a pensar que había hecho algo malo, algo que hubiese hecho enfadar el menor. Esa duda le carcomía por dentro, además cada vez que le sacaba un tema de conversación al menor este se veía decaído como deprimido. Las ganas por preguntarle le afloraban del cuerpo, pero Inoo le había aconsejado que no le preguntase él que cuando Yamada estuviese preparado se lo diría. Pero que mientras tanto le dejase algo de espacio para no agobiarle. Y así hizo, desde hacía una semana que Yamada y Daiki no tenían una conversación en serio.





La mañana amanecía, era el día libre de JUMP asique no tenían por qué despertarse temprano, cosa que agradecían la mayoría. Daiki se despertó gracias a un mensaje que le había llegado de parte de Inoo.





¡Ohayo~! ¡Dai-chan! ¿Cómo amaneció el día? ¿Algo nuevo? Aunque sabiendo cómo eres tú, seguramente aún estarás durmiendo. (o. <) ¡DEPIERTA! (Por si aún no estás despierto) Bueno, lo que te quería decir que hoy es la “cita” con Sayako-chan y su amiga. Hemos quedado donde el reloj de la estación a las cuatro y media. ¿Te parece bien? ¡AH! La chica de Yama-chan al final no pudo venir… T.T

¡Pasémoslo bien ¿Ne?! ¡Hasta esta tarde!

Inoo-chan.



- Woah… - exclamó sorprendido Daiki nada más acabar de leer el mensaje. – Pero que mensaje más largo… - exclamó con la boca abierta, aprovechando que estaba abierta bostezó,

- ¡Dai-chan! – llamó su madre después de dar varios golpecitos en la puerta para despertarlo. - ¡Dai-chan! – elevó el tono de voz ya que su hijo no le había contestado. - ¡Venga que ya son las dos de la tarde! ¡¿Cómo puedes dormir tanto?! – preguntó incrédula su madre. Daiki optó por contestarle o sino su madre se acabaría enfadando, asique para ahorrar reprimendas…

Se metió a duchar para despejar un poco. Salió con una toalla y se dirigió al armario a ponerse una muda de ropa cómoda para estar por casa, no tenía pensando salir hasta la tarde. Bajó a comer, porque ya no eran horas de andar desayunando.





En la casa Yamada, el hijo varón llevaba tiempo acomodando su cuarto, ya que siempre aprovechaba los días libres para ordenarlo un poco. Estando concentrado acomodando su escritorio, escuchó la melodía de su teléfono sonar. Algo raro ya que Chinen le había dicho que hoy no podían quedar, Yuto había salido con Keito y Daiki… bueno, con Daiki ya no era la misma relación. Asique aún con la duda se acercó al teléfono y se quedó extrañado al ver la persona que le mandaba el mensaje.

- ¿Inoo-chan? – preguntó en voz alta extrañado, ¿qué tendría que decirle Inoo? Ahora mismo no estaba de humor ni para hablar con Daiki, ni con Inoo. Ninguno de ellos tenía la culpa, pero no se sentía cómodo, además si hablaba con alguno de ellos solamente recordaría el mal tiempo que había pasado.

Abrió el mensaje y leyó atentamente.



¡Ohayo~! ¡Dai-chan! ¿Cómo amaneció el día? ¿Algo nuevo? Aunque sabiendo cómo eres tú, seguramente aún estarás durmiendo. (o. <) ¡DEPIERTA! (Por si aún no estás despierto) Bueno, lo que te quería decir que hoy es la “cita” con Sayako-chan y su amiga. Hemos quedado donde el reloj de la estación a las cuatro y media. ¿Te parece bien? ¡AH! La chica de Yama-chan al final no pudo venir… T.T

¡Pasémoslo bien ¿Ne?! ¡Hasta esta tarde!

Inoo-chan.





Yamada miraba confundido ese mensaje, ¡ese mensaje era para Daiki! ¡Al final Daiki sí había quedado con la chica! ¡¿Pero cómo se atrevía?! “Un momento, un momento…” Puso pausa a sus pensamientos algo extraños. “¿Por qué me pongo así? Es libre de hacer lo que quiera…” Se auto-animaba. Sabía que pensar así era una chorrada, parecía una novia celosa.

