Parejas: Ariyama, yamajima, okajima, yabuhika, chiitaro, takanoo.
Capítulo 20
Keito estaba estático, no sabía qué hacer ni qué decir. No quería explicarle el por qué de la relación falsa, pero más importante era ¿cómo se había enterado? Nadie más a parte de él y Hikaru lo sabía.
- ¿Qué has dicho? – titubeó un poco haciendo más intensa la mirada del más alto. Tragó saliva, no se le había ocurrido nada más que decir. Tenía que ganar algo de tiempo para buscar una excusa que le librara.
- Me has oído perfectamente. ¿Por qué tienes una relación falsa con Hikaru-kun? – insistió de nuevo acercándose un poco hacia el otro en un intento por incomodarle.
- No sé de qué me hablas. – desvió la mirada nervioso, no podría mirarle a los ojos y mentirle.
- Por supuesto que lo sabes. – afirmó con un tono irónico.
- ¿En qué te basas para decir que mi relación con Hikaru es falsa? – encaró, ese tono de obviedad comenzaba a molestarle. Yuto creía que lo sabía todo, pero no era así.
- En que lo he oído esta misma mañana de la propia boca de Hikaru-kun. – se acercó un paso más.
Keito meditó las palabras, ¿esa mañana? ¿No había sido esa mañana cuando habían acordado volver a la relación? Entonces… ¿Yuto había escuchado la conversación? Giró la cabeza rápidamente al llegar a esa conclusión. Mala idea, pues Nakajima estaba cerca de él y eso le ablandaba.
- ¿Lo has escuchado? – era una pregunta absurda, pues ya sabía la respuesta. El menor asintió aún examinándole con la mirada. Keito giró la cabeza, tratando de evitar su mirada.
- No deberías hacer eso, es absurdo. ¿Por qué mantener una relación falsa? ¿Por qué accediste?
Keito se mordió el labio inferior con nerviosismo. La insistencia de Yuto le incomodaba a la vez que comenzaba a perder la paciencia.
- ¿Qué te importa?
Sabía que había sonado algo borde y que eso no iba a acorde con su personalidad, pero si precisamente estaba en una relación falsa era por Yuto y que ahora éste le preguntase el por qué le parecía irónico. Yuto le miraba duramente, quería saber el porqué le había dicho que sí a semejante tontería.
- Claro que me importa. Acaso… - hizo una pausa examinando el rostro del mayor que no le miraba. – ¿Acaso te gusta Hikaru-kun? –
Keito se molestó aún más de esa pregunta, ¿tan ciego estaba Yuto? ¿Tanto que no se daba cuenta que se moría por él? ¿Tan ciego estaba con Yamada que no prestaba atención a las sensaciones que le hacía sentir? Le miró con el ceño fruncido.
- ¿Qué más te da lo que haga? No es asunto tuyo, ¿verdad?
Trató de salir de allí pasando por un lado de él, estaba muy enfadado para tener que mantener una conversación con el causante de su molestia. Pero fue sujetado fuertemente por el brazo que le hizo girar bruscamente. Se topó con la mirada de Nakajima que le miraba completamente mosqueado.
- ¡Claro que me da! ¡Eres mi amigo, mi mejor amigo! – recalcó el cuantitativo.
Keito endureció la mirada.
- Si de verdad fuese tu amigo no tendrías que estar haciéndome estas preguntas ¿no crees? – hizo una pausa donde mantuvo la mirada posada sobre los ojos castaños del menor. – Deja de darte méritos que no tienes. ¡Replantéate si de verdad eres mi MEJOR amigo!
Keito intentó soltarse del agarre del menor pero no pudo, le sujetaba fuertemente. Yuto se quedó sorprendido de las palabras recibidas, ¿desde cuándo Keito le tenía ese rencor? Que él recordase no le había hecho nada.
- ¿Qué estás diciendo? Por supuesto que soy tu mejor amigo. – Keito bufó irónico al escuchar esas palabras. – ¿Por qué te comportas de esta manera conmigo? ¡Solo me preocupo por ti! – elevó el tono de voz.
Okamoto volvió a bufar irónico, ahora parecía que Nakajima se la iba a dar de héroe. De pronto, su corazón se estrujó. Le dolía que su “mejor” amigo no supiese de su malestar, le dolía que Yuto no le prestase la suficiente atención como para saber el motivo.
