domingo, 29 de junio de 2014

[Drabble] ¿Y si? [AriYama]

¡Buenaaas! Aquí traigo una historia que ni pensaba que la iba a traer. Pues comence a escribirla en la entrada y todo. Empecé a escribir y salió solo, así creo que no me ha quedado del todo bien y puede que haya faltas de ortografía, pues estoy desde el móvil. Espero que os guste esta historia de una escritora ya oxidada. ^^



 Título: ¿Y si? 
Extensión: Cuando esté en el ordenador lo pongo xD  
Parejas: Ariyama. Mención: yamajima e inoodai.  
Género: Drama. 



 *Capítulo único*

 -¿Sabes? - interrumpió el mayor el rato de silencio que se había creado en la habitación.

El otro que le estaba pelando una manzana para que le fuese más fácil la digestión, le miró sorpendido por el repentino diálogo que había iniciado.

 -No, dime. - y siguió pelando la fruta.

-Nunca te has preguntando el "¿y si?" - el mayor miró por la ventana, seguramente recordando viejos tiempos.

Yamada dejó la acción que estaba haciendo para mirarle aún más sorprendido. ¿A qué venía esa pregunta? Comenzaba a preocuparle el estado mental de su amigo.

- Dai-chan, sólo te has roto una pierna. No es para que tengas pensamientos de moribundos. - añadió con un deje de diversión, tratando de quitarle seriedad a la conversación, pues le incomodaba.

 El otro le miro y sonrió forzadamente, agradecía tener a su mejor amigo en esos momentos para hacerle ver la realidad.

-La verdad... - hizo una pausa que confundió al menor, que esperó paciente a que siguiera.

 Trató de contárselo, de verdad que sí, pero prefería seguir viendo la sonrisa del menor.

- Estando hospitalizado, me ha dado tiempo para pensar en muchas cosas...

- ¿Cómo en qué? - se aventuró a preguntar el menor. Daiki le miró, con una mirada que Ryosuke describiría como enigmática. Esperó nuevamente a continuase.

 - Como: qué hubiese pasado si en esa fiesta de la universidad, no hubiese pasado eso. - respondió mirándole fijamente esperando cualquier reacción del menor.

El otro abrió desmesuradamente los ojos ante tal pregunta. De esa fiesta, que él recordaba muy bien, habían pasado como mínimo 5 años.

 - ¿Por qué piensas en esas cosas? - habló algo avergonzado, pues era un tema que nunca habían tocado desde la fiesta.

- Porque estoy hospitalizado. - respondió sonriendo como siempre, aunque Yamada pudo notar que había algo que opacaba su sonrisa, no resplandecía como siempre.

- Pues deja de pensar en esas cosas... El menor dirigió de nuevo su vista y se dispuso a despiezarla, pues ya le había quitado toda la piel.

- No puedo. Y más cuando supe que ibas a venir a verme. - Daiki siguió mirándole intensamente.

- Pues claro que iba a venir a verte, eres mi amigo. - dijo sin mirarle, le incomodaba esta conversación.

- No después de que pasase eso. Yamada le miró por el tono tan lastimero que había utilizado.

- Dai-chan, deja de pensar en ello, solo te martirizas.

 - No puedo.

Ryosuke abrió los ojos cuando notó que agua inundaban los ojos de Arioka.

- Pienso cada día, desde aquello, en lo mal que me porté contigo y lo cabrón que fui.

Arioka extendió su mano para acariciar gentilmente la mejilla del menor, que seguía con la mirada sorpendida.

-Daiki...

 - Lo siento, de verdad. Si hubiese actuado como debería. Hoy,tal vez...

- ¡No sigas! - interrumpió Ryosuke Arioka quitó la mano de la mejilla, se sentía terrible. - Tú ahora tienes a Inoo-chan y yo a Yuto no hay porque seguir removiendo cosas, ¿vale?

 - Sí, pero... 

 - Pero nada, el pasado, pasado es. - sonrió Yamada mientras le tendía un trozo de manzana, que el otro rechazó.

 - En serio, no te has preguntado "¿y si en aquella fiesta Daiki no hubiese hecho eso?" "¿Cómo estaríamos ahora?"

Yamada rodó la vista incómodo.

- Claro que me lo he preguntado. Pero no puede ser, las cosas suceden así.

 - Tal vez hoy seguiríamos juntos...

- Basta, no sigas pensando eso. - riñó de nuevo el menor.

 - Ya, ya lo sé. Tú tienes a Yuto y yo a Kei, ¿verdad? - se giró a mirar por la ventana, tratando de despejar su mente. De dejar de torturarse.

- Eso mismo. - sonrió el menor.

Quedaron nuevamente en silencio, un silencio incomodo pues la conversación acabada era un tema tabú entre ellos. A Yamada le seguía pareciendo raro que tocase ese tema, pues nunca lo habían hablado, la verdad es que aún le resultaba doloroso pensar en esa fiesta. Recordar cómo había encontrado a su, por entonces, novio en la cama con otro. Y eso que Daiki le decía tiernamente que le iba a esperar el tiempo que hiciese falta, que ya lo harían cuando estuviese preparado.
 
- La hora de visita se ha terminado. - informó una enfermera que acababa de entrar. Yamada sonrió a la chica y se levantó del taburete que había a un lado de la cama del paciente.

- Vendré mañana, ¿vale? - le sonrió.

 Daiki le miró ilusionado y sonrió verdaderamente también. La enfermera que le vio sonreír, lo acompañó también. Yamada y la enfermera salieron a la vez de la habitación.

- Es bueno que sonría de esa forma. - razonó la mujer, haciendo que Ryosuke le mirase extrañado.

 - ¿Y eso? - preguntó curioso.

 - Los pacientes con tumores no suelen sonreír así. - explicó tomando el camino a la siguiente habitación.

Yamada abrió los ojos desmesuradamente, ¿tumor? ¿Daiki tenía un tumor? ¿Por qué no se lo había dicho? Entonces supo que Daiki con esas preguntas quería solucionar ese tema que tanto los había distanciado, para, seguramente, irse en paz.  


*Fin*


Buenaaaas aquí una escritora, que más parece que está en paro, porque no ejerce de ello. Espero que os haya gustado esta historia. ^^