- Sí, así está bien. – sonrió mientras le iba a contestar a Inoo pero otro mensaje le llegó antes de que él pudiese salir de ese mensaje. Se sorprendió de encontrar otro mensaje de Inoo… hoy estaba por mandarle mensajes.



“¡AH! ¡GOMEN! Lo siento Yama-chan, me confundí al mandarlo…

Inoo-chan.

Yamada sonrió, aunque no le cuadraba del todo ya que Daiki estaba al principio de los contactos y él era de los últimos… pero bueno, con esas tecnologías cualquier cosa podía pasar. Le respondió diciéndole que no pasaba nada.



~~En el cuarto de Inoo~~



El propietario de dicha habitación sonreía victorioso, su plan iba como la seda. Ahora, solo faltaba que Yamada reaccionase como él esperaba que lo hiciese. Se había equivocado de número a propósito. Quería que Yamada leyese la hora y dónde había quedado con Daiki para la “cita”.

- Espero que en el futuro me lo agradezcas, Dai-chan. – habló cantarín y sonriente. Si su plan salía como él preveía sería el mejor amigo del mundo, y Yamada ya se podría olvidar de Daiki. Aunque para ese entonces… ya no serían amigos.



~~En el cuarto de Yamada~~

“Sabes, alguien puede venir y quitártelo. Quien sabe… quizá alguien que aparezca de la nada… alguien insospechado… o quizá… seas tú el que lo aleje”

De repente las palabras dichas por Inoo la semana pasada cruzaron por su mente. ¿Dai-chan se estaba alejando de él? “¡No! ¡Claro que no! ¡Daiki no se alejaría así como así!” Se auto-animó. ¿Por qué la idea de perder a Daiki le parecía tan terrible? La verdad es que era un amigo muy preciado para él…

“Tan preciado no será cuando llevas una semana sin hablarle”.

La conciencia había hecho acto de presenta. ¡Es verdad! ¿Cuánto hacía que no mantenía una conversación con Daiki? Cierto, una semana. Pero para él le había parecido ¡meses! Le echaba de menos…

“o quizá… seas tú el que lo aleje”

¿Lo estaba alejando? ¡Claro que sí! ¡No sabía nada de Daiki desde hacía una semana! Y Daiki tampoco sabía nada de él. ¿Estaba siendo egoísta? “Lo más egoísta que jamás he visto.” Otra vez la conciencia machacándole. Pero era cierto… estaba siendo egoísta, Daiki estaba pagando y eso que no había hecho nada.

“¡Claro que sí hizo!” Interrumpió una vocecita en su cabeza, ¿quién era? “¡Se va de citas con otras mientras tú lo estás pasando mal! ¡El egoísta es él! ¡No debería salir a citas!” Esa voz… parecían… ¿los celos? ¡¿Estaba celoso?!

“Sabes, alguien puede venir y quitártelo. Quien sabe… quizá alguien que aparezca de la nada…”

¡No! ¡Eso sí que no! ¡Nadie le iba a arrebatar a Daiki! ¡Daiki era de él! ¡Eran amigos desde pequeños! ¡Siempre había estado ahí! ¡Nadie se lo iba a quitar!

Sin que se diese cuenta y pensando todo esto casi daban las cuatro y media. ¡¿Cuánto tiempo había estado pensando?! ¡Demasiado! Cogió las llaves y salió corriendo escaleras abajo, tenía que apurarse o si no llegaría tarde.



Yamada corría todo lo que sus pies podían, estaba desesperado, ¡iban a quitarle a su Dai-chan! “Un momento… ¿su Dai-chan? ¿Desde cuándo era suyo?” Se sonrojó al darse cuenta de cómo había pensado. “¡No es tiempo de andar sonrojándote!” Aceleró más el paso mientras miraba su reloj de pulsera. “¡Yabai! ¡No voy a llegar a tiempo!” Intensificó más la velocidad, si es que podía.

Cuando llegó al lugar en el que habían quedado Inoo y Daiki se sorprendió de no encontrar a nadie. Estaba sin aliento, fatigado y muy cansado, se había esforzado tanto para que Daiki no estuviese en el lugar. Aunque conociéndole habría llegado tarde.