- ¿Y por qué te preocupa que tenga novio? – se tranquilizó un poco, pues el dolor de su corazón era fuerte. – Cuando tú me dijiste que salías con Yama-chan… ¿yo te reproché algo? ¿Te pregunté el motivo de por qué salías con él? –
Yuto se le quedó mirando con los ojos abiertos, era cierto. Keito nunca le pidió explicaciones porque no tenía que pedírselas, ya que estaba claro que si salían juntos era porque se querían.
- ¿Le quieres? – su tono ahora era algo frío.
- ¿Y qué si lo hago? Ese es asunto mío, no el tuyo. – respondió con la misma frialdad.
¿Por qué de repente tenía ese rechazo de Keito? No comprendía su molestia. Ese no era su Keito, no era su mejor amigo. Delante de él, no estaba el Keito de siempre.
El agarre de Nakajima con cada palabra del castaño y pensamiento suyo se volvía más fuerte, consiguiendo dañarle levemente.
- ¡Claro que es asunto mío! – elevó el tono enfadado.
- ¿Por qué es asunto tuyo? – su dureza se estaba desmoronando a cada segundo que pasaba delante de él.
Había optado por actuar frío y distante con Yuto, pero Nakajima estaba desbaratando todos sus planes.
A Yuto le molestaba el hecho de que a Okamoto le gustase otra persona, que le hiciese caso, que otra persona se llevase su sonrisa, sus sonrojos, que pasase más tiempo con alguien que no fuese él. Comenzaba a molestarse, Keito no podía quitarle atención a él para dársela a otra persona.
- Contesta. – pidió Keito al ver la mirada enfurecida de su amigo. No comprendía su comportamiento.
Yuto tensó la mandíbula, no sabía cómo expresarse, cómo pedirle a Keito que rompiese esa absurda relación que tenía con Hikaru.
- Si no tienes nada que decir… - habló Keito soltándose del agarre aprovechando que el menor estaba aturdido con sus pensamientos.
Salió de la terraza derrotado, sin fuerzas, las había gastado todas tratando de aparentar delante de Yuto. Suspiró cuando estuvo en la soledad del pasillo del segundo piso. No entendía su comportamiento y esa repentina “preocupación” porque él tuviese pareja. Parecía que Yuto no le dejaba ser feliz, que no quería dejarle tener otra vida a parte de la que ellos dos compartían. Pero eso simplemente eran conclusiones suyas.
- Necesito dormir. – se dijo a sí mismo.
La falta de sueño le estaba haciendo paranoico.
Yuto miraba al suelo confuso y molesto, apretaba los puños fuertemente. ¿Por qué Keito se había puesto tan a la defensiva? Y lo que más le molestaba era que Okamoto había preferido defender a Hikaru antes que a él, decidió ponerse de parte de Yaotome enfrentándose a él. Pero, es que él no había dicho nada en contra de Hikaru y aún así Keito se enfadó con él. ¿Por qué le molestaba tanto que su amigo se pusiese de parte de su novio? Era lógico ¿no? Él también defendería a Yamada si alguien se mete con él.
Meditando llegó a la conclusión de que Keito se había puesto a la defensiva, no solo para defender a su novio, si no para no decirle el verdadero motivo del por qué había dicho que sí a mantener una relación falsa. Se mordió el interior de los carrillos en un intento de controlar su malestar, tenía que saber el motivo. Necesitaba saberlo, tenía que saber el por qué Keito había decidido mantener esa clase de relación sin avisarle. Y fuese como fuese lo averiguaría, aún si tuviese que obligar al mayor a contárselo.
Levantó el rostro decidido, corrió hacia el piso de arriba, se alivió al ver que el mayor aún estaba en el pasillo pensativo. Le cogió del brazo e hizo que se girase.
- Quiero que me digas el por qué. – habló severamente.
Keito no cabía del asombro, ¿qué hacía Yuto insistiéndole todavía? ¿Tan importante era para él saber el por qué? ¿Por qué necesitaba tener una explicación? Y… ¿por qué le hacía tan feliz que Yuto se interesase tanto por él? Aunque… eso parecía bastante obvio.
- ¿Por qué tanta insistencia? – Keito desvió la mirada incómodo, su fortaleza se rompía. - ¿Por qué quieres saberlo? –
- Porque me molesta que no me lo hayas contado, que pases más tiempo con él, que le sonrías y te sonrojes solamente para él. – respondió sin inmutarse. Realmente, esas palabras estaban saliendo sin su consentimiento, no era dueño de sus palabras.
