Bueno, espero que les guste ^_^
Encuentro.
Pareja: Inoochii [Inoo Kei&Chinen Yuri]
Extensión: Drabble.
Género: Ni idea.
Nota: Espero con esto poder empezar de nuevo a publicar seguido, por lo pronto, dentro de poco publicaré el cap 6 del ariyama...
Autor/a: Mimi-chan.
Capítulo único.
Dio un sorbo al café, no podía negar que estaba nervioso,
hacía tiempo que no le veía. Notó como le temblaban las manos ligeramente, un
impulso que se escapaba a su control, involuntario. Tragó el líquido caliente
para tratar de tranquilizar a su revoltoso estómago. Suspiró mientras restregaba
sus manos tratando te parar el tembleque, cosa que no consiguió. Inhaló y
exhaló llenando al máximo sus pulmones. Cerró los ojos tratando de visualizar
un lugar tranquilo para transmitir esa sensación a su cuerpo.
- ¿Inoo-chan? – habló una voz que de un primer momento no
reconoció, pero que luego le era tan familiar que se insultó mentalmente por no
reconocerla. ¿Cómo no reconocerla si era esa voz? Esa voz que tanto había amado
y respetado. – Siento llegar tarde. – se disculpó el recién llegado.
El mayor simplemente negó con la cabeza restándole
importancia a ese asunto. Sonrió una vez que le vio sentado delante de él, tan
tranquilo y sereno como recordaba. Era pequeño pero su figura imponía bastante,
de pelo corto castaño y de cejas
puntiagudas y pronunciadas. Rostro
afilado, boca carnosa y mirada penetrante. Todos esos requisitos solo los
cumplía una persona.
- Hola, Yuri. – saludó sonriente de volver a verle. Llevaba
esperando demasiado tiempo ese encuentro. El otro sonrió divertido al oír el
tono formal que había utilizado con él. Precisamente porque era él con quién
estaba hablando, no tenía por qué utilizarlo. Eran muchos momentos, ahora
recuerdos, vividos juntos como para formalismos. – ¿Cómo has estado? – se atrevió a preguntar a
pesar de que su nerviosismo se lo impedía.
- Madre mía, relájate. Se te nota mucho lo nervioso que
estás. – apuntó el menor mientras se quitaba el abrigo y lo posaba en la silla
contigua a la suya. Inoo soltó una risita incrédula, aunque sabía perfectamente
que a los calculadores ojos de Chinen no podía ocultar nada.
El castaño pidió otro café acompañado de un pequeño
aperitivo y le miró nuevamente, hacía años que sus miradas no se encontraban,
hacía tiempo que no se veían cara a cara y eso que muchas cuestiones habían
quedado inconclusas en el pasado.
- He estado bien, no me puedo quejar. ¿Y tú? ¿Cómo has
estado? – devolvió la pregunta, más que por interés, por cortesía. Aunque algo
de intriga también tenía, no podía negarlo. Inoo desvió la mirada algo
incómodo, quería decirle “Lo he pasado
fatal sin ti, vuelve” pero no tenía el valor, ni las agallas para
decírselo.
- Bien, tampoco me puedo quejar. El trabajo me va bastante
bien, la verdad. – nada más pronunciar esa frase, se arrepintió, parecía que
estaba alardeando de su trabajo, cuando no era así.
Llegó el pedido y nada más que llegó Chinen dio un gran
sorbo al café que había pedido, parecía que tenía la garganta fría o esa
sensación de dio a Inoo que no podía dejar de observarlo ni un segundo.
- Cierto, ¿querías ser arquitecto no? – preguntó Yuri
mientras le daba un bocado al emparedado que había pedido. Inoo asintió cuando
el menor le miró y sonrió. – Ya veo, ¿y lo has conseguido? – masticó la masa de
la boca. Kei volvió a asentir.
Continuó la tarde sin ningún sobresalto, a medida que la
conversación fluía Inoo se iba abriendo poco a poco, como retomando la
confianza que le hacía falta para hablar con él. Tenía miedo de que Chinen le
reprochase su conducta ene l pasado, que le echase en cara los mil y un errores
que había cometido en la relación. Pero no fue así, simplemente conversaron
como los grandes amigos que eran, recordando anécdotas sin ningún tipo de
reproche, parecía que Yuri se hubiese olvidado de todo lo sucedido. Cosa que
entristecía en cierta manera a Inoo, era como si el pasado que tuviesen en
común ya no existiese en los recuerdos del menor.
Hablaron por horas, poniéndose al día en los asuntos de
ambos, hablando de lo que planeaban en el futuro, tanto laboral como
sentimental. Inoo pudo leer entre líneas, ya que Chinen nunca lo mencionó, que
mantenía una relación con alguien, y que tenía la sensación de que sería duradero.
A lo que Inoo no pudo más que resignarse, la esperanza de volver a compartir
una vida juntos se había apagado.
Pero no podía culparle, él había sido quien finalizó la
relación simplemente por un arranque de celos y ahora era él que sufría. En
cierta forma se lo tenía merecido, pues nunca le dio explicaciones a Chinen de
su decisión y ahora Chinen ya no tenía planes de futuro con él. Era lógico ¿no?
Pero aún así no podría dejar de amarle, porque ahora, amarle, era su castigo.
Fin.
¿Ha quedado raro verdad? A mi... me ha gustado pero a la vez no... ya que me surgió así de repente y me parece que no tiene mucha historia... pero bueno, lo publico igual porque en el ordenador no se va a quedar xD
Aún así espero que les guste, y esperen mi regreso! ^^
Siento haber tardado tanto.