- ¡Dai-chan! ¡Por aquí! – escuchó la voz de Inoo cerca e instintivamente se escondió. ¿Para qué había corrido tanto si ahora se escondía? No tiene lógica. “Bueno, a lo mejor, no está todo perdido” se esperanzó.



Yamada había estado toda la tarde espiándolos y gracias al cielo, Daiki no se había acercado mucho a la chica, aunque la chica a él… “Normal… si con lo inocente y bueno que es Dai-chan cualquiera se le arrima. Es un trozo de pan, muy amable, tierno, carismático, alegre, atento, divertido, simpático, kakkoi, detallista, cómico, guapo…” Yamada se sonrojaba a medida que iba pensando en todos los adjetivos de Daiki. “¡Matte!” Puso freno a un montón de adjetivos más que había pensado. “¡¿Pero, Ryosuke, qué te pasa?! ¿Desde cuándo piensas así sobre Daiki?” así pasó toda la tarde espiándolos hasta que…





Daiki se estaba aburriendo bastante, ya que la chica se le acercaba mucho e Inoo no paraba de coquetear con su chica. No era que le molestase, solamente… se aburría. Además, cada vez que la chica le insinuaba que le gustaba y quería salir con él, la imagen de Yamada aparecía en su mente, como regañándole y eso era una tortura.

- Ne, Daiki-kun. – llamó la chica la atención de él. Estaban en una cafetería y él se había quedado mirando por la ventana, absorto del mundo exterior. Se giró para mirarle y sonreírle, para que no se preocupase. – ¿Quieres probar? – Daiki negó con la cabeza, pues ahora mismo tarta de fresas… como que no, le recordaban a Yamada. – Anda si está muy bueno. Venga di ¡Ah~! – acercó la cuchara con la porción de tarta hacia su boca, asique no le quedó de otra que abrir la boca y aceptar el bocado.

Daiki le sonrió de nuevo dándole a entender que estaba buena la tarta. Miró a Inoo que parecía impaciente, como si esperase a alguien. Miraba al reloj y luego a la puerta para ver si entraba alguien. Le parecía un comportamiento un tanto extraño pero… ¿qué iba hacer? Ya le había conocido con ese comportamiento.





La tarde había pasado larga para Daiki, rápido para Inoo y tensa para Yamada que los seguía espiando. Hubo un momento dado en el que el mayor de los tres se dio cuenta de que alguien los seguía y muy tonto no había que ser para suponer que era Yamada. Sonrió, al fin y al cabo su plan no estaba del todo perdido.

- Bueno, Dai-chan. Aquí nos separamos, tengo que acercar a Sayako-chan hasta su casa. – le dio un codazo para que Daiki reaccionase y dijese que también iba a acompañar a la amiga de Sayako. – Aprovecha y le das un beso de despedida. – le dijo en un susurro pero lo suficientemente alto para que Ryosuke también le oyese. Ese comentario hizo que Daiki se sonrojase, cosa que Kei ya intuía. “Seguramente que Yamada ahora estará ardiendo en celos”. Pensó divertido. Cogió a Sayako de la cintura y se la llevó en dirección opuesta a la que iban Daiki y su cita.

La chica iba hablando mientras Daiki sonreía a lo que ella decía y de vez en cuando asentía para que la chica notase que le estaba prestando atención. Yamada suspiraba aliviado, no había pasado nada fuera de lo normal casi estaba por irse, cuando escuchó a la chica decir “Bueno mi casa es esta”.

- Me lo he pasado muy bien, gracias. – sonrió amablemente Daiki. La chica se sonrojó mientras ponía una mirada Kawaii, que a Yamada sacó de quicio. “¡¿Está coqueteándole?!” Se preguntó mentalmente, mirando seriamente la escena.

La chica se había puesto de puntillas, seguramente para darle a Daiki el beso de despedida. Yamada notó que Arioka estaba tenso pero que no se apartaba, eso hizo que la sangre le hirviese. Ella le agarró de la sudadera y tiró de Daiki hacía ella, para apegar más los cuerpos. Yamada tenía tensa la mandíbula, estaba malhumorado pero también triste, ¿Daiki iba a dejarse ser besado? No, no quería verlo. Pero estaba más enfadado y ente no querer verlo y estar enfadado salió de su escondite, revelando lo que había hecho toda la tarde, espiar.