Keito le miró con los ojos muy abiertos al igual que la boca, completamente perplejo a lo que acababa de escuchar. ¿Cómo interpretar esas palabras?
- Eso es… muy egoísta. – habló en un susurro, aún seguía sorprendido por lo escuchado.
- Lo sé, pero tú me haces egoísta. – nuevamente, no era consciente de lo que decía.
Keito no se creía todo lo que estaba escuchando. Miró el firme agarre que tenía Yuto sobre su muñeca, no le hacía daño, pero aún así era intenso. Luego miró los ojos negros del menor, examinándolos. Buscando algo que le explicase el repentino comportamiento.
- No. – respondió débil, mirando ensimismado los ojos de Yuto.
- ¿Por qué no? – su tono comenzaba a ser demandante. – Quiero saberlo, me merezco una explicación. –
Keito se molestó por esas palabras, ¿por qué él tenía que rendirle explicaciones a Yuto cuando éste no ponía más de dos segundos su atención en él? ¿Con qué derecho le pedía explicaciones?
- ¿Por qué te tengo que dar explicaciones de todo lo que hago? – arrugó el ceño levemente enfadado.
- Porque eso es lo que hacen los amigos, se consultan y se cuentan las cosas. Y tú… no has hecho ninguna de las dos.
Yuto arrugó levemente decidido a sonsacarle el motivo, necesitaba saberlo a toda costa para ver si así se le quitaba el malestar general.
Keito aguantó el temblor del labio inferior, estaba nervioso, la cercanía y la insistencia de Yuto comenzaban a hacer mella en él, sabía que no podría seguir actuando de ese modo por más tiempo, pues Nakajima era su debilidad.
- Para olvidar a la persona que me gusta. – susurró mirando al suelo nervioso.
Yuto abrió los ojos sorprendido, aflojó un poco el agarre y miró insistente al mayor. ¿Qué? ¿Ese había sido su motivo para decir que sí? ¿Solamente eso?
- ¿Por qué le tienes que olvidar? – aún no cabía del asombro.
Keito elevó la mirada, posándola en los ojos ajenos. Examinó detalladamente el rostro de la persona que amaba, parecía una ironía tener que hablar de esas cosas justamente con él.
- Porque tiene pareja. – le miró intensamente a la vez que sonreía cálidamente.
Keito sabía que nunca se le confesaría, pues Nakajima nunca pensaría en él de esa forma, pero podía aprovechar esta conversación para decírselo indirectamente. Ensanchó la sonrisa achicando sus ojos.
Yuto le miraba comprendiendo ahora el motivo. Pero ahora… ¿quién había sido el mequetrefe que había empujado a Keito a tomar esa decisión? Su amigo no se merecía ese sufrimiento.
- Tendría que cantarle las cuarenta. – habló apretando la mandíbula mientras soltaba la muñeca del mayor.
Keito rió.
- Sí, deberías. – sonrió divertido por la situación.
Okamoto se dio la vuelta y se encaminó hacia el dormitorio. Yuto miró la ancha espalda de su mejor amigo y apretó los puños, tenía que saber quién le gustaba Keito y decirle bien las cosas.
- Lo digo en serio. – repitió alcanzando al mayor, parecía que éste no se creía que podía hacerlo.
-Esperaré impaciente. – dijo Okamoto y le sonrió cálidamente dándole un vuelco al corazón del moreno.
La semana pasó tranquila era Lunes y el ambiente estaba tenso por todas partes. Había muchos frentes abiertos, primero estaba el de Yamada y Arioka, luego el de Yuya con Daiki, Hikaru que no perdía de vista a Daiki. Los únicos que parecían estar en armonía eran los restantes, quienes no comprendían esa pesadez en el ambiente.
Estaban Hikaru, Chinen y Daiki en la habitación de los mayores, éste último estaba tomándose una ducha en el baño contiguo a la habitación mientras que Chinen dormía en la cama de Inoo y Hikaru dibujaba en su libreta de bocetos. Los demás habían salido a sus actividades en solitario.
El teléfono de Daiki sonó asustando a Yaotome, éste buscó el aparato con la mirada y lo encontró en la mesita del menor, dos camas más allá de la suya, junto al ventanal. Luego miró la puerta del baño con pesadez y algo de vagancia.
- ¡Dai-chan, te llaman! – dijo con el tono de voz elevado.
- ¡Ahora no puedo, contesta por mí! – respondió el menor desde el otro lado de la puerta.
Hikaru se levantó con pesadez, dejando a un lado la libreta y se dirigió hacia el teléfono para descolgar la llamada.
- ¿Sí? – respondió con vagancia.
- ¿Daiki-chan? – una voz femenina y dulce se escuchó al otro lado de la línea.
- Ahora no se puede poner, ¿con quién hablo? – Hikaru se sorprendió con la dulzura con la que hablaba la mujer.
- Soy su madre. ¿Y tú? – devolvió la pregunta la mujer con una sonrisa.
- ¡Ah, señora Arioka! – exclamó sorprendiéndose aún más. – Soy Hikaru, un amigo de Dai-chan. – e hizo una reverencia a pesar de que la mujer no podía verle.
- Vaya… - sonrió al otro lado de la línea. – ¿Qué tal las vacaciones? – preguntó curiosa, seguramente que le contaría cosas que su hijo no.
- Bien, con mucho calor. – se quejó abanicándose con una mano y resoplando. Escuchó una pequeña risa de la mujer.
- ¿Qué tal ha estado Daiki-chan? – cuestionó después de reírse. Hikaru miró la puerta del baño.
- Bien, muy ruidoso como siempre. – respondió con una sonrisa en su rostro.
- Me alegro. – hizo una pausa donde meditó las palabras que iba a decir. – Recuérdale que tiene una cita para el médico dentro de dos días. Insiste, pues tratará de no ir. – su tono había cambiado a uno serio.
- ¿Cita para el médico?
- Sí, ya sabes, para la revisión. – sonrió la señora Arioka.
Hikaru arrugó el ceño mientras tenía la boca levemente abierta, ¿tendría que ver esa revisión con lo que había dicho la abuela a Daiki? El asunto parecía muy serio y comenzaba a preocuparse demasiado. ¿Por qué necesitaba una revisión? Se mordió el labio inferior para después tragar.
- ¿Hikaru-kun? – llamó la mujer sacándole de sus pensamientos.
- ¿Eh, sí? – su desconcierto era notorio. La mujer sonrió.
- ¿Se lo recordarás? – preguntó de nuevo, Hikaru asintió respondiendo una afirmativa.
- Muchas gracias. Y bueno, cuelgo que no quiero molestar. – se despidieron y colgó.
Yaotome miraba el móvil entre sus manos, pensando en las palabras de la madre. Era la hora de preguntarle de frente a Daiki, aunque tenía un poco de temor a la respuesta.
- ¿Quién era? – preguntó Arioka saliendo del baño y secándose el pelo con una toalla blanca pequeña.
- Tu madre. – respondió mirándole fijamente
Daiki abrió los ojos sorprendido, esperaba que su madre no hubiese dicho nada inoportuno.
-Y… ¿qué quería? – habló con algo de nerviosismo el menor dejando por un momento de secarse el pelo.
Hikaru mantuvo silencio, ¿se lo diría? ¡Tenía que preguntárselo! Estaba preocupado, parecía un asunto muy serio, pero… a la vez le daba temor saber la respuesta. Tragó saliva para después apretar la mandíbula, miró el móvil indeciso.
- Nada. – hizo una pausa donde apretó los labios. – Saber qué tal estabas pasando las vacaciones. – respondió dirigiendo la mirada al menor y sonreírle.
Daiki suspiró aliviado, su madre no le había dicho nada a Hikaru, menos mal.
Hikaru decidió no decir nada por el momento, pero iría con él a la revisión, eso seguro.
*Fin del cap.20*
¿Qué? ¿A qué no era lo que os esperábais eh? La verdad es que no pensaba poner final del Okajima en este cap, solamente quería avanzar un paso gigante en la historia de ellos dos. (Aunque aún quedan varios momentazos de ellos dos que harán que llegue el final entre ellos)
Y ya que a Kira-chan le gustan las preguntas a mi tambiénxD las pondré por si alguien quiere responderlas y que así sea más fácil el comentario.
Preguntas:
¿Comprendéis la postura de Keito? He tratado de expresar al máximo todo lo que pensaba poner, pero creo que me ha quedado raro.
Los celos de Yuto, ¿los entendéis?
¿Creeís que Hikaru debería haberle preguntado de frente a Daiki?
Y por último, ¿pensáis que el Hikaru de verdad le hubiese preguntado desde el principio?
Esto es todo amigos, ¡Espero que os haya gustado!
¡Mimi-chan destaa~!