- ¡Hey, chibi! – gritó apretando los puños a ambos lados de su cuerpo. Estaba muy enfadado con Daiki, al final el mayor terminaría abandonándole. Y se olvidaría de él. – ¡¿Qué te crees que estás haciendo?! –

Daiki se giró ya que nadie le llamaba chibi excepto… - Yamada… - susurró mientras lo miraba sorprendido. ¿Qué hacía él aquí? La acompañante del mayor chifló cuando vio a otro integrante más de Hey! Say! JUMP! Realmente estaba de suerte, primero Inoo, luego Daiki ¡y ahora Yamada!

- Yamada… ¿qué haces aquí? – preguntó Daiki totalmente sorprendido, no se esperaba a Ryosuke ahí para nada. Se despegó de la chica y caminó un poco hacia Yamada.

- Eso es lo de menos. ¿Qué es lo que estaba haciendo? – le preguntó apretando los puños, entre la ira y la tristeza, no sabía si llorar o pegarle. Daiki miró extrañado a Ryosuke, ¿por qué se comportaba así?

- Estoy acompañando… - pero el menor no le dejó terminar, los ojos del pequeño se estaban inundando de lágrimas, pero no sabía si era por impotencia o por tristeza.

- ¡Mentiroso! ¡Ibas a besarla! – elevó el tono de voz, estaba muy enfadado con Daiki. Se sentía traicionado, sentía que le iban a quitar a su Daiki. Sí, porque era su Daiki y de nadie más.

- ¡¿Eh?! – exclamó el mayor sonrojado y mirando hacia otro lado. – ¿Me has estado espiando? – aún no podía mirarle, no podía creer que le haya visto en una situación tan vergonzosa. - ¿Por qué te pones así? – preguntó confuso el mayor.

- No… solamente… - no sabía qué decir, estaba dolido, no quería perder a Daiki. – ¡No quiero que te olvides de mí! – las lágrimas habían salido de sus ojos, ya no podía retenerlas más. Estaba triste, dolido. Y no sabía cómo liberarlo, la única forma, esa, con lágrimas.

- ¿Olvidarme de ti? – caminó unos pasos hacia él pero este se lo impidió gritándole.

- ¡No te acerques! – gritó Ryosuke desesperado y apretando los puños hasta conseguir poner los nudillos en blanco. Tenía mucha impotencia acumulada, ya que sabía que iba a perder a Daiki pero no sabía cómo remediarlo. – ¡No quiero que te separes de mi! ¡No quiero que te alejen de mí! – volvió a gritar con el rostro empapado de lágrimas.

- ¿Pero qué tonterías estás diciendo? – preguntó incrédulo mientras se acercaba a él lentamente, pues Yamada seguía diciéndole que no se acercase. A Daiki no le gustaba verlo así, tan desesperado y triste. Era la primera vez que lo veía así y no quería volver a verlo de esa forma.

- ¡Sí! ¡Te vas a alejar de mí cuando conozcas a otra persona más importante! – volvió a gritar. Daiki cada vez estaba más cerca del menor, cosa que no le agradaba a Ryosuke en absoluto. - ¡Qué no te acerques! – repitió Ryosuke. Sus mejillas estaban rojas y empapadas de lágrimas.

- No hay nadie más importante para mí que tú. – se sinceró Daiki ya estaba cerca de Ryosuke, tenía unas ganas tremendas de abrazarlo… se le veía tan desprotegido…

- ¡Mentiroso! – acusó el menor. A Daiki esa visión también le parecía muy tierna, ya que Ryosuke parecía un niño pequeño al cual le acababan de quitar su juguete favorito. - ¡Me vas a abandonar! ¡Te vas a alejar de mí! ¡Te vas a olvidar de mí! – repitió todo lo que había dicho antes. Daiki estaba desesperado, no conseguía hacerlo cambiar de opinión, cosa que le molestaba.

Daiki avanzó varios pasos rapidísimo para coger su rostro empapado en lágrimas, lágrimas que mojaron sus manos. Con ese gesto hizo a Ryosuke callar y mirarle, Daiki le sonrió como solía hacerlo.

- Escucha, Ryosuke. – por primera vez en mucho tiempo le había llamado por su nombre. – Eres lo más importante para mí. – susurró tiernamente mientras le miraba de la misma forma. Yamada no sabía si creerle pero antes de que pudiese decir algo Daiki le besó, sorprendiéndole, pero al segundo siguiente estaba correspondiéndole, pues lo necesitaba. Yamada puso sus manos en las caderas del mayor, mientras Daiki acariciaba las mejillas del pequeño.

Se separaron por falta de oxígeno.

- ¿Queda claro? – preguntó Daiki sonriéndole. Se le había quitado un peso de encima cuando notó que Yamada le había correspondido. Yamada asintió entre sus manos, Daiki le besó la frente mientras sonreía tiernamente, le atrajo hasta su cuerpo y le abrazó protectoramente, pero… se habían olvidado de alguien.

- ¡Kyaaa! – gritó la fan de HSJ! Ambos compañeros se giraron atemorizados, pues se habían olvidado por completo de la chica. Se miraron dudosos de qué hacer, pero antes de que pudiesen decir o hacer algo la chica les sonrió. – Tranquilos, no diré nada, ¡soy fan del Ariyama! – declaró orgullosa.

Ellos dos se miraron entre sí confusos de qué era eso del “Ariyama”. Ella les sonrió divertida mientras los miraba.

- Ari. – señaló a Daiki mientras sonreía. – Yama. – y señaló a Yamada. Ambos comprendieron al instante y los tres rieron.



Esto lo tengo que decir en Amantes del Ariyama” pensó la fan contenta de que su pareja deseada fuese real.






Fin. ^^

Espero que les haya gustado! ^^

6 comentarios:

  1. Muero, muero, muero!!! *-*
    Te quedó tan genial *0*
    Me imagino a Yamada todo celoso... lindo! -3-
    Habrá que agradecerle a Inoo y su maravilloso plan xD!
    Sentí que en esta historia odié a Chinen 8'D
    Y el final... me empecé a reír xDDD "soy fan del ariyama" ... sería genial ver eso TuT
    Mimi te quedó muy bien!! amé la historia *-*!! <3 asalksdjkj

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  2. Waaaaaa que bonito!!!!! >////<
    Me encanta la relación que tienen Daiki y Inoo, tan amigos que entran ganas de achucharlos >///<
    Jeje ahora Yamada dejará de acostarse con Chii, nee?
    La confesión fue realmente hermosa *-* Y no lo hubieran conseguido si no llega a ser por mi Inoo (<--- si, mio XD).
    Me morí con la fan XD “Esto lo tengo que decir en Amantes del Ariyama” XD aqui las demas miembros esperaremos a que lo diga XD

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Jajajajj >///< me encanto¡¡ especialmente el final copn eso de ''soy fan del ariyaama'' jajaja que risa,dios mio, al principio me caia un poco mal pero al finsl me psrecios super sdorable¡¡
    La histori magnifica one-chan¡¡ sugoiii¡ super romantica y hermosa¡¡
    Me daba grasia como kei se le ponia tan acosador a yamada¡¡¡ jaja
    tambn me gusto mucho la parte inoodai, por un momento pense ''¿esto no era ariyama?'' otra cosa¡¡ se bañaban desnudos?¿ porque si es asi...
    Tambn me asombro mucho el yamachii, me quede super O_O¡¡
    Pero estuvo entretenido¡¡ me imaginaba a chinen succionandolo y el intentando parecer lo mas trakilo posible jaja XD¡¡
    estuvo hermosisimo¡¡¡ te amodoroo >///<

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  5. Ooooooooooooomg!!!!!!! Que hermoso te quedó!!!!! Es verdad!! Lo de amantes del ariyama quedo gracioso ajajjaja!! >O<
    Lo ame lo ame lo ameeeeeeeeee!!! Fue tan........Sugoi!!!!!
    En serio que me resultó sueper entretenido y gracioso jejejjeje!!!
    Um gomen-ne por no haber comentado antes :( Ya te lo dije antes pero...Me siento mal por eso :(!!
    Realemte es uno de los mejores AriYama que he visto!^^
    Te adoro demasiiiaaaaaado Mimi-Chii ^O^ Sigue escribiendo taaan lindo :